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  • Carme Chaparro: "La gente no se gasta 20 euros en un libro solo porque salgas en televisión"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 11/10/2024 09:19

    La vida de una periodista televisiva en busca de la exclusiva mientras hace frente a los problemas que suceden en su vida privada. Castigo (Espasa Editorial) supone la continuación de Delito, una novela que ha posicionado a Carme Chaparro (Barcelona, 1973) como la reina del thriller en español. Más de 500.000 lectores avalan una propuesta literaria donde el ritmo y el vértigo adquieren una nueva dimensión. Adentrándonos en tu novela, Castigo termina y el mundo del lector se queda un poco vacío, pero lleno de preguntas. Recientemente, ha anunciado la tercera parte de la saga, ¿se lo han pedido mucho sus lectores? Sí, mucho. Ese final en alto de Castigo lo hice un poco para obligarme a escribir la tercera parte. Todos los lectores me lo pedían y los que lo leían en ebook me decían que pensaban que se lo habían descargado mal, que faltaban páginas (ríe). Santi es un personaje que ha calado mucho por ser muy diferente al resto de protagonistas de thriller y, con él, Berta, Chiqui, Iluminada... Ha pedido sugerencias para la continuación y algún lector ha pedido incluso la aparición de Ana Arén, la protagonista de su anterior trilogía. (Ríe). Quise ver qué quería la gente porque, cuando escribes una novela y la publicas, deja de ser tuya y pasa a ser del lector. Cada lector hace una interpretación emocional de lo que ocurre y me encanta escucharles cuando vienen a las firmas. Antes, la gente me paraba por la calle porque salía en la tele, pero ahora la mayoría quiere hablar conmigo porque se han leído mis libros y quieren saber cosas o comentarme algo relacionado con ellos. Es una maravilla para mí, un regalazo. Estamos viviendo un momento en el que la voz de los periodistas está reluciendo en novelas, pero donde el mundo de la literatura sigue siendo un poco elitista y todavía se debate sobre si un periodista está capacitado para escribir un libro. ¿Cómo vive eso? Afortunadamente con los lectores nunca me ha pasado esto. Puedes engañarles una vez, pero dos no. Ellos no se gastan 20 euros en un libro solo porque salgas en televisión. En cambio, los críticos o expertos literarios siguen pensando que el mundo de la literatura no es apto para nosotros. ¿Por qué tiene que tener más crédito como escritor un abogado que ha dejado la abogacía y se dedica a escribir o un maestro que ha dejado de dar clases que un periodista? Los periodistas trabajamos con la palabra, yo cuento historias, lo que pasa es que son historias que suceden en la vida real. Quizá lo más lógico es que escribamos los periodistas, porque nuestra herramienta de trabajo es la palabra, igual que para un escritor de ficción o de ensayo. Todavía quedan ciertos prejuicios sobre nosotros porque salimos en televisión. "Tengo mucho que ofrecer a mis 51 años" Utiliza el oficio como hilo conductor en la novela, con un periodismo televisivo llevado al extremo donde todo vale por la audiencia. Asume riesgos y el lector puede llegar a creer que el periodismo es todos los días así. En su momento tuve miedo de que la gente pensara que esto es lo que hacemos los periodistas de televisión continuamente, pero hay muchas novelas que suceden en despachos de abogados y en hospitales y nadie piensa que todos son así. Al final tienes que tensionar la historia, hacer que se concentren muchas cosas en tu escenario para que la lectura sea interesante, intensa y avance. Es llevar tu imaginación al extremo. Y es un mundo donde la vida privada de los periodistas también es noticia. ¿Se ha sentido alguna vez así? Yo he tenido la suerte de que se ha respetado mucho mi vida privada. Incluso cuando he sido madre y me han hecho fotografías por la calle, nunca han sacado a mis hijas. Nunca he sentido esa sensación que pueden tener otros compañeros más expuestos por ser actores o presentadores de entretenimiento. Quizás el hecho de ser periodista de informativos te protege un poquito más. La novela huye del maternalismo idílico y refleja algo común que le puede pasar a muchas madres al parir, la contrariedad y el choque que puede ocasionar tener un hijo. Hay que dejar clara una cosa: por tener útero no tienes por qué ser madre. A todas las mujeres que somos conocidas se nos ha preguntado alguna vez por ello. Yo fui madre muy tarde y a mí siempre se me preguntaba "para cuándo", dando por hecho que yo quería serlo. No hay que dar por hecho que una persona quiere ser madre ni que una persona puede serlo, porque puedes estar haciendo mucho daño a otras mujeres que igual lo están intentando y no pueden. Parece que la maternidad es un filtro de Instagram con todas estas instagramers que son famosas y que consiguen más seguidores y más patrocinios por ser madres y vender cosas relacionadas con los bebés. Pero la maternidad no es idílica, el proceso del embarazo es complicado, el parto es duro, el no dormir porque cada 3 horas te despierte tu bebé... Y hay mujeres que se sienten muy solas porque les da miedo hablar de ello y que se las tache de malas madres. Y no es así, tenemos que hablar entre nosotras, ayudarnos y decirnos la verdad, que lo que está sintiendo es perfectamente normal y que esto no es una nube de algodón. La niña que nace en la novela recibe azarosamente el nombre de Emma mientras la mascota de un equipo de fútbol salía en televisión. Y coincide en nombre con su segunda hija. Es curioso porque el nombre de mi hija pequeña lo escogimos precisamente así, por la mascota del Borussia de Dortmund. Mi marido, que viajaba mucho por trabajo, le trajo a Laia la abeja del equipo con el nombre de Emma detrás. Y así fue como se nos ocurrió ponerle ese nombre a su hermana (ríe). "La televisión sigue teniendo mucho alcance aunque algunos nos crean muertos", escribe en Castigo. Una frase rotunda dirigida a todos aquellos que quieren darla por muerta ¿Cómo valora la actualidad de la televisión? Nunca ha habido tantas pantallas en casa como ahora. Antes había una televisión en el salón y ya está, ahora hay un montón de pantallas, una televisión en la cocina, otra en las habitaciones... Y puedes acceder a las secciones televisivas a través de tu móvil u ordenador. Nunca se ha visto la televisión tanto como ahora, ves clips de los programas en las redes sociales, trozos que se hacen virales... La televisión está más viva que nunca y es nuestra responsabilidad cuidarla y hacer el contenido más responsable posible. Con la entrada de Broncano a TVE se ha abierto el debate sobre si es necesaria una televisión más enfocada a los jóvenes. Yo creo que hay muchos jóvenes que ven la televisión, pero tenemos que entender también su lenguaje. Lo veo en mis hijas, su lenguaje audiovisual es diferente al que puedo tener yo, que soy experta en audiovisual. La televisión debería contar con todos los tipos de lenguaje posibles. Contradictoriamente, parece muy difícil mantenerse en pantalla conforme se van cumpliendo años. Totalmente, y pasa mucho más en mujeres que en hombres. Cuando tu útero deja de ser útil, tú dejas de ser útil. Los hombres, cuanto más años cumplen, mejor están porque son más sabios. Sin embargo, en televisión no se cuenta con esa imagen de la mujer, no se acepta su sabiduría. Yo ahora estoy más tranquila que nunca en mi vida, me siento más sabia y con la capacidad de tomar decisiones desde un punto de vista mucho mejor. Tengo mucho que ofrecer a mis 51 años.

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