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» Elterritorio
Fecha: 13/10/2024 14:54
Sandra Ozuna destacó el incremento en consultas de padres y tutores sobre cómo prevenir casos de grooming y otros delitos domingo 13 de octubre de 2024 | 6:05hs. Ozuna lleva 12 años dentro del área informática de Polmis. Foto: El Territorio/Archivo Como área especializada en delitos informáticos y como brazo fundamental de la justicia, la Dirección Cibercrimen de la Policía de Misiones cumple un rol más que importante ante cada caso que se detecta en la provincia sobre temáticas sensibles como el abuso sexual infantil en la web o cualquier otro tipo de delito similar que se genere dentro de ese universo cibernético. Junto a la Secretaría de Apoyo en Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, fueron actores fundamentales en la recolección de pruebas que derivaron en la detención del por entonces diputado provincial Germán Kiczka, detenido y procesado por tráfico de archivos de material de abuso sexual infantil. Y justamente este caso generó un impacto mediático que hizo que la cantidad de consultas en Misiones de cómo prevenir o detectar con quiénes se relacionan nuestros hijos detrás de una computadora se incrementara de manera notoria. Al respecto, la comisario y titular de la Dirección de Cibercrimen, Sandra Marilyn Ozuna, se refirió a este tema y a otras cuestiones relacionadas a la temática. Cómo estar atentos ante cambios de conducta de los menores, los espacios donde obtener información y la importancia de acompañar a nuestros hijos fueron algunos de los temas a los que se refirió Ozuna en esta charla con El Territorio. ¿Hubo un antes y un después del caso Kiczka al hablar de abuso sexual infantil en la web? No podemos dejar de remarcar que Misiones se caracteriza por ser una provincia muy rica por el crisol de razas que vive en ella. Tenemos muchos tipos de pieles, de ojos, siendo que los niños y adolescentes sean buscados por las pseudoagencias de modelos, de campañas de publicidades que muchas veces terminan en una cuestión de trata, de explotación sexual, o explotación laboral, es muy diverso. Es decir, la contextura física, el color de ojos que tenemos en Misiones es tan variado y hace que la gente de afuera busque este tipo de personas con esas características físicas para consumir. Este caso (Kiczka) fue realmente aberrante y sigue siendo horrible. Generó un disparador en el sentido que la gente empezó a ver al de al lado de otra manera, a cuidarse más y estar más atenta y alerta ante posibles situaciones. Toda la alerta que nace en Estados Unidos con los primeros 603 archivos, fueron hallados de forma idéntica en los dispositivos que se analizaron. A partir de eso, se profundizó el material de esos dispositivos y obviamente aparecieron muchas cosas. Llevo doce años en el área y sinceramente, lo sucedido en el último tiempo superó cualquier tipo de sorpresa que pueda tener. Realmente superó las expectativas con relación a un caso, fue muy aberrante lo vivido, todo lo analizado y lo hablado. Pero lo positivo es que a pesar de todo este mal momento la ciudadanía se despertó y busca aún más cuidar y proteger a sus seres queridos. ¿Cuándo comenzó a incrementarse esta problemática? La forma de relacionarse del mundo cambió a partir de la pandemia, tuvo su explosión en el contexto de la pandemia. Lo que hace es que todos nos volquemos más hacia la virtualidad, que los adolescentes no estén en una fiesta o en la Estudiantina y sí pasen mucho tiempo detrás de una computadora. ¿Qué cambios se fueron notando en los niños y adolescentes? Todo se ha visto alterado, las conductas, los hábitos alimenticios, los horarios de sueño, este mal uso de las tecnologías, yo como especialista considero que las TIC (tecnologías de la información y comunicación) son lo mejor que nos pasó como sociedad. Usada de la mejor manera tiene muchos beneficios, nos permite acercarnos a personas de otras partes del mundo, pero también está el detrás de escena. Hoy se puede ver que es muy notoria la adicción a los juegos, a las pantallas, que en el contexto de pandemia era unas horas en horario de clase, pero después se sigue con videos, juegos o interacción en redes sociales. Somos vulnerables siempre y por eso tenemos que estar alertas a las conductas. Siempre hubo casos de violaciones o niños maltratados, pero en esta actualidad es como más volátil todo porque se viraliza en softwares de transmisión de datos como por ejemplo el Emule, por el cual en la otra punta del mundo se consume lo que sufre un niño aquí. La gente está más alerta con estas cuestiones sobre publicidad en los medios y justamente lo que se busca es que estén más alertas para detectar o desconfiar sobre una situación de su niño. Hay muchas consultas de personas que se acercan y consultan ‘mi hija habla con un perfil y le pide cosas, ¿vómo debo actuar?’. Los padres empiezan a prestar más atención o quizás retomamos ese vínculo de atención, que por ahí por la rutina se dejó de lado. Con quiénes están mis hijos, con quién conversa, qué juega en línea, hay juegos muy peligrosos y violentos. Tenemos que saber qué consumen nuestros hijos, qué sitios visitan, qué redes sociales, hay padres que no tienen la menor idea. Un problema que por ahí lo vemos interesante o novedoso es que cada vez chicos de menor edad tienen acceso a los celulares, chicos de 8 o 9 años. Estos niños tienen que ser supervisados por sus padres para saber con quién se comunican o relacionan. ¿Han crecido notoriamente las consultas después del caso Kiczka? Yo creo que significativamente sí. En las consultas se ve un cambio en las dudas que empiezan a surgir, en el interés de padres o docentes de qué se trata determinado reto o red social, los adolescentes son muy afines a los retos. La Policía en toda la provincia, ya sea en Cibercrimen, Comisaría de la Mujer o a cualquier comisaria se puede llegar y asesorar. También en la Defensoría de los Niños, Niñas y Adolescentes, son espacios muy importantes, el 102, el 911, son espacios para consultar, para saber qué pasos seguir. Y otro aspecto importante, y no menor, es entender que ese niño o ese adolescente está siendo víctima de un engaño, hay muchos padres que cuando descubren se enojan, le sacan el celular o le pegan, y no dimensionan lo que está atravesando ese chico. ¿Cómo podemos interiorizarnos más en lo que hacen nuestros hijos? En un chat, en una conversación, en lo conductual de un adolescente es la primera etapa para ver si algo está mal. Ver si están evasivos, si tienen vergüenza, si contestan los mensajes en contextos de encierro o lejos de los adultos y esos son los principales indicadores que cuando algo no está bien. El ciberdelincuente busca que la víctima tenga miedo, que sienta vergüenza para extorsionarlo y sacarlo de su mundo habitual. ¿Cómo ha sido el trabajo de prevención y concientización en estos últimos meses? Se han redoblado todos los esfuerzos en materia de capacitación, de prevención, los mecanismos de abordaje en las escuelas y todas las alertas están encendidas con los organismos públicos, hasta las organizaciones religiosas, los clubes deportivos donde los chicos van a hacer sus actividades están interesados en cómo proteger a sus chicos. Nosotros no hemos cesado de dar charlas, desde un foro de seguridad, a un municipio, a las personas mayores, a todos. Desde la Policía se trabaja con los colegas de policía comunitaria, también trabajamos de forma articulada con el Ministerio de Educación, donde también se tratan estas problemáticas, y con la Defensoría de los Niños. La preocupación está sobre la mesa. ¿Considera importante la implementación de la Fiscalía Especializada en Cibercrimen? Por supuesto que sí. De la mano de la fiscalía especializada van a venir capacitaciones, prevenciones, se van a articular más mecanismos para abordar y trabajar este delito. Se van a articular nuevas estrategias para generar prevención y capacitación en todos los espacios. Compartí esta nota:
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