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  • "La mente del poder": una serie de espías sobre el psicólogo del presidente

    » La Capital

    Fecha: 14/10/2024 19:19

    El vínculo entre el Presidente de la Nación y su psicólogo se ve corrompido por una trama de espionaje internacional. En “La mente del poder”, Mike Amigorena es Victor Noriega, un outsider que llega a primer mandatario, y Diego Velázquez es Marcos Dorrego, su polémico analista. La serie, un thriller como pocas veces se vio en Argentina, está dirigida por Mariano Hueter y se puede ver completa en Flow desde el 7 de octubre, y a través de TNT todos los domingos (el primer episodio se estrenó el pasado 6 de octubre). La noción de “thriller psicológico” se vuelve casi literal en esta propuesta, donde la tensión y la intriga invaden el campo subjetivo de una de las personas más poderosas del país. Dorrego es un psicólogo alcohólico y taciturno, que enviudó recientemente y está en conflicto con su hija (Antonia Bengoechea). En este contexto, decide dejar de atender a Noriega, uno de sus pacientes más antiguos, que acaba de llegar a la Casa Rosada. Sin embargo, una misteriosa paciente de acento extranjero, Laurent (Elena Roger) lo extorsiona para que siga analizando al presidente y lo incentive a renunciar al cargo. El personaje de Velázquez pasa así a ser un infiltrado forzoso en una trama internacional vinculada al negocio del litio. En esa red de disputa de poderes, aparecerán la primera dama Ana (Eleonora Wexler), el asesor presidencial Luciano (Michel Noher) y opositora elocuente (Rita Cortese). La serie fue creada por Hueter, junto a Pablo Flores y Nicolás Mellino. El director se confesó fanático de realizadores como David Fincher, uno de los maestros del thriller psicológico (autor de películas devenidas clásicos contemporáneos como “Se7en: los siete pecados capitales” o la serie “Mindhunter”) y con esas referencias construye un verosímil propio que no busca se realista. Cualquier similitud con la realidad De hecho, el mundo de la política es simplemente una excusa narrativa: “La mente del poder” no tiene como objetivo hacer un comentario sobre la coyuntura actual, de la cual se desliga completamente. Sin embargo, el protagonismo de un presidente outsider, sin experiencia en la función pública, y cuya salud mental resulta objeto de análisis y cuestionamientos, irremediablemente genera resonancia con el gobierno de Javier Milei. “La serie echa luz de fantasía sobre ese espacio del cual no sabemos nada. No sólo ahora, sino que yo no tengo registro de hayamos conocido al psicólogo de ningún presidente. Ahora resuena mucho porque tenemos un presidente que sentimos que lo necesitaría. Entonces ahí se arma un link muy directo”, aseguró Diego Velázquez en diálogo con La Capital. La ficción se vale del interés que puede suscitar este eco para construir una ficción de espías hecha y derecha. “Es muy divertido poder jugar al thriller psicológico después de haber visto tantas series y películas del género, que acá no se hace mucho. Hay algo del cine clásico, de los setenta, de las películas de Alan Pakula, que me encanta. Siempre que tengo la posibilidad de jugar mínimamente a eso, lo tomo”, aseguró el actor. El poder del título de la serie se expresa, como en la vida real, de forma relacional. Dorrego está simultáneamente en un lugar de absoluta vulnerabilidad, bajo extorsión, y de máximo poder, con injerencia en el ámbito más íntimo de la persona con mayor poder institucional del país. Eso también permitió que al elenco experimentar desde la interpretación, y apostar a facetas poco exploradas de su perfil expresivo. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Mike Amigorena (@mik3amigorena_) >> Leer más: Quién es Lorena Vega, la actriz que brilla como la psicóloga de "Envidiosa" “También es muy divertido cuando tenés muchas líneas para jugar y la cosa se pone más compleja. Uno siempre es el mismo y a la vez es distinto en cada uno de sus ámbitos. Entonces fue ir viendo qué con cada personaje según el estatus de cada uno dentro la serie”, explicó Diego. “Con Elena (Roger) el desafío era que fuera verosímil, no porque el personaje de ella sea francesa sino porque nos podíamos correr demasiado con el mundo espía. Después con la hija aparece una vulnerabilidad, y con el presidente aparece una fachada que a su vez flaquea”, agregó el actor sobre su rol. “No es alguien a quien la situación le resulta fácil, está en una situación extraordinaria y no la maneja super bien. Es víctima y victimario a la vez. Y también fue interesante intentar actuar, sin develar mucho, cosas que se saben al final de la serie pero que son muy troncales. Hay algo ahí de ir mostrando, ocultando, para que sea interesante”, sumó. Dorrego no se parece a ningún psicólogo de la ficción argentina, una profesión sobre representada en el país más psicoanalizado del mundo. Para romper con toda referencia, la búsqueda de Velázquez fue correrse lo más posible de cualquier antecedente que enturbiara el verosímil del thriller. “El psicólogo es una figura que hemos visto hasta el cansancio incluso en la ficción en Argentina. Cuando yo crecí estaba ‘Vulnerables’. Esto era un poco alejarse de cualquiera de esos psicólogos porque las circunstancias del personaje son completamente distintas, es más un psicólogo-espía”, apuntó Diego, que en la ficción está efectivamente en las antípodas del Diego Peretti de “En terapia” (o “Locas de amor”), o el Jorge Marrale de “Vulnerables”. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de TNT America Latina (@tntlatam) Un elemento que destacó Velázquez, y que según él enriqueció a la serie, es que la mayor parte del elenco no se conocía antes del proyecto. “Con Eleonora habíamos hecho teatro hace mucho, pero igual compartimos dos o tres escenas. Con el resto no había trabajado nunca y eso me gusta. Hay algo de trabajar siempre con las mismas personas que está buenísimo, porque se va construyendo algo. Pero también el desconcierto y la intriga de trabajar con alguien desconocido es vertiginoso. Estuvo muy bueno. Con Luis Machín no había trabajado nunca y eso me alegró mucho. Con Rita Cortese me crucé muy poco y me hubiera gustado cruzarla más”, detalló el actor. Un contexto preocupante Finalmente, Diego compartió la sensación agridulce de celebrar un estreno nacional en el marco de una crisis del sector audiovisual, generada por el desfinanciamiento del INCAA por parte del gobierno de Javier Milei. “Es muy preocupante. Obviamente uno agradece tener trabajo pero a la vez sabemos que somos muchos y que hay un montón de técnicos que no tienen trabajo, que ya están buscando otras cosas, manejando un Uber, tratando de ir por otro lado porque tienen que sostener familias”, aseveró el actor. “En el caso del cine, está totalmente paralizado. Creo que hay una saña contra el mundo audiovisual, porque no es que se está intentando corregir algo que estaba mal, lo cual estaría bien, sino que se está intentando destruir. A eso no le encuentro otra razón más que el odio, hacer que una parte de la sociedad odie eso que teníamos. A mí lo que más me duele es que la gente piense que quienes hacemos cine somos unos vagos subvencionados. No se dan una idea de lo que se trabaja filmando una película independiente. Es un delirio de una ignorancia muy vil”, consideró. “Por otro lado, uno agradece que estén las plataformas porque en este momento es lo único que hay, están ocupando el lugar que en otro momento ocupaban las productoras de televisión. Pero es una sola voz la que se escucha, una voz más comercial, dirigida a un público más amplio, y todas las demás voces quedan silenciadas y eso no está bueno. Tuve la suerte de estar filmando en distintos lugares del país. Como argentinos, la verdadera identidad está en la conjunción de todos esos colores. Pero lo que se haga ahora va a ser necesariamente céntrico”, cerró Velázquez.

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