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  • “Hay que crear conciencia social de hacernos cargo de la basura que producimos”

    » Elterritorio

    Fecha: 18/10/2024 04:46

    Apunta a reducir la cantidad de desechos y a ocuparse de que su tratamiento colabore con el medioambiente y la economía de los recicladores. Y da cuenta del lugar de éstos en la historia miércoles 16 de octubre de 2024 | 8:00hs. Schamber es posadeño, estudió Antropología en la Unam y reside en Buenos Aires. Pablo Schamber es doctor en Antropología. Este posadeño egresado de la Universidad Nacional de Misiones, que actualmente vive en la ciudad de Buenos Aires, donde trabaja como docente universitario e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), acaba de publicar un libro dedicado a analizar qué pasa con todo lo que tiramos al basurero. El libro llamado Recicloscopio fue publicado el pasado mes de septiembre y es el séptimo de una colección que intenta dar respuesta a preguntas sobre ¿a dónde va a parar la basura que producimos en nuestros hogares? ¿Quién gestiona esas toneladas de desperdicios en cada municipio del país? ¿Se trata de un negocio millonario? ¿Qué impacto ecológico generan estos desperdicios? ¿Cuánta basura producimos y qué porcentaje se podría reciclar? ¿Hay conciencia social sobre la necesidad de reducir esos niveles de desechos? Las respuestas a esos y otros interrogantes son parte de la obra bibliográfica del doctor Schamber y de esta entrevista. ¿Cómo te surgió el interés por investigar la basura? Fue producto de una curiosidad que sentí a finales de los 90, cuando estaba iniciando mis estudios del Doctorado en Antropología en la Universidad de Buenos Aires. Eran épocas donde el desempleo comenzaba a dispararse fuerte y yo había empezado a trabajar en la Universidad de Lanús. Por eso tenía que hacer el viaje desde Buenos Aires hasta el conurbano y en ese trayecto me llamaba la atención por las tardes la cantidad de carros tirados por caballos con cartoneros que ingresaban a la ciudad. Y ahí empecé a averiguar sobre quiénes eran esas personas, dónde viven, qué buscaban en la basura de las calles porteñas y qué hacían con esos bolsones de cartones. Claro, porque a finales de los 90 empezamos a identificar la figura de los cartoneros, a quienes vos en tu libro llamás recicladores urbanos. Sí. Además me resultaba muy llamativo el contraste porque era un momento donde socialmente se pensaba en lo que podría ocurrir por ejemplo en materia de tecnología con el cambio de siglo y el temor de un colapso informático cuando empezara el año 2000. Y paralelamente a eso, en las calles había cada vez más presencia de estos hombres, mujeres y niños que en carros a caballo o en grandes camiones ingresaban todos los días desde la provincia a la ciudad para revolver los basureros. Fue así como empecé a investigar en lugares como el Archivo General de la Nación o en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires y en bibliotecas para saber qué antecedentes de esta movida había en el país. ¿Y qué encontraste? Encontré distintos registros que dan cuenta de la existencia de los llamados ‘cirujas’ en la historia de nuestro país. Que eran personas dedicadas a buscar en la basura algo que les pudiera servir. Hay letras de tangos de principios del siglo pasado que hablan de los cirujas. Y también más cercanas en el tiempo, hay canciones de grupos como Ataque 77 que también los retratan. Porque la tarea de recuperar objetos con valor de lo que otros tiran a la basura existe en nuestro país desde mediados del siglo XIX. Así se pueden ver en las memorias de la ciudad de Buenos Aires que en el capítulo dedicado a la higiene pública dan cuenta de la presencia de personas que buscaban sustento en la basura, con otras denominaciones como ‘rebuscadores de residuos’, ‘personas indeseables’, ‘chatarreros’ y otras formas de registros históricos. ¿Y siempre tanto históricamente como en la actualidad se relaciona este trabajo con personas en situación de pobreza? Sí, se trata de personas que no encuentran la posibilidad de otro trabajo y les queda el recurso de salir a buscar lo que otros desechan. Se trata de una tarea que exige sacrificio corporal porque cargan grandes cantidades de peso. También de riesgos porque trabajan en la calle expuestos a todo tipo de inclemencias meteorológicas y de peligros. Desde sus orígenes se trató de una actividad marginal porque se desarrolló sin ningún tipo de regulación desde los Estados. En la ciudad de Buenos Aires desde el 2007 se trata de un trabajo regularizado donde el Estado y las cooperativas de recicladores urbanos trabajan de manera coordinada. La llegada de los cartoneros también puso sobre la escena pública la importancia del reciclado y de la organización en el descarte de la basura para separar lo que puede volver a usarse... Ahora hay más conciencia social sobre esta cuestión. Pero falta mucho camino por recorrer para entender la necesidad de producir menos basura, reutilizar y reciclar. La gran mayoría de la población no sabe a dónde van los desechos que todos los días se lleva al basurero. Porque lo único que interesa es que lleven la basura lejos de su casa. Sin importar donde se la deja y qué se hace con esas toneladas de residuos. Por eso creo que hay que trabajar fuerte en crear conciencia social que nos ayude a hacernos cargo de la basura que producimos diariamente, para tratar de reducirla para cuidar nuestra salud y la del planeta que habitamos. Hace poco tiempo que algunas provincias argentinas empezaron a interesarse en valorizar parte de los residuos. Y ahí comenzó el conflicto con los que ya realizaban esos residuos por fuera de la acción pública del Estado. ¿Hay negocio en la basura? Sí, y justamente el negocio de recolectar más toneladas de basura y de disponer esas cantidad de residuos en determinados rellenos sanitarios va a contramano con la tarea