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» Elterritorio
Fecha: 13/10/2024 14:45
En 2021, Lucas Suilar (49) sufrió un accidente. Tras dos años de recuperación decidió comenzar a viajar por el país a bordo de "La Rubia" y sueña con conocer el continente. Su meta: Alaska. sábado 12 de octubre de 2024 | 19:25hs. El mendocino hizo base en Jardín América durante el fin de semana. //Fotos: Esteban González. La frase "la vida es un instante, hay que disfrutar cada momento" resume el leitmotiv que Lucas Suilar abrazó para su vida. El hombre, de 49 años, salió con su camioneta desde Mendoza capital hace tres meses, está ahora en Misiones, y su propósito es llegar a conocer todo el continente. En el año 2021 sufrió un siniestro vial circulando en moto y como consecuencia de las lesiones permaneció más de un año internado, tiempo en el que fue sometido a 18 operaciones y necesitó otro año para la recuperación final. Eso lo motivó a "cambiar el chip" y desde entonces viaja por Argentina para cumplir con una parte de su anhelo. Primero fue motoviajero, recorrió el sur de la Ruta Nacional 40, y en julio empezó su recorrido al mando de la camioneta que recreó junto a un amigo. De profesión policía, en su provincia natal, Suilar está en los últimos trámites para dejar la fuerza y además es programador informático. Su propósito es completar la Ruta 40, conocer todos los rincones del país y en un futuro llegar hasta el norte de América. "Lamentablemente en el medio tuve un accidente, me agarró un auto de frente, tuve fracturas en casi todas las partes del cuerpo, lo que me llevó estar un año internado y necesité otro más para volver a caminar, pero siempre dije que más allá de las limitaciones que podía tener, no quería dejar de seguir mi sueño, que es conocer Argentina y después viajar hasta Alaska", expuso el viajero en una charla que mantuvo con El Territorio. El mendocino concluyó que después del percance, subir a una moto sería un riesgo, al tener demasiadas fracturas en el cuerpo. Por tal motivo, preparó la camioneta a la que bautizó 'La Rubia por América', una Mitsubishi del año 1983 con la que salió desde Mendoza, pasó por San Luis, Córdoba, Santa Fe, Chaco, Corrientes y ahora Misiones. Por estos días hizo base en Jardín América, ciudad a la que llegó el viernes y tiene previsto continuar viaje el lunes. Detalló que hace entre 80 a 100 kilómetros diarios y se detiene, en la comuna que está más cerca. Su objetivo inmediato es llegar a Puerto Iguazú, pasar a Ciudad del Este, continuar por Paraguay, volver a ingresar a Argentina por Formosa y avanzar hacia las provincias de Salta y Jujuy, para regresar a su provincia. "Primero quiero conocer mi país y luego el exterior, porque con el viaje sin fecha de regreso se conoce lo real de cada lugar, y no es lo mismo cuando uno va de vacaciones", manifestó. Para su sustento económico vende en cada localidad una serie de elementos como cuchillos artesanales, bijouterie y atriles para que los niños puedan pintar en distintos espacios públicos. Por tal motivo, se quedó frente a la plaza Colón y expuso sus productos a la comunidad durante su estadía en Jardín. Al recordar el accidente que le cambió la vida, aseguró que se acuerda de algunas partes, pero al estar internado sintió que tenía una segunda oportunidad para vivir. "Tuve imágenes de estar al lado de mi cama mientras yo estaba en terapia intensiva, creo que jugué un par de veces al truco con San Pedro, le gané y acá estoy de vuelta", valoró, aunque a la pregunta sobre "por qué" sigue vivo: "Se me dio una segunda oportunidad y aprendí que la vida hay que disfrutarla". Su experiencia lo motivó a tomar otra mirada, a enfocarse "en las lindas y enriquecedoras experiencias", apuntó, y añadió: "La vida es un segundo, programar a largo plazo no sirve porque decís 'el año que viene voy a hacer tal cosa' y no sabes si mañana estás vivo". Incluso expresó que se cruzó "con personas que me dijeron que con esta camioneta no iba a llegar tan lejos pero ya llevo más de 1800 kilómetros recorridos sin haber tenido un problema". En línea con su reveladora filosofía de vida, el viajero reflexiona que "los momentos que se comparten con los seres queridos son los que realmente valen. A tus hijos les podes dejar una casa, un auto, o una cuenta bancaria, a los dos años se los gastaron y no se acuerdan más de eso, lo que van a tener en cuenta son los momentos que compartieron, por eso hay que preocuparse por los lindos recuerdos". Confesó Suilar que en cada localidad que llega "me queda un amigo", que al continuar su camino se contactan para saber cómo o dónde está. Viajar en una camioneta tiene sus limitaciones "pero vecinos de distintos lugares me ofrecieron un espacio para lavar mi ropa o bañarme, por ejemplo". Por eso, expuso, que encontró "gente maravillosa" y que siempre rescata algo de cada sitio que va. Su trayecto es más bien a pueblos con pocos habitantes, remarcó que es ahí donde se conoce la idiosincrasia de la gente, las comidas, las costumbres, entre otras cosas. Además, ponderó que Misiones tiene una gran diversidad cultural, naturaleza tanto vegetal como animal, con saltos, ríos y monte. "La gente acá es muy buena, te recibe de la mejor manera y se brinda con lo poco que tiene, eso es lo lindo". En sus redes sociales el viajero mendocino sube videos informativos sobre los lugares por los que transita, que termina siendo de interés para otras personas que están en tránsito o tienen deseos de encarar alguna travesía como la suya.
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