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  • Los últimos avances en mamografías que mejoran la detección de tumores: 3D e IA

    Gualeguaychu » El Argentino

    Fecha: 20/10/2024 03:44

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022, en todo el mundo se diagnosticaron 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, y se registraron 670.000 muertes. En Argentina, según cifras de la Sociedad Argentina de Mastología, se producen casi 6 mil muertes anuales. Afortunadamente, en el 95% de los casos, el diagnóstico precoz permite acceder a tratamientos con altas probabilidades de curar este tipo de tumores, que son los que más afectan a las mujeres. Cada 19 de octubre, en el Día Mundial del Cáncer de Mama, se reitera la importancia de los controles regulares. Los expertos resumen las claves de la lucha contra el cáncer de mama en tres palabras: controlar, detectar en forma temprana y abordarlo rápidamente. La buena noticia es que las innovaciones en el campo de la mamografía juegan un papel decisivo en la mejora de estos controles. Según el doctor Daniel Mysler, jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes del Instituto Alexander Fleming (IAF), la tomosíntesis o mamografía 3D ha sido especialmente beneficiosa para las mujeres con mamas densas, que normalmente presentaban un reto mayor para los radiólogos. “Con la tomosíntesis se pueden identificar mejor las lesiones en mamas densas, que antes representaban un desafío”, comentó Mysler, y señaló que, aunque en Argentina su implementación está en marcha, todavía enfrenta limitaciones debido a los altos costos de los equipos y la infraestructura sanitaria disponible en algunas regiones del país. La tecnología está transformando el panorama de la detección precoz del cáncer de mama, desde la tomosíntesis hasta la inteligencia artificial y el contraste, ofreciendo nuevas herramientas para mejorar los diagnósticos y salvar vidas. Sin embargo, garantizar el acceso universal a estas innovaciones sigue siendo un reto crucial. Esta caída se debe tanto a los progresos en los tratamientos como a la capacidad de detección precoz, que es el principal objetivo de todas las campañas de concientización. La doctora Verónica Fabiano, ginecóloga y mastóloga del IAF, destacó que la mamografía “es un estudio de baja complejidad, con buena tolerancia por parte de los pacientes y que ha demostrado disminuir la mortalidad al poder encontrar tumores pequeños, antes de que sean palpables”. La Sociedad Americana contra el Cáncer afirmó que el cáncer de mama que se detecta temprano, cuando es pequeño y no se ha extendido, es más fácil de tratar con buenos resultados. “Las pruebas de detección habituales representan la manera más confiable para encontrar temprano el cáncer de mama”, destacó. Los avances tecnológicos La evolución de la mamografía ha sido fundamental en la lucha contra el cáncer de mama, la enfermedad oncológica más común entre las mujeres en Argentina. Esta prueba, clave para la detección temprana de tumores, ha ido mejorando con los años gracias a los avances tecnológicos, lo que ha permitido diagnósticos más precisos y una reducción significativa en la mortalidad. Como se mencionó, uno de los mayores avances en los últimos años ha sido la transición de las imágenes bidimensionales tradicionales hacia la tomosíntesis, o mamografía 3D, que permite obtener imágenes más claras y detalladas del tejido mamario. La tomosíntesis genera imágenes en capas, lo que reduce la superposición de estructuras en las mamas y facilita la detección de nódulos y asimetrías que en estudios bidimensionales podrían pasar inadvertidos. Otro avance importante ha sido la incorporación de la inteligencia artificial (IA) en el análisis de las mamografías. La IA actúa como un apoyo invaluable para los radiólogos, ayudando a identificar áreas específicas con mayor rapidez y precisión. Los algoritmos de IA permiten priorizar los casos urgentes, optimizar el flujo de trabajo en las clínicas y reducir errores comunes derivados del trabajo rutinario. Al analizar grandes volúmenes de datos, estos algoritmos mejoran la precisión de los diagnósticos y facilitan la elaboración de informes automáticos, lo que contribuye a que los médicos se enfoquen en los casos más complejos. Según el doctor Mysler, “la IA ha revolucionado el proceso de detección y diagnóstico al mejorar la precisión y reducir los tiempos de espera”. A pesar de su gran potencial, aún queda mucho por hacer para garantizar que todas las mujeres en Argentina puedan acceder a estos beneficios. Además de la IA, otro avance reciente es la introducción del uso de contraste en las mamografías. Este procedimiento consiste en inyectar un medio de contraste antes de realizar el estudio, lo que permite una evaluación funcional del tejido mamario. El contraste permite observar cómo fluye la sangre a través de los tejidos, lo que ayuda a identificar con mayor precisión posibles tumores malignos. Esta técnica es particularmente útil para detectar lesiones que pueden ser difíciles de ver en una mamografía convencional. Los estudios internacionales confirman que la detección temprana del cáncer de mama, en etapas como la I o II, eleva la tasa de supervivencia a cinco años a más del 90% . Esto se debe a que permite realizar tratamientos menos invasivos y más eficaces, que además de mejorar la calidad de vida de los pacientes, reducen el impacto psicológico de la enfermedad. Gracias a la identificación temprana de los tumores, se pueden optar por cirugías menos agresivas, tratamientos de radioterapia y quimioterapia más focalizados, y una reducción en la necesidad de procedimientos invasivos. Cada cuánto hacerse los controles De acuerdo a Sociedad Americana contra el Cáncer, las pruebas médicas de detección tienen el propósito de encontrar una enfermedad en las personas que no presentan síntomas. “El objetivo de los exámenes para detectar el cáncer de mama consiste en encontrarlo antes de que empiece a causar síntomas (como una protuberancia en el seno que se pueda palpar)”. En cuanto a la frecuencia de los controles, la Sociedad Argentina de Mastología recomendó que las mujeres sin antecedentes familiares comiencen a realizarse mamografías a los 35 años y que, a partir de los 40 años, las realicen anualmente. Para las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama, la recomendación es consultar a un especialista para diseñar una estrategia de detección personalizada, que podría incluir estudios complementarios como la resonancia magnética.

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