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» Sin Mordaza
Fecha: 16/10/2024 14:32
El presidente comunal de Gregoria Pérez De Denis, Marcelo Furlan, una de las zonas más afectadas por la sequía, adelantó que se evalúa el traslado de terneros debido al complejo panorama que atraviesan los campos del norte de Santa Fe. Un informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe revela que la provincia ha perdido 254.450 cabezas de ganado, una caída que no se veía desde la crisis ganadera de 2008-2009, cuando la merma fue de 404.274 cabezas. Esta pérdida involucra todas las categorías de bovinos, desde vacas hasta terneros y toros. Furlan reconoció que es “impresionante como nos estamos quedando sin stock y eso hace que los productores tengan cada vez más problemas”. El norte de la provincia es la región más perjudicada, con una notable disminución de cabezas en los departamentos de Vera, General Obligado, 9 de Julio y San Cristóbal. En estos lugares, la falta de lluvias ha provocado la escasez de pasturas y agua, lo que complica aún más la situación para los productores. En este contexto, la Bolsa de Comercio de Santa Fe advierte que “estamos frente a una situación ganadera crítica de cara al próximo año”, lo que genera gran incertidumbre sobre la capacidad de recuperación del sector a corto plazo. La principal causa de esta crisis es la falta de lluvias, que ha afectado la disponibilidad de recursos para el ganado. El informe de la Bolsa de Comercio detalla que todas las categorías de ganado bovino han sido afectadas por esta merma, incluyendo vacas, vaquillonas, novillos, novillitos, terneros, terneras y toros, entre otras. Esto significa una disminución no solo en la cantidad de animales, sino también en la producción de carne y leche, lo que podría tener un impacto directo en los mercados locales y en la economía de la provincia. La sequía ha generado que muchos productores deban optar por la venta de animales antes de lo previsto para evitar mayores pérdidas, lo que ha contribuido a esta caída en el número de cabezas de ganado. Sin embargo, esta medida de emergencia no resuelve la problemática a largo plazo y deja a muchos establecimientos en una situación de vulnerabilidad para el próximo ciclo productivo. La disminución de las existencias de ganado en Santa Fe no solo compromete la actividad ganadera, sino que también afecta a otras áreas relacionadas con la cadena de valor de la carne y la leche, lo que amplifica el impacto económico. Para muchos productores, el panorama de cara a 2024 es incierto, ya que la sequía no solo ha reducido el número de cabezas de ganado, sino que también ha deteriorado las condiciones del suelo y la disponibilidad de forraje. Esto obliga a los ganaderos a reestructurar sus planes de producción, buscando estrategias para sobrellevar la crisis, como la adquisición de alimento suplementario o la migración de ganado a zonas con mejores condiciones hídricas, lo que representa un costo adicional significativo. Escuchar la nota completa:
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