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» Diario Cordoba
Fecha: 18/10/2024 11:34
Con más lentitud de lo que sería necesario, pero el fin de los combustibles fósiles tiene ya un horizonte, y no muy lejano. Cada año, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) hace público su informe sobre la evolución de las diferentes fuentes de energía del planeta y en el de 2024, una vez más, se confirma la tendencia a la extinción del petróleo, el gas y el carbón. No será algo inmediato, ni mucho menos, pero lo que sí está al alcance de la mano es el pico máximo de demanda, a partir del cual ésta ya empezará a bajar progresivamente y, previsiblemente, para siempre. Para 2030, la mitad de la energía del planeta se producirá mediante energías limpias y nuclear Dicho pico se alcanzará en 2030, según este documento, que acaba de hacerse público y viene a confirmar las previsiones que vienen haciéndose desde hace al menos un par de años. Según la AIE, para ese año la mitad del consumo de electricidad en el planeta se cubrirá con fuentes renovables, aunque también con energía nuclear. En todo caso, sin emisiones de CO2. Ello será posible gracias al despliegue de las energías renovables que se está produciendo y que no tiene precedentes, especialmente la eólica y la solar. Evolución actual y futura de la dependencia del petróleo / AIE El informe Perspectiva Energética Mundial 2024 publicado esta semana certifica que a partir de 2030 la demanda de combustibles fósiles iniciará un declive que irá prolongándose en años sucesivos hasta llegar a su total desaparición, meta ésta para lo que aún es difícil asignar un plazo realista. Bajada paralela de emisiones Consiguientemente, se producirá una bajada paralela en las emisiones de gases de efecto invernadero, que es el verdadero objetivo de la lucha contra el petróleo, el carbón y el gas. ¿A qué ritmo se producirá esa bajada de emisiones? la EIA establece tres supuestos. En el más conservador de ellos, que se corresponde al de las actuales políticas climáticas de los Estados, éstas caerán a razón de un 1% anual a partir de 2030 y hasta 2050. Pero, si se produjeran acciones climáticas más ambiciosas por parte de los Estados, esa caída podría llegar hasta el 15% para 2050. Las energías limpias experimentan un despliegue nunca visto / Shutterstock El director de la AIE, Fatih Birol, ha declarado en un comunicado: “En la historia de la energía, hemos sido testigos de la era del carbón y la era del petróleo, y ahora nos estamos moviendo a gran velocidad hacia la era de la electricidad, que definirá el sistema energético mundial y se basará cada vez más en fuentes limpias”. ¿Llegaremos a tiempo para evitar el desastre? La pregunta es si llegaremos a tiempo para evitar un calentamiento de consecuencias desastrosas para el planeta. Actualmente, el calentamiento añadido respecto a la era preindustrial es de 1,2 grados centígrados. El Acuerdo de París aboga por no llegar a los 1,5 grados (y, desde luego, nunca a los 2º), pero lo cierto es que, según los expertos, los planes climáticos de los Estados conducirán a un calentamiento de unos 2,4ºC. Es decir, que la bajada del 1% anual en las emisiones que se espera en el informe de la AIE será claramente insuficiente. Según los expertos, los actuales planes climáticos de los Estados conducirán a un calentamiento de unos 2,4ºC, totalmente insostenible El problema, destaca el informe, es que, si bien suben las energías renovables, también siguen haciéndolo las contaminantes, de modo que el avance neto global de las fuentes limpias sigue siendo más lento de lo requerido. Esto es lo que ocurrió en 2023, por ejemplo. Sin embargo, el último informe del organismo prevé un cambio de tendencia, porque a partir de ahora las renovables van a provocar casi todo el crecimiento de la demanda de energía mundial, mientras los combustibles fósiles irán quedando cada vez más arrinconados. Energías renovables en Arabia Saudí / Efe Las tecnologías limpias resultan ser cada vez más baratas y, además, lo serán aún más en el futuro. Y un ejemplo son los coches eléctricos, cuyo despliegue está causando importantes perjuicios a la industria de los combustibles fósiles. Ahora bien, también hay una cara B para el despliegue de las renovables y otras tecnologías limpias: el aumento del consumo de minerales críticos. Según el informe, se espera una fuerte subida en los próximos años en el uso de materiales como el níquel, el cobalto, el grafito o el litio. Estudio de referencia: https://www.iea.org/reports/world-energy-outlook-2024 .............. Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
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