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  • Las viudas de la Unión Europea

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 10/10/2024 11:04

    En Estados Unidos imaginaban quitarle espacio a la harina de soja sudamericana en el negocio con Europa a raíz de las dificultades que planteaba la nueva ley(Revista Chacra) En noviembre próximo el Parlamento Europeo deberá decidir sobre la moción de la Comisión Europea destinada a posponer por un año la aplicación de la ley antiforestación, la polémica EUDR que tuvo en vilo a compradores y vendedores de todo el planeta durante muchos meses. Algunos se apuraron a adjudicar esta vuelta atrás a la presión de los países del Mercosur. No puede decirse que esto haya sido estrictamente así. La oposición al EUDR por parte de países como Alemania y Suecia suena bastante más decisiva. La presión de las empresas del Viejo Continente y de los socios comerciales del bloque europeo fue acorralando a quienes ostentan el Poder Ejecutivo y la iniciativa legislativa. Por caso, una gran empresa belga que utiliza cacao en sus preparaciones presionó aduciendo que no estaba preparada para atender estas demandas. Está vinculada con corporaciones internacionales a las que asiste con sus productos. La compañía festejó el aplazamiento, pero dejó constancia de que siguen preocupados por cómo funcionarán los nuevos procesos de certificación y su cumplimiento una vez que entre en vigor la normativa. Hay muchos cabos sueltos. La EUDR dice luchar contra la deforestación, pero muchos creen ver en ella una medida para-arancelaria (Revista Chacra) Sin muchas salidas a la vista, la Comisión no tuvo otra que proponer la suspensión de la entrada en vigencia de la norma, que estaba prevista para el último día hábil de 2024. La EUDR obliga a recopilar información sobre cantidad, geolocalización, legalidad y deforestación, entre otras cosas. El Reglamento incluye la creación de un sistema de evaluación comparativa, que asigna un nivel de riesgo relacionado con la deforestación y la degradación forestal (bajo, estándar o alto) para los Estados miembro de la UE y a terceros países. La regulación tiene como objetivo restringir la entrada de productos en el mercado de la UE a menos que se cumplan con los estándares de sostenibilidad fijados, claro, de manera unilateral. El EUDR habría requerido que las empresas europeas que importen soja, carne vacuna, cacao, café, aceite de palma, madera, caucho y otros productos relacionados demuestren que sus cadenas de suministro no contribuyen a la destrucción de los bosques del mundo, o se enfrentarían a fuertes multas. Eso las obligaba a mapear digitalmente sus cadenas de suministro hasta la parcela donde se generaron sus materias primas, incluso en establecimientos ubicados en regiones rurales remotas. Por cierto, extremadamente complejo y un certificado de defunción para los pequeños productores del planeta. La ley cuestionada obliga a desarrollar un esquema de trazabilidad hasta el mismísimo lote que dio origen al grano (Revista Chacra) Alrededor de 20 de los 27 estados miembros de la UE pidieron a Bruselas que redujera y posiblemente suspendiera la ley, diciendo que perjudicaría a los propios agricultores del bloque. Las voces críticas fueron más allá del grupo económico europeo. Países e industrias desde Brasil hasta Malasia calificaron la norma como proteccionista. Paralelamente advirtieron que toda esa movida haría subir los precios dentro del bloque. Por caso, Aprosoja Brasil indicó que una tonelada de soja enviada a Europa desde el vecino país bajo la nueva normativa resultaría al menos USD 60 más cara, con lo cual no pocos productores en Brasil podrían verse obligados a abandonar su actividad. Si muchos aprobaron con fervor la postergación de la vigencia de la norma, otros padecieron la novedad, para convertirse en las viudas de toda esta historia. Figuras dolientes que maldijeron a las autoridades europeas por lo que consideran un desenlace poco serio. A modo de ejemplo, un trader/procesador/exportador de envergadura global se quejaba amargamente de haber pagado importantes volúmenes de soja trazada con una prima, con la intención de ubicarse en primera fila cuando se diera la orden de largada. Ni bien se supo que se postergaba la norma, los precios de la harina de soja perdieron sustento. (CME) Lo impulsaba la misma razón que llevó a una fuerte apreciación de los precios de la harina de soja en Chicago: la sensación de que Estados Unidos iba a quedarse con el grueso del negocio del derivado en el Viejo Continente, ante las dificultades de Sudamérica para poder cumplir con la norma. La postergación de la medida dejó al trader/procesador/exportador cubierto de mercadería que pagó por sobre la realidad del mercado. Y a la harina de soja le regaló una interminable sucesión de ruedas en baja, devolviendo día tras día lo que había ganado cuando soñó con desplazar al derivado producido en la Argentina y Brasil. Desde luego, esto afecta también los precios del poroto de soja. Claro, hay que sumar a esta lista a los ambientalistas, que aseguran que la decisión ha puesto en duda el compromiso de la Comisión de cumplir las promesas ambientales que viene realizando la UE. Ellos también integran el elenco de las viudas de la Comisión Europea y sus decisiones sobre la marcha. El mundo se pregunta si esta historia tendrá nuevos capítulos o el intento de las autoridades del Viejo Continente ha muerto definitivamente y buscarán sepultarlo de la manera más elegante posible.

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