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» SL24
Fecha: 17/10/2024 02:39
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp Uno de los poemas de resistencia tal vez más conocidos a nivel global es el que ensayó Martin Niemöller, pastor luterano de Alemania, para concientizar sobre el nazismo, y decía: Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre. Mirá también Condena en el caso Carolina Díaz: los abogados querellantes se pronuncian con firmeza Esta analogía con la situación que vive el Cordón Industrial tal vez sea exagerada, pero me resultó un punto de partida para poder poner en crisis a toda la dirigencia, para intentar así cambiar el chip. A lo largo de todos estos años, todos los que interactuamos con la región vemos cómo empresas fundadas hace 50 años no invierten un solo peso en modernizarse. Tal vez la única que logró salir de esta trampa mortal fue Celulosa Argentina, que decidió no morir en su proceso de blanqueamiento con cloro y convertirse en una empresa amigable con las exigencias ambientales de estos tiempos; el resto las vemos agonizar, esperando en algún momento anunciar su cierre Hoy, la que agoniza es la industria química-petroquímica, con los cierres de Arzin, Refinería San Lorenzo y, la semana pasada, DOW. Pero la que no da signos de un mejor futuro es la industria agroexportadora. El presidente de CIARA (Cámara de Industriales Aceiteros), Gustavo Idígoras, declaró que las plantas ubicadas en nuestra región son un anciano listo para jubilarse. Ya hay varias plantas que cerraron, pero por ahora se maquillan para no generar un efecto contagio. Muchos dirigentes intentarán ensayar discursos políticos contra uno u otro gobierno nacional; de nada sirve llorar sobre la leche derramada, pero nadie se pregunta ¿porqué empresas con complejos instalados deciden abandonar y no invertir? las respuesta que pueden surgir no responden en cada caso tal vez a problemáticas comunes, pero si hay una certeza común la región no está pensada como un HUB de desarrollo industrial de escala y con futuro. Sólo se usufructúa una condición natural geográfica que permitió hasta acá un desarrollo. La región, para potenciar sus capacidades de crecimiento industrial, necesita la conformación de un foro entre empresarios, políticos y sindicalistas que se sientan con frecuencia diaria a definir y ejecutar acciones para propiciar un desarrollo sustentable. Si no hay un cambio de chip, terminaremos como en el final del poema de Niemöller: “para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre”.
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