Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Trump explota la preocupación por el crimen intensificando la xenofobia y los ataques a Harris

    » Diario Cordoba

    Fecha: 12/10/2024 18:16

    Los datos, pese a complicaciones de las autoridades de Estados Unidos para recopilarlos de forma unitaria y completa, no mienten: el crimen, que se disparó tras la pandemia, ha bajado en los últimos años en el país. Aunque en casos de algunos no violentos como el de los hurtos en tiendas hay picos, en la mayoría ha vuelto a los niveles de 2019 y se está muy lejos de los peores días de los años 80 y 90 del siglo pasado. Los números del FBI muestran, por ejemplo, que el crimen violento descendió un 3% entre 2022 y 2023 y, dentro de esa categoría, los asesinatos y homicidios cayeron un 11.6%, la mayor bajada en un año registrada nunca. Los crímenes contra la propiedad también se redujeron. Y la tendencia aún fue más marcada en el primer trimestre de este año. La percepción de muchos estadounidenses, no obstante, está desconectada de esa realidad y entre muchos es intenso el miedo a la inseguridad. Eso explica que, en sondeos entre los votantes para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre como uno reciente del centro Pew, el crimen violento aparezca en cuarto lugar entre los temas que más importan en estos comicios, igualado con la inmigración, una posición prioritaria que es más destacada entre republicanos que entre demócratas, otra señal más de la polarización en el país. Puerta a la xenofobia La disonancia entre datos y sensaciones explica también, en parte, la estrategia de Donald Trump en la recta final de su carrera frente a Kamala Harris. Porque el expresidente ha desplazado a segundo plano los ataques a la vicepresidenta demócrata en economía e inflación y está optando por centrarse en un discurso donde todo, incluyendo el crimen, está vinculado con la inmigración, un argumentario en el que Trump está elevando la retórica abiertamente xenófoba. Trump no habla de crimen, sino de “crimen migrante”, una puerta que abre para acusar a Harris de las políticas en la frontera de la Administración de Joe Biden. Contra la verdad a la que señalan múltiples datos e investigaciones académicas, vincula a esa inexistente “epidemia de crimen” a los inmigrantes, y no solo a los que están de forma ilegal en el país, con un mensaje genérico de deshumanización, demonización y racismo. Ha señalado con falsedades a grupos concretos como los haitianos (que tienen estatus de protección temporal). Ha exagerado el riesgo y la implantación de bandas organizadas como la venezolana del Tren de Aragua, algo que hacía este mismo viernes en Aurora (Colorado), donde hasta el alcalde republicano negó que su alarma en la localidad tuviera base real. Y esta misma semana hablaba de “malos genes” para referirse a los criminales. Trump ha resucitado y elevado su apocalíptico mensaje sobre la “carnicería americana” que lanzó en su toma de posesión, en la que habló de “mujeres y niños atrapados en la pobreza en las zonas urbanas desfavorecidas dominadas por crimen, bandas y drogas”, referencias a áreas marginales que siempre se han alimentado de prejuicios raciales y étnicos y que olvidan que el crimen y la violencia son también un problema rural. Pero necesita esa argumentación para volver con renovada fuerza su foco de catastrofismo hiperbólico y desmedido a las grandes ciudades gobernadas por demócratas, urbes como Nueva York, Los Ángeles, Detroit, Chicago o, una de sus obsesiones, Washington DC, metrópolis (que suelen votar demócrata), donde según él “no puedes cruzar la calle para comprar una barra de pan. Te disparan, te roban, te violan”. Ante ese retrato distorsionado en el que no es raro oír hablar de “campos de matanzas” o “zonas de combate”, Trump se presenta no solo como candidato de “ley y orden” sino de mano dura y sus propuestas hacen saltar alarmas. Especialmente lo ha hecho su promesa de que, en empeños como la deportación masiva que anuncia, en la lucha contra el crimen o para aplacar protestas que devienen en revueltas, llegará a usar de forma unilateral al ejército en suelo nacional sin necesidad de que lo soliciten autoridades locales o estatales. Trump denuncia también que a la policía “no se le deja hacer su trabajo” por culpa de “la izquierda liberal” y sugiere que dará carta blanca a las fuerzas del orden para actuar. Hace unos días decía: “bastaría con un día realmente violento, una hora dura, realmente dura”, un comentario al que luego que uno de sus portavoces trató de restar importancia como “una ocurrencia del momento”. Reforma de justicia penal Todo es la continuación de un rechazo de Trump a los esfuerzos de reforma de la justicia penal que han emprendido los demócratas y por los que aboga Harris, que se apoya en su pasado como fiscal y en su tiempo en la vicepresidencia para tratar de mostrar que es posible a la vez luchar de forma efectiva contra el crimen, acabar con problemas en esa justicia que a menudo afectan desproporcionadamente a minorías y, también, mantener las investigaciones por los abusos policiales. Harris, además, suele recordar que el propio Trump es un criminal convicto. También que su firme defensa de la policía (donde los principales sindicatos apoyan al republicano) hizo aguas el día del asalto al Capitolio, cuando los uniformados fueron víctimas de la violencia de sus seguidores.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por