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» Diario Cordoba
Fecha: 19/10/2024 11:00
Alberto Núñez Feijóo estuvo en Bruselas y Berlín en la recta final de la semana y desde dos de las ciudades europeas más importantes para la toma de decisiones a nivel comunitario, lo repitió: “Todos los socios europeos me preguntan por la situación de crisis institucional en España y la agenda judicial del Gobierno”. Aunque trató el asunto en la reunión que mantuvo con el resto de dirigentes de la familia conservadora -incluida la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen- lo comentó a fondo, como ya suele ser habitual, con el líder del PPE, Manfred Weber. Los dos tienen una sintonía de sobra conocida y el alemán ha ayudado mucho para meter presión a Pedro Sánchez en el Parlamento Europeo. En la reunión que tuvo un día después con el líder de la CDU, Friedrich Merz -que también aspira a relevar al presidente socialdemócrata actual en sus próximas elecciones, exactamente igual que Feijóo- la situación que atraviesa España con el fiscal general del Estado investigado, la trama Koldo en plena efervescencia y el caso de Begoña Gómez pendiente de avances, volvió a estar encima de la mesa. Feijóo aseguró que su homólogo alemán, en vista del conocimiento que ya tiene la prensa internacional y las principales cancillerías, le hizo preguntas muy concretas. El resultado es que durante su visita a dos núcleos clave de la Unión Europea, el dirigente gallego abonó la idea de que el cambio político en España es ya irreversible porque Sánchez “está en un punto de no retorno” y, sobre todo, porque "la corrupción" -dice el PP- ya forma parte de las páginas de este PSOE. Feijóo, que lleva un mes y medio en su gira europea para para lanzar una propuesta migratoria propia (primero visitó Grecia, luego Italia, después Polonia y ahora estos dos destinos) está convencido de que, por una vez, ha tomado la delantera internacional a Pedro Sánchez en un debate que es ya el más importante del continente, como quedó demostrado en la cumbre de esta semana. El PP cree que el presidente “se está quedando solo” mientras todos los Estados ponen medidas encima de la mesa a pesar de que España, como frontera sur y con una emergencia total en Canarias y Ceuta, necesita ya más ayuda comunitaria. Esa es la idea que también lleva meses trasladado Feijóo, que ha conseguido comerle todo el espacio a Vox en su gran bandera política. Y es una estrategia medida, como se vio este jueves al no posicionarse con claridad a favor de los centros migratorios que Giorgia Meloni abrió en Albania para deportar inmigrantes irregulares y que la justicia italiana ha tumbado con solo tres días de funcionamiento. En Génova no esconden la impresión de que Sánchez “ha perdido fuelle” en la imagen internacional que durante tantos años ha trabajado, sobre todo, desde que en primavera toda la prensa internacional se hizo eco de su carta de reflexión y su amago de dimisión. En el equipo de Feijóo aseguran que ese día el presidente puso en el mapa global el caso que afecta a su mujer. Y desde entonces es difícil encontrar una semana en la que no haya un análisis sobre España que no mencione la polémica. Si durante mucho tiempo, reflexionan en Génova, Sánchez era el político popular de la socialdemocracia europea y conseguía exhibir los logros de España -ocurrió, por ejemplo, ante la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania, pero en otros muchos momentos- “ahora preguntan qué está pasando”, repiten una y otra vez. Feijóo vuelve esta semana de Europa con la sensación de que la crisis institucional en España ha calado en la Unión Europea y que ya no hace falta apenas contextualizar. La reciente apertura de causa al fiscal general del Estado por parte del Tribunal Supremo es la “guinda” que ven en el PP para una situación inédita que ya no tiene precedentes. Y la oposición conservadora, ahora sí, se centrará en las próximas semanas en todos estos casos que sin ambages llaman “la corrupción del Gobierno y del PSOE”. El otro gran objetivo era el de establecer el marco de la “financiación ilegal” en torno a las siglas socialistas. Por ahora solo hay publicaciones periodísticas y nada está judicializado. Pero, aún así, el PP decidió presentar una querella contra el PSOE en la Audiencia Nacional a sabiendas de que podría ser archivada. Según fuentes de la dirección, el riesgo merecía la pena en tanto a que el principal objetivo es que cale en la opinión pública la información sobre que un empresario llevó bolsas de dinero en efectivo a la sede socialista de la calle Ferraz, tal y como publicó ‘The Objective’ y que el PSOE ha negado rotundamente. Fuentes del PP aseguran que “habrá más datos” y se muestran seguros de que “hay agua en la piscina”. Hasta el punto de que el propio Feijóo reconoció que la denuncia podría ser “archivada” y “reabierta” en caso de que surjan nuevos indicios. “Pero el marco de la financiación ilegal está ya ahí. Y el PP sabe muy bien de lo que habla”, dicen en el núcleo de confianza de Feijóo, reconociendo que el tiempo de temer a que se hablara de la Gürtel también pasó. “No nos incomoda la comparación. Al contrario. El PP de Feijóo no tiene nada que ver con aquello. A ver qué pasa con el PSOE de Sánchez”, dicen desafiantes en Génova. El líder del PP aseguró desde Berlín que el presidente del Gobierno renegaba de los dos tipos de corrupción que existen en 2017 -el cobro de comisiones ilegales y la instrumentalización de las instituciones- “y hoy practica las dos de manera simultánea”. El mensaje, fuera y dentro de España, no puede ser más claro. Los conservadores advierten: “Vamos con todo”.
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