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    Fecha: 20/10/2024 08:14

    Remate de vagones del subte: una nueva utilidad para material rodante en desuso Una nueva utilidad, ya sobre la tierra. Como vino realizando en los últimos años, la empresa estatal porteña Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) rematará vagones viejos del subte. En este caso serán 18 coches Fiat, fabricados en 1980, que se encuentran en desuso y que circularon durante años en diferentes líneas de la red. Se trata de material rodante que está fuera de servicio por limitaciones técnicas y que ya no volverá a circular. Los coches tendrán un precio base de $12.750.000 cada uno, pero se espera recaudar bastante más. Lo recaudado será invertido en diferentes proyectos. Para participar, las bases y condiciones que se encuentran en buenosaires.gob.ar/subastas-publicas. La apertura de sobres se realizará el viernes 8 de noviembre a las 12. La oferta ganadora tendrá a su cargo los gastos de traslado de los coches que se encuentran en el Taller Polvorín. La historia bajo la tierra Estos coches Fiat circularon durante años por diferentes líneas del subte y se fueron reemplazando por trenes más modernos. En lugar de venderlos como chatarra, se decidió ponerlos a subasta. Así, los vagones pueden encontrar otros destinos, transformados en viviendas, atelier o como decoración de restaurantes, hospedajes turísticos o casas de campo. También, hay aficionados que los buscan para sus colecciones privadas. El primer antecedente fue en 2017. En ese momento se subastaron seis vagones, que recaudaron un total de $ 809.000. Fueron cuatro coches marca Siemens que habían circulado hasta poco antes en la línea D, y que tenían un un precio base de 12.000 pesos cada uno. Los otros dos vehículos eran “brujitas”, los coches de madera marca La Brugeoise, que prestaron servicio durante casi un siglo en la línea A, hasta su reemplazo en 2013. Se vendieron en $ 300.000 por los dos vagones. El precio base era de sólo 20.000 pesos. Uno de los compradores que más se destacó durante esa subasta fue el Hard Rock Café (una de las cadenas de restaurantes internacionales más reconocidas) que adquirió dos vagones Siemens para decorar locales. En 2022 se repitió la experiencia. Primero, con un lote de 10 coches Siemens Schucker, que se vendieron a un promedio 2 millones de pesos cada uno, con una recaudación total de $ 21.290.000. Se recibieron 1.949 ofertas por parte de 37 potenciales compradores. Semanas después salieron a remate otros 35 Siemens Schucker, que se vendieron entre $ 600.000 y $ 1.100.000, y alcanzaron un total de $ 27.900.000. A mediados del año pasado la Ciudad quiso vender otro lote, de 14 coches marca General Electric que circularon en las líneas D y E. Fueron fabricados en el país entre 1964 y 1966, y ya tenían una antigüedad y un rodaje excesivos. La idea era pedir $ 680.000 de base por cada uno. Pero apareció un problema: en julio, y tras una denuncia de dos legisladores K, Victoria Montenegro y Juan Pablo Modarelli, el juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario Francisco Ferrer frenó la subasta con una medida precautelar. El argumento de los denunciantes es que esos vagones podían contener asbesto, un metal potencialmente mortal que se utilizaba antiguamente en la construcción de este tipo de vagones. Si bien SBASE apeló, la causa quedó trabada en la Justicia local. Para el remate que presentará ahora, SBASE asegura tener toda la documentación que muestra que los 18 coches Fiat no tienen asbesto en ningún componente. El destino final del material rodante en las ciudades puede ser muy variado. Los vagones en muy mal estado pueden terminar en desguace para la venta de los metales. Otros son protegidos por su valor patrimonial. Por ejemplo, cuando se reemplazó a los vagones Le Brugeoise, la Legislatura porteña ordenó que SBASE se quedara con algunos coches y los restaurara para mantenerlos como pieza histórica. De hecho, una formación se usó varias veces con paseos recreativos en diversas ediciones de La Noche de los Museos. Otros vagones del subte A fueron donados a instituciones. Por ejemplo, el Museo del Automóvil consiguió que SBASE le entregara un vagón en forma gratuita. Ese coche fue restaurado y hoy se lo puede visitar en la sede que el museo tiene en Villa Santa Rita, donde de hecho le tendieron un tramo de vía para hacerlo andar. En otras ciudades también se venden los vagones a particulares que los quieran adquirir, o se los dona a museos o instituciones educativas. Y a veces se toman decisiones más curiosas. Por ejemplo,en Nueva York se los tira al mar para formar arrecifes artificiales para los peces. En conclusión, el remate de vagones del subte representa una oportunidad para darle una nueva utilidad al material rodante en desuso, evitando su destino como chatarra y permitiendo su transformación en piezas históricas, decorativas o incluso en arrecifes artificiales. Este proceso no solo genera fondos para nuevos proyectos, sino que también preserva parte de la historia de la ciudad y fomenta la creatividad en la reutilización de estos elementos.

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