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    Valle María » Vallemarianoticias

    Fecha: 10/10/2024 09:56

    Victoria está a centímetros de quedarse sin agua potable. El riacho que lleva el mismo nombre ya es un charco que apenas provee a la toma que abastece a la ciudad. En medio de una crisis hídrica sin precedentes surgen diferentes opiniones y posibles soluciones. Y queda a la vista la desidia de funcionarios provinciales y locales que a lo largo de décadas eligieron no atender la problemática que traía la Hidrovía en el río Paraná y las modificaciones al humedal. Los que viven y trabajan a diario la zona sostienen que hay una única solución, que no necesita más que una draga para destapar una o dos de las principales arterias que abastecen de agua toda la reserva natural del Delta, como primera etapa de los trabajos necesarios para salvar el humedal. La lentitud en las decisiones políticas genera demasiadas suspicacias. Mientras, los planes oficiales a futuro sobre la Hidrovía dejan un panorama natural y humano catastrófico. El jueves 3 de octubre se realizó una convocatoria abierta por parte de la intendenta Isa Castagnino en el Concejo Deliberante de Victoria, donde autoridades, entre ellos el ministro de Planeamiento de la provincia, Darío Schneider, y diferentes actores de las fuerzas vivas del humedal que conformaron la Coordinadora del Agua ante esta emergencia, expusieron sus preocupaciones y propusieron algunas soluciones. Pero pasan los días y los actores más alertados por esta crisis no ven las respuestas a sus reclamos en forma clara ni a la altura de las circunstancias. Este miércoles, la diputada Laura Stratta presentó el proyecto de declaración de Emergencia Hídrica por un año en el Departamento Victoria: facultades de libertad presupuestaria y contrataciones directas al Poder Ejecutivo provincial, así como para las “medidas que resulten pertinentes para preservar la continuidad de la actividad productiva y la conservación de los puestos de trabajo en los sectores afectados por la emergencia”, entre otras cuestiones. Canales tapialados y una draga en desuso El reclamo central de la Coordinadora del Agua es que la provincia o quien corresponda destape las bocas que proveen agua a todo el Delta, a las lagunas, a los ríos internos y a las islas: las “Cuatro Bocas” que se encuentra en la Boya 500, ubicada en el Departamento Diamante, es la más importante; más al sur está la Boca de la Azotea; y la bien frente Puerto General San Martín, provincia de Santa Fe, está la “Boca del Bobo”. ¿Cómo se taparon esas bocas? Sospechan seriamente que la empresa Hidrovía realiza el calado del canal principal del río Paraná con unas dragas enormes que juntan la arena y arrojan la arena en esos sectores que luego tabican el paso del río por aquellas bocas hacia el humedal. Esto iría en contra de las normativas que ordenan a quienes hagan estos trabajos, a arrojar el residuo mucho más al norte. Entonces sostienen como punto fundamental del trabajo ante la crisis actual que se draguen esas bocas para que el agua fluya como ha sucedido naturalmente por los siglos de los siglos. ¿Es tan difícil que un Estado provincial realice esta tarea? La Dirección de Hidráulica cuenta con dos dragas: una se llama La Primera y otra Rex. Las dos se encuentran en Villa Paranacito. La Primera está desarmada y desmantelada. La Rex, que es una draga de corte, está en desuso, pero con un mantenimiento adecuado se puede volver a poner en marcha: con una revisión de motor, cañería, bomba extractora, etcétera, podría volver a ser utilizada. Rex fue utilizada durante mucho tiempo para el mantenimiento del calado del Puerto de Diamante, también se ha utilizado para relleno y hace un tiempo la llevaron a Paranacito para el mantenimiento de los accesos a los canales. Y allí quedó. Según se informó, llevarla hasta Diamante no sería una tarea sencilla, porque no es una embarcación, sino una maquinaria inerte que flota y debería ser remolcada río arriba. Podría demandar varias semanas, pero por el momento ni siquiera se ha visto voluntad alguna de trasladarla. Hidráulica también cuenta con dragalinas, que es una maquinaria para trabajar en tierra firme, y en varias ocasiones fue trasladada para realizar trabajos en islas. Esta situación expone muchos años de abandono por parte de las autoridades a la Dirección de Hidráulica, que no ha incorporado personal capacitado para el manejo de las dragas y los que integraban el equipo de embarcados se fueron jubilando en los últimos años. Hoy la Dirección de Hidráulica fue unificada (administrativamente) con la Dirección de Obras Sanitarias. Ambas están a cargo del ingeniero Oscar Pintos, a quien le cabe la responsabilidad por ambos lados: por el trabajo en los ríos y por el abastecimiento de agua a Victoria. Pintos se encuentra esta semana coordinando con la Fiscalía de Estado, a cargo de Julio Rodríguez Signes, las acciones conjuntas que puedan realizar articuladamente los distintos organismos y estados involucrados en la problemática. Fiscalía de Estado también viene coordinando con especialistas del Conicet y de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral. Propondrá al gobernador Rogelio Frigerio la creación de un Comité para abordar esta emergencia. Y también para evaluar eventuales acciones legales, si es que corresponde, contra los organismos nacionales debido a su responsabilidad en el daño ambiental que se ha causado. Se recuerda, en este sentido, que existen el Consejo Hídrico Federal y el Consejo Hídrico del Litoral para afrontar esta problemática en el Delta. Es más, por Ley nacional.287 hay una Fondo Nacional para la Gestión Integral del Riesgo con recursos para solventar las acciones que sean necesarias. Hasta el momento, la Fiscalía Federal de Victoria, a cargo de Rosana Luggren, no ha recibido denuncias penales para investigar un posible delito detrás de la situación ambiental que sufre la región. Sí se continúan tramitando causas por incendios y por modificaciones ilegales del territorio de islas, así como actuando en coordinación con las diferentes fuerzas de seguridad para detener a las personas que inician el fuego. En estos momentos de bajante y sequía, una chispa puede agravar el desastre. “No vamos a renunciar al río” El programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) dialogó con tres de los actores afectados actualmente por la bajante del agua en el humedal. Ernesto Núñez, guía turístico en el humdeal, describió: “La situación es crítica en todo el humedal por la gran bajante. Si bien esto ya pasó en 2020 y estuvimos casi a punto de quedarnos sin suministro de agua potable en la ciudad. Ahora estamos aparte con la gran preocupación de lo seco que está la humedad y las complicaciones que nos trae a todos los trabajadores del río. Estamos todos muy afectados por la bajante. Pero también quiero explicar y dejar claro cuál es nuestro reclamo: el río Paraná siempre tuvo bajante. Yo hablo con mi papá, que tiene 82 años y allá por el 44 hubo bajantes grandes como esta, pero el río nunca se secó así como está ahora. Y la prueba está en que acá seguían entrando barcazas, estaba la lancha de pasajeros que iba y venía a Rosario. Hoy en día con 2,40 metros en Victoria, hay partes que están totalmente sedimentadas. Y lo que nosotros decimos y venimos sosteniendo hace años es que lo que más nos afecta es el dragado de la Hidrovía. Se ha tragado tanto el Paraná sin dragar las bocas de ingreso de agua que eso ha hecho que las bocas queden secas y sedimentadas. El tipo de draga que usa la Hidrovía carga el sedimento en el lastre. Se arriman a las costas entrerrianas, liberan ese sedimento y el agua se ha encargado de ir metiéndolos en las bocas de ingreso, a tal punto de que ahora están totalmente sedimentadas y es muy poquita el agua que ingresa desde el Paraná hacia el Delta”. “Las bocas más importantes -explicó- están ubicadas desde la ciudad de Diamante hacia abajo, ahí nomás a 5 o 10 minutos de navegación está una de las primeras bocas que es La Azotea, totalmente sedimentada. Después está la Boca del Infierno, la Boca de los Tachos que lleva agua a la zona de Las Cuevas, de Las Masitas, porque no somos nosotros los únicos afectados, esa zona también está afectada. Después tenés la moya 500 que es una de las bocas más importantes que entra agua directamente hacia la Laguna Grande, que es el riñón que alimenta a todo el Río Victoria”. En este sentido, insistió “Nuestro pedido es por favor draguen las bocas y vemos que no hay respuesta de los que tienen que darla que es Provincia, Nación, la Hidrovía que es la responsable de que nosotros estemos sufriendo todo esto. Y estamos por quedarnos sin trabajo, sin agua y todo lo que es el humedal en sí, lo que para el país significa. Estamos hablando de pesca, de turismo, de apicultura, de ganadería. Nosotros creemos que la solución es el dragado y a los funcionarios que digan que no es eso que nos traigan un estudio de impacto ambiental que sabemos que no hay. El Estado, que es el encargado de haber controlado lo que fue el dragado de la Hidrovía y dónde se tiraban los sedimentos, no lo ha hecho y nos perjudican terriblemente”. Víctor Lemaría, pescador e integrante de la Cooperativa Frutos del Río, contó: “Nosotros somos una cooperativa, estamos en la zona del puerto, tenemos bocas de expendio. Vamos a pescar y en este momento está muy, muy difícil. Hay muchos pasos que se han borrado, se han cado y andamos con las canoas a la rastra. Estamos muy, muy complicados porque los sedimentos han tapado los canales y la zona de pesca queda muy lejos, muy retirada. Al tener poca agua, merma el pescado y se los pone muy, muy difícil llegar a la zona. Acá aproximadamente debe haber más de 600 pescadores, nutrieros, cazadores que día a día buscan el mango en el en la isla, en el agua. Y estamos pasándola muy difícil en este momento, buscando zonas de pesca, las lagunas se han borrado, poca agua, se está poniendo cada vez más más difícil. Ya no tenemos zona a hacia dónde ir”. “Andamos en zonas arrastrando las canoas para poder llegar con el pescado hacia el puerto, para poder seguir trabajando. Pero ya es un sobre esfuerzo que estamos haciendo. Estamos esperando repunte, se han retirado las lluvias. Nunca se vio esto, los canales internos tan borrados como están hoy por hoy”, lamentó Víctor. Juan Zubeldía también es guía turístico y describió lo que significa esta crisis para el sector: “Esto perjudica a toda la actividad turística que se desarrolla no solamente en la isla sino a toda la actividad que está en la ciudad o en los pueblos ribereños que brindan servicios de alojamiento, supermercados, estaciones de servicio, es una cadena muy grande que se ve afectada. La gente lo que quiere es ver ambientes con agua, lagunas empastadas, animales, la flora, la fauna, la pesca deportiva. Y hoy estamos realmente comprometidos porque directamente no tenemos ya zonas para navegar, no nos quedan espacios para poder navegar en el río. Entonces, si las acciones que necesitamos se hagan, no se realizan en forma inmediata, más allá de que después sí puede haber algunas explicaciones de trabajo más a mediano y largo plazo, que las entendemos y que tendrán su circuito de gestión administrativa, provincial o nacional, nosotros estamos medidas inmediatas. Las medidas inmediatas que estamos pidiendo no nos llevan a hacer ninguna obra hidráulica que modifique nuestro río. Es simplemente pedir que se draguen las bocas de acceso al Delta que existen de que existe el río Paraná. Producto de años de falta de gestión pedimos acciones inmediatas”. La reunión que hubo la semana pasada con autoridades no los dejó tranquilos, según contó Ernesto: “Estuvieron todos los funcionarios, pero no hay respuestas concretas, la palabra es ‘no hay plata’. Nosotros necesitamos que draguen las bocas. Los entendidos dicen que no quieren dragar las bocas porque se van a hacer pozos, cosas así. Bueno, presenten un estudio de impacto ambiental y demuéstrenlo con papeles, porque nosotros somos isleros, hemos andado toda la vida en la isla, estuvimos los lugares y sabemos que si se abren las bocas que están a boca de jarro del Paraná, solucionaríamos el problema. Porque si no vamos a empezar a pensar de que no quieren dragarlo por algo ¿Será porque quieren el agua por el por el río, para la Hidrovía, para que puedan seguir entrando barcos de ultramar a un río, llevándose el cereal y perjudicando a todo lo que es el humedal? Y eso que han dejado entrever algunos funcionarios como solución hacer pozos semisurgentes… Nosotros no vamos a renunciar al río, el país no tiene que renunciar al río, nadie que tenga conciencia puede renunciar a un lugar como este, uno de los ríos más importantes del mundo, donde brinda naturaleza, puestos de trabajo y donde podríamos vivir un montón como lo hemos venido haciendo en armonía”. Romper el canal artificial del viaducto La obra del viaducto Rosario-Victoria ha modificado rotundamente el paisaje del humedal. Una de las obras fue la construcción de un canal de servicio que recorre en forma paralela la ruta nacional 174. De esta manera, se fue llevando agua de los ríos internos que abastecían las lagunas y el riacho Victoria hacia el río Barrancoso. Modificaron hasta la dirección de la corriente y gradualmente la situación se fue agravando con el paso de los años. El ingeniero Fidel Cullen, secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Victoria, dijo en una entrevista el noticiero Contacto Local del canal Victoria TeVe: “El canal de servicio conecto la cuenca del rio Victoria con la cuenca del río Paranacito (al oeste) ¿Cuál es el problema? La primera está 50 centímetros más alta que la otra. El agua busca el lugar más bajo. Por eso decimos que está desangrando nuestro río Victoria”. “La alternativa que nosotros creemos más importante -afirmó Cullen- es recuperar lo que era el estado de las cuencas anteriores al viaducto”. Algunos entienden esta medida como una forma de administrar lo poco que ya ingresa desde el Paraná hacia el humedal, aunque en lo inmediato podría verse como un auxilio a la crisis actual. Escuelas cada vez más aisladas Otros afectados son los docentes y alumnos de las 11 escuelas que hay en las islas del Delta. La bajante hace cada vez más difícil poder llegar a cada establecimiento, debido a que los ríos y arroyos son las vías para ir y volver de clases. Las 11 instituciones educativas son: Escuela N° 46 “Patagonia Argentina”: UPH 1. Lote 11, Boca de las Piedras Escuela N° 24 “Gregorio Spiazzi”: UPH 1. Arroyo Careaga (Dpto. Diamante) Escuela N° 41 “Ángel Piaggio”: UPH 2. 1° Sección Islas, Victoria. Arroyo El Salto y Paranacito Rosario Escuela N° 45 “Martín J. Thompson”: UPH 2. Isla La Invernada. Laguna El Embudo Escuela N° 26 “L. N. Alem”: UPH 2. 2° Sección de Islas. Paraje Charigüé Escuela N° 42 “Alejo Peyret” (escuela flotante) UPH 3. Arroyo El Brasilero Escuela N° 3 “Manuel Savio”: UPH 3. En Las cuatro bocas; arroyos Paranacito Rosario y Los Laureles Escuela N° 61 “Francisco Ramírez” (escuela flotante): UPH 3. Arroyo Paranacito Rosario Escuela N° 40 “El Tempe Argentino” (antes era flotante): UPH 3. En la margen derecha del arroyo Barrancoso Escuela N° 62 “Virgen de Luján” (escuela flotante): UPH 3. 4° Sección de Islas, Arroyo Los Laureles Escuela Nº 1139 “Marcos Sastre”: UPH 2. isla El Espinillo (depende de Santa Fe) Escuela N° 58 “Marcos Sastre” (escuela flotante): UPH 3. En la 4° Sección de islas, en el arroyo Barrancoso Una “sentencia de muerte” y miles de millones Ernesto Núñez se refirió también a una amenaza aún mayor para el humedal y todo el Delta: “Queremos recalcar algo: el gobierno nacional está planteando y ya arreglando todo para llevar la Hidrovía de 34 pies a 42 pies. Eso es la sentencia de muerte para el humedal. Si lo van a hacer por lo menos draguen las bocas y que entre agua al humedal, porque si lo llevan a 42 pies es la sentencia de muerte”, advirtió. Según publicó en abril el diario La Nación, el gobierno de Javier Milei impulsa un régimen de iniciativa privada para hacerse cargo de la concesión de la Hidrovía. Cita un estudio que “propone ahora una licitación internacional vía concesión, a riesgo empresario y sin aval del Estado, con sustentabilidad económica y ambiental. También varias mejoras en la vía troncal de navegación para facilitar el transporte del grueso de las exportaciones, con una proyección de aumento de cargas de 27% hasta 2030”. Para esto, sería necesario dragar para profundizar “de 34 a 42 pies el calado desde los puertos graneleros privados de San Martín (Santa Fe) y el de contenedores de Rosario hasta la salida marítima, para permitir el ingreso de buques más modernos de mayor eslora”. A su vez, el informe periodístico apunta las fortunas extras que amasarían con esta obra: “La actualización del estudio técnico, financiado por las cámaras de la industria aceitera (Ciara) y de exportadores de cereales (CEC), de la industria siderúrgica, de puertos comerciales privados y la Bolsa de Comercio de Rosario, calcula que la inversión total se ubicará en torno de US$3000 millones para una concesión de 15 años sin inversión ni costo estatal, y que en ese lapso las mejoras permitirían un ahorro de costos logísticos de US$420 millones dentro del sistema nacional troncal (SNT) de la Hidrovía, con un peaje que bajaría a US$2,80 por tonelada registrada y de casi US$4500 millones fuera del SNT por mayor velocidad y volumen de carga de bodega y menor cantidad necesaria de buques, que agilizaría el tráfico fluvial”. Pareciera ser un panorama difícil que enfrenta a los sectores más poderosos del conglomerado agroexportador con quienes defienden el agua y la vida en el humedal del Delta de Victoria. Análisis

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