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  • Cómo un teléfono roto puso a Anita Cobby, ex reina de belleza, en el camino de los más crueles asesinos

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 17/10/2024 08:44

    El asesinato de Anita Cobby es uno de los más crueles en la historia de Australia (Captura de video) El 2 de febrero de 1986, en Blacktown, Australia, Anita Cobby, de 26 años, fue víctima de una cruel y fatal agresión. Esa noche, la joven bajó del tren en la estación local, lista para recorrer el breve trayecto a pie que la llevaría a la seguridad de su hogar. Pero el destino le tenía reservado un encuentro con el horror. Cinco hombres, subidos a un auto robado, se detuvieron a su lado. Sin previo aviso, la arrastraron al vehículo. Lo que sucedió en las horas siguientes sacudiría a todo el país. Dentro del auto, Anita fue golpeada sin piedad por los cinco hombres. El dolor físico era devastador, pero el terror psicológico, aún peor. John Travers, de 19 años, lideró el ataque con una violencia brutal. Anita fue violada repetidamente mientras el auto avanzaba hacia una zona rural desolada. Al llegar a un campo apartado, sus atacantes no se detuvieron y la arrastraron por encima de un alambre de púas. Continuaron con su cruel asalto, dejándola llena de hematomas, huesos rotos y sin la más mínima esperanza de supervivencia. Pero como aun temían que ella pudiera reconocerlos, Travers tomó una decisión final y macabra: sacó un cuchillo y le cortó la garganta. Anita Cobby quedó allí, abandonada en la oscuridad, desangrándose lentamente. Al día siguiente, su entorno se alarmó por su ausencia. El rastro de su desaparición se perdió en la noche, pero dos días después, la respuesta apareció con toda su crueldad. Los restos de Anita fueron hallados en el mismo terreno en el que fue asesinada, y la noticia corrió entre la comunidad. Australia quedó paralizada por la crueldad del crimen. El juicio, que se celebró un año después, desveló el grado de planificación y frialdad con el que se ejecutó este asesinato. Los cinco hombres fueron condenados a cadena perpetua, pero la justicia, aunque cumplida, no sería suficiente para borrar el dolor de lo que había ocurrido. Víctima de un crimen atroz, la vida llena de promesas de Anita Cobby quedó brutalmente truncada. A los 26 años, la joven había logrado destacarse en su comunidad. De adolescente, había participado en numerosos concursos de belleza, obteniendo el título de Miss Western Suburbs en 1979. Con su carisma natural y su belleza deslumbrante, muchos la veían como una futura modelo, una carrera que tuvo al alcance de la mano. Sin embargo, ella decidió seguir los pasos de su madre, dedicándose a una labor admirable: se convirtió en enfermera registrada. El 2 de febrero de 1986, Anita Cobby fue interceptada por 5 hombres que la arrastraron hasta un vehículo (Captura de video) El rostro de Anita, conocido en los suburbios de Sydney, representaba algo más que belleza física; era una mujer de carácter fuerte, determinada y generosa. Quienes la conocían la describían como alguien comprometida con el bienestar de los demás, cualidad que la llevó a trabajar en el Hospital de Sydney, donde cada día ofrecía consuelo y cuidado a sus pacientes. Pero, detrás de su éxito y profesionalismo, Anita también enfrentaba desafíos personales. En 1982, se había casado con John Cobby, un amor que parecía prometedor, pero que se deterioró con el tiempo, y la pareja se separó. Tras la ruptura, Anita decidió regresar a la casa de sus padres, Garry y Grace Lynch, en Blacktown, donde encontró el apoyo emocional que necesitaba. Sus padres eran su pilar, y la relación con ellos era tan estrecha que su padre, siempre protector, tenía la costumbre de recogerla en la estación de tren cada vez que volvía de su turno en el hospital. Sin embargo, la noche de su desaparición, un detalle trágico alteró esa rutina. El teléfono público que Anita solía utilizar para avisarle a su padre de su llegada no funcionaba. Eso la condenó a caminar sola por una calle oscura, donde, en un giro cruel del destino, sería interceptada por sus asesinos. Un testigo afirmaría más tarde haber visto a una mujer siendo arrastrada a la fuerza hacia un coche, pateando y gritando en un intento desesperado por escapar. Pero nadie pudo intervenir. Lo que debía ser un corto trayecto a casa se convirtió en una tragedia que conmocionó a todo un país. Las preguntas y los “qué hubiera pasado si ese teléfono hubiera funcionado” siguen atormentando a la familia de Anita. John Travers, con apenas 19 años, fue la cabeza del grupo e ideólogo del asesinato de Anita Cobby (Captura de video) Los responsables del brutal asesinato de Anita Cobby fueron cinco hombres. John Travers, la cabeza del grupo, tenía apenas 19 años en el momento del crimen, pero su juventud no fue impedimento para mostrar una brutalidad devastadora. Fue él quien tomó la decisión final de cortarle la garganta a Anita, en un acto de siniestra frialdad. Michael Murdoch, también de 19 años, fue otro de los agresores. Aunque quizás menos conocido que Travers, su participación fue igualmente despiadada. Junto a ellos estaban los hermanos Murphy, un trío que aportó una violencia descontrolada al ataque. Leslie Murphy, de 22 años, Gary Murphy, de 28, y el mayor de todos, Michael Murphy, de 33, actuaron como una unidad familiar perversa, en la que el vínculo de sangre parecía intensificar la capacidad de crueldad. Durante las horas de tortura, los cinco se turnaron para violar a Anita y golpearla hasta dejarla irreconocible. Inicialmente, las pistas fueron escasas. Pero a la semana, un informante clave proporcionó los nombres de los cinco involucrados, permitiendo a las autoridades rastrearlos y detenerlos. El país, en estado de shock por la magnitud de la violencia, clamaba por justicia. No pasó mucho tiempo antes de que todos fueran procesados y condenados. El juicio tuvo lugar un año después del suceso. Los cinco agresores fueron condenados a cadena perpetua sin libertad condicional, un castigo que, para muchos, no compensaba la pérdida de una vida tan valiosa. Gary Murphy murió en prisión en 2019 después de una larga batalla contra el cáncer, destino que algunos interpretaron como una especie de justicia final. Los demás continúan cumpliendo sus sentenciasde por vida, en un encierro que nunca será suficiente para borrar la memoria del terror que causaron. Los rostros de los 5 culpables del asesinato (Captura de video) Durante el juicio, y tras la condena a perpetua de los cinco asesinos, las calles de Sydney se llenaron de manifestantes que exigían el restablecimiento de la pena de muerte. La presión pública era inmensa; muchos creían que la magnitud del crimen ameritaba un castigo aún más severo que la prisión de por vida. . A lo largo de los años, hubo intentos fallidos por parte de los asesinos de apelar sus sentencias a fin de reducir sus condenas. Sin embargo, la naturaleza espeluznante del crimen y la presión pública han hecho que el sistema judicial se mantenga firme. El país sigue recordando el impacto de este caso, y cualquier posibilidad de morigerar sus condenas resulta inaceptable tanto para la familia de Anita como para la sociedad en general.

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