de los recicladores que tratan de darle valor a eso que tiramos para volver a utilizarlo y no seguir acumulando toneladas de basura sin límite. En el reciclado también hay oportunidad de negocio porque eso que se recolecta de la basura se vende a alguien que lo ocupa para producir un bien. ¿Cuándo empezó la publicación de la colección de libros denominada ‘Recicloscopio’? Desde el 2007 junto al antropólogo Francisco Suárez venimos editando los libros titulados Recicloscopio, que abordan diferentes aspectos vinculados a la problemática de los residuos que producen las sociedades, con énfasis en el circuito del reciclaje que inauguran los recuperadores urbanos. Este que acaba de publicarse en septiembre es el séptimo tomo de esa colección. Fueron todos publicados por sellos de las Universidades de Lanús, Quilmes y General Sarmiento.” ¿Qué significa el término Recicloscopio? El nombre de la colección hace alusión al reciclaje de residuos y a la acción de mirar esa actividad con un telescopio para tomar distancia o con un microscopio para acercarnos más en detalle. La idea es aportar distintas miradas o perspectivas de un mismo tema. ¿Se trata de estudios sobre la Argentina o muestran también alguna realidad de otra parte del mundo? Se refieren principalmente a lo que sucede en nuestro país, pero que también abarca realidades de países latinoamericanos. En este último contamos con la colaboración de la doctora Claudia Cirelli, de la Universidad francesa de Tours a través de cuyos conocimientos pudimos sumar trabajos y problemáticas de África, Asia y Europa. ¿Se podría decir que son los primeros investigadores locales en ir a fondo con esta temática de lo que pasa con la basura que generamos diariamente? Creo que somos una referencia porque logramos reunir una diversidad de autores y de perspectivas diversas sobre esta materia. Entre esos autores hay recuperadores urbanos, antropólogos, sociólogos, arqueólogos, ecólogos, abogados, ingenieros, geógrafos, arquitectos, trabajadores sociales y comunicadores. Las miradas propuestas por ellos constituyen una variada muestra de este tema de investigación sobre la recuperación y el reciclaje de materiales en América Latina. ¿Y qué síntesis se puede hacer de esas miradas en nuestro país? Se trata de una problemática que fue madurando con el correr de los años. Actualmente los recuperadores están mejor organizados. Un caso claro de esto se puede ver en la ciudad de Buenos Aires, donde a través de cooperativas estos trabajadores ya son parte de un circuito que trabaja formalmente con el gobierno local en el tratamiento de la basura urbana. También se avanzó en organizaciones regionales y mundiales fortaleciendo la interacción con los estados municipales, provinciales y nacionales en la búsqueda de políticas con propuestas más inclusivas. ¿Qué tratamiento le damos a la basura en nuestro país? En término de gestión de los residuos tenemos servicios de recolección de residuos bastante extendidos en todo el territorio como servicio público. Más de la mitad de la población argentina tiene sitios de relleno sanitario para la disposición de sus residuos, que es la gente que vive en las ciudades más pobladas del país. Pero fuera de esas grandes urbes todo el resto del país deposita sus desechos en basurales a cielo abierto sin ningún tipo de tratamiento, que es una de las materias a corregir en términos de sanidad. Al mismo tiempo en algunas ciudades hay alto nivel de organización de los recolectores y recicladores en los sistemas de gestión de la basura como es el caso de la ciudad de Buenos Aires. Pero en la gran mayoría del país falta mucho trabajo en esta materia. ¿Qué temas pondrías como prioritarios para mejorar la gestión y disposición de residuos en Argentina? Una de las cuestiones es saber de qué manera se financia el reciclaje, porque las tasas municipales de alumbrado, barrido y limpieza tienen que ver con el servicio de recolección y disposición final de la basura, pero no hay una financiación para el reciclaje. Hoy en día esta actividad se rige por las leyes de oferta y demanda en general. Y es una actividad que por los beneficios ecológicos que genera debería ser fomentada de alguna manera desde los estados. En ese contexto se viene hablando hace tiempo en nuestro país de la Ley de Envases como una herramienta para avanzar en la educación ambiental que contemple la gestión integral de los envases vacíos para que no afecten la salud de las personas ni el medioambiente. Es tratar de que los comerciantes que ponen en el mercado sus productos sean también responsables de los desechos de sus envases. En nuestro país se han presentado ante el Congreso de la Nación distintas iniciativas, pero todavía no tenemos legislación en vigencia.” ¿Hay una legislación que regula la gestión de los residuos a nivel nacional? Sí. La ley de Presupuestos Mínimos establece una tutela ambiental uniforme para todo el país y son las provincias las encargadas de adherirse a sus lineamientos que son una especie de piso común que debiera regir en todo el territorio nacional con reglamentaciones tendientes a la gestión de los residuos y al cuidado del medioambiente.” Perfil Pablo Schamber Lic. en Antropología Social Pablo Schamber (54) nació en Posadas, donde cursó sus estudios hasta graduarse de Licenciado en Antropología Social en la Universidad Nacional de Misiones en 1993. Es magíster en Ciencia Política y doctor en Antropología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde aprobó con sobresaliente la tesis ‘De los desechos a las mercancías. Antropología del reciclaje de residuos en el conurbano bonaerense’. Tiene una especialización en Gerencia Pública para el Desarrollo Social en la Universidad de Alcalá en España y una amplia trayectoria académica como docente e investigador científico en distintas universidades del país.

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