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» Diario Cordoba
Fecha: 11/10/2024 20:19
La Liga de Primera División le dio un agrio recibimiento al Córdoba Futsal Patrimonio de la Humanidad, que chocó con la dura realidad de las exigencias de la competición y de la voracidad de un adversario, el Osasuna Magna, cuya principal virtud fue saber estar en los momentos decisivos y leer a la perfeccion lo que cada situación requería. Tuvo respuestas para todo y dejó a su rival sin palabras. Lo que se inició con sonrisas -se adelantaron en el marcador- terminó con gestos de pesadumbre. El cuadro navarro empezó siendo sometido y concluyó la noche apalizando sin piedad a un Córdoba que se fue desmoronando sin remisión para acabar con un marcador feo (7-2) y una buena libreta de temas por corregir. Una potente puesta en escena Lo de Pablo Del Moral es un caso aparte. El mostoleño ha vuelto para ser una referencia para el Córdoba, el club que le relanzó como profesional y con el que ha recuperado la alianza -tras un curso gris en Jaén- para retomar su rol de líder. Un latigazo suyo en los primeros minutos fue el primer testimonio en ataque de los blanquiverdes, que se esforzaron por mantener el orden táctico y atemperar la fogosa salida de los locales, una puesta en escena nada sorprendente para un equipo en su estreno en casa. Los de Ema Santoro mostraron empaque, aguantaron el primer susto -tiro al palo de Saldise- y dieron el primer golpe. Fue en una acción combinada entre Juanan y Echavarría, que este resolvió con bella eficacia. El colombiano firmó el primer gol de la temporada y logró inyectar una dosis extra de entusiasmo a sus compañeros. El técnico empezó las rotaciones y el nivel se mantenía ante un Osasuna que sintió el mazazo. Su entrenador, Miguel Hernández, no quería que los suyos se envalentonaran tanto que perdieran la disciplina. Tiraban de presión, pero el Córdoba replicaba con igual despliegue fisico y con alternancia de los porteros, Fabio y Víctor, de modo casi constante. Juanan pasa el balón en el partido entre el Xota Osasuna y el Córdoba Futsal. / Jesús Aguirre / Xota Osasuna Fabio estuvo certero en tiros lejanos del Osasuna, que encontraba dificultades para hilar acciones. Tras su insistencia, lo logró en una rápida contra en la que Saldise empujó en el segundo palo un balón que había rematado Ion Cerviño. El pleito tomaba otra dimensión. El ala canterano probó a Fabio, cuya jornada laboral se calentó. Santoro pidió tiempo muerto para reorganizar las filas. El Córdoba jugaba mejor, con más sentido, pero los anfitriones encontraron el premio a su constancia. Murilo, con la 'negra' Murilo Duarte se vio involucrado en dos episodios decisivos. En el primero, tras robar un balón en la salida a Panta, encontró una ocasión franca pero la resolvió con un tiro desviado tras verse desequilibrado por la presión de un contrario. Lo peor vino después. El brasileño, en una fase desgraciada, metió el balón en su propia portería tras un lanzamiento de Ligeiro mientras reculaba en la acción siguiente. Esta ración de infortunio colocó al Córdoba en medio de un panorama inquietante. Los locales estaban crecidos, ansiosos por agrandar la herida. Y lo hicieron con una jugada brutal: trallazo de Pachu que pega en el larguero y deja la portería temblando para que Juninho, más listo que los demás, agarrara el balón para meterlo dentro con un duro remate. Pero el Córdoba demostró tener sangre. Del Moral, que pudo anotar antes, selló casi de inmediato el 3-2 después de recoger un rechace de Asier Llamas a menos de un minuto del final. El intermedio le llegó a los blanquiverdes con la sensación de estar vivos después de haber visto las tinieblas en unos minutos aciagos. Kaue Pereira pugna con un rival en el partido entre el Xota Osasuna y el Córdoba Futsal. / Jesús Aguirre / Xota Osasuna Cuerpo a cuerpo El ímpetu en el retorno a la cancha llevó a Echavarría a hacer dos faltas en apenas un par de minutos. Fabio le sacó con el pecho un uno contra uno al japonés Kokoro. Al Córdoba se le complicaba la noche al encajar el cuarto, firmado por Pachu al conectar una vaselina tras una pared con Cerviño para resquebrajar la retaguardia blanquiverde. De nuevo entraban los de Santoro en un terreno pantanoso, dejando síntomas de su inquietud con faltas evitables y las clásicas prisas por remendar el roto. El Osasuna entendió las dudas, vio la ocasión y se ensañó. Dani Saldise, con habilidad, superó a Víctor para hacer encajar al Córdoba el quinto tanto de la noche. Santoro tiró de todo el arsenal disponible, incluyendo al joven del filial Enzo Báez y usando al portero Víctor Areales como un atacante más. Con la amenaza de la quinta falta a falta de casi diez minutos, el drama se multiplicaba para los cordobesistas, que no encontraban la fórmula no ya para darle la vuelta el partido, sino para contener a un Osasuna que controlaba con solvencia y creaba ocasiones de gol. Los lanzamientos lejanos de Mykytiuk se convirtieron en la principal fuente de peligro. Santoro metió al portero-jugador para encontrar una vía de reparación, asumiendo un riesgo extremo. Una falta por empujón del joven Báez llevó al doble penalti, pero Fabio se lo sacó con el pecho a Juninho. Pero no hubo manera. Con la portería rival desguarnecida, Cerviño hizo el sexto de los suyos con un tiro desde su área. El Córdoba ya estaba completamente roto y el Osasuna abusó de él.
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