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» Diario Cordoba
Fecha: 13/10/2024 20:07
El discurso de nuestros dirigentes políticos tiene, a veces, argumentos extraños. Ayer, mientras paseaba por la Ribera, oía distraída la radio. De repente, me llamó la atención una voz de mujer que decía algo sobre suspenso y manifestaciones. Me sorprendió la combinación de términos y quise saber de qué hablaba, pero la noticia ya había pasado. Esas percepciones incompletas se convierten en un runrún en mi cabeza, así que busqué la noticia en Google hasta encontrarla: eran las declaraciones que la delegada de Salud en Córdoba realizó como respuesta a las marchas que la Coordinadora en Defensa de la Sanidad Pública ha organizado en el sur de la provincia de Córdoba para protestar por el deterioro progresivo de la atención sanitaria y que finalizarán el 13 de octubre en Córdoba capital. A la señora Botella no le parece bien que se realicen estas protestas, considera que dan una visión sesgada de la atención primaria porque no contemplan el enorme esfuerzo de los profesionales que en ella trabajan. Y, aunque no duda que busquen la defensa de la sanidad pública, sabe que también pretenden desgastar (sic) al actual gobierno andaluz. Es decir, ejercen la confrontación política. Además, los manifestantes utilizan cifras obsoletas sobre las vacantes médicas. Y, al aportar el número de plazas de médicos que ya han sido repuestas, recrimina a los miembros de la coordinadora -no sé si con ironía o seriedad- que no actualizaran estos datos, quizá porque se fueron de vacaciones, así que se merecen un suspenso (sic). Ya había localizado la noticia, y quienes eran los suspendidos, pero la parte obsesiva de mi mente no se tranquilizó y seguía preguntándose ¿tiene o no razón? Y he seguido dándole vueltas. Hasta ahora. Supongo que al hablar de visión sesgada se refiere a que solo hablan de un aspecto de la atención primaria, de sus carencias y de lo que se ha perdido. Es lo habitual en los duelos: damos más importancia a lo que ya no está que a lo que permanece. También ocurre al enfermar, solo entonces recordamos que estuvimos sanos. Pero ¿no es obvio que al denunciar la pérdida de médicos y enfermeros se reconoce que los que quedan realizan un gran esfuerzo? ¿No es obvio que es una situación injusta y que supone un riesgo para todos? Además, la delegada de Salud sostiene que las marchas son una forma de confrontación política cuyo fin es el desgaste del gobierno andaluz. Entiendo que el objetivo de la coordinadora es evitar el deterioro de la sanidad andaluza. Por otro lado, ¿se puede calificar la reivindicación de un bien común, la sanidad pública, de confrontación política? Pues claro. Y está bien que lo sea. Existe la política institucional -ámbito al que la señora Botella pertenece desde hace muchos años- y la política ciudadana, a la que pertenecemos todos y que es necesaria para tejer puentes que nos unan con las instituciones cuando estas se alejan de los intereses colectivos. Para finalizar, la señora Botella suspende a los manifestantes por no tener los datos que ella aporta. No creo que los ciudadanos estén tan desinformados. De verdad. Sobre todo en algo tan básico como es la atención sanitaria que reciben o que deberían recibir. Reducir su protesta a una cuestión aritmética no es una actitud política honesta y no podrá evitar, por mucho que les riña, que la gente sepa si es atendida o no, cómo y por quién. El pasado 10 de octubre fue el día de la Salud Mental. Para cuidar de la mía estoy considerando dejar de sintonizar la radio -sobre todo los boletines de noticias- durante los paseos y escuchar música, solo música. Es posible que tenga menos obsesiones, pero ¿cómo sabré qué nota me dan mis gobernantes si, por ejemplo, me manifiesto? Ya está: el runrún otra vez. Suscríbete para seguir leyendo
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