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  • ¿Se resolvió el misterio de Jack el Destripador?: un siglo después, una prueba de ADN conecta a un sospechoso con los crímenes de Whitechapel

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 10/10/2024 08:52

    Russell Edwards asoció a Aaron Kosminski con Jack el Destripador utilizando pruebas de ADN (Imagen Ilustrativa Infobae) Jack el Destripador podría haber sido identificado finalmente tras más de un siglo de misterios y especulaciones. Russell Edwards, un investigador que lleva casi tres décadas estudiando el famoso caso, usó tecnología avanzada de reconstrucción facial para crear una imagen en blanco y negro generada por computadora de cómo podría haber lucido el asesino en 1888. Según sus investigaciones, Edwards asegura que, a través de pruebas de ADN obtenidas de un chal, se ha demostrado que el infame asesino sería Aaron Kosminski, un inmigrante polaco considerado sospechoso clave en su momento. El autor también sostiene haber descubierto motivos detrás de las mutilaciones de las víctimas y cómo el asesino logró evadir la justicia. El ADN se convirtió en la pieza central de la investigación. Edwards adquirió el chal en una subasta en 2007 y lo sometió a pruebas de ADN que revelaron manchas de sangre y semen en el tejido. “Se descubrió que la sangre coincidía con un descendiente directo de la víctima Catherine Eddowes, mientras que el semen estaba vinculado a un pariente de la hermana de Kosminski,” explicó el investigador. En su libro, “Naming Jack the Ripper: The Definitive Reveal”, el investigador detalló todo su estudio. Una investigación resultó en la posible imagen de la cara de Jack el Destripador (Crédito: Russell Edwards) Debates y polémica respecto a la identidad de Jack el Destripador Las controvertidas pruebas de ADN generaron debates en la comunidad de expertos. En 2014, Andrew Smith, un especialista en el caso del Destripador, dijo que para resolverlo “se necesitan pruebas forenses y no hay ninguna”. En un artículo escrito por Mick Reed de la Universidad de New England para The Conversation, se cuestionó la autenticidad del chal, sugiriendo que la evidencia podría haber estado contaminada a lo largo de los años. Los informes confidenciales de la policía publicados en 1894, conocidos como el Memorando de Macnaghten, registraron que los detectives creían que Kosminski tenía un “gran odio hacia las mujeres, especialmente de la clase prostituta, y fuertes tendencias homicidas”. La figura de Aaron Kosminski sigue siendo tema de debate, ya que, según documentación histórica, su vida fue tumultuosa. Nacido el 11 de septiembre de 1865, creció en Klodawa, cerca de Varsovia. Tras la muerte de su padre a los ocho años, la familia emigró a Londres en 1882. Durante la investigación de los asesinatos, el Dr. Robert Anderson, jefe del Departamento de Investigación Criminal de Londres, identificó a Kosminski como el principal sospechoso. El misterio persiste no solo por las incertidumbres en torno al ADN, sino también por las complejas circunstancias históricas y sociales de la época. Edwards plantea en su nueva obra que las conexiones masónicas de la familia de Kosminski podrían haberle ayudado a esquivar la justicia. “Kosminski nunca fue arrestado y, en 1890, tras sufrir lo que se cree que fue un colapso esquizofrénico, fue internado en el asilo de lunáticos de Colney Hatch, al norte de Londres”, reveló. La posible influencia masónica sobre la familia de Kosminski se considera en la investigación (Imagen Ilustrativa Infobae) Quién era Jack el Destripador Jack el Destripador fue el apodo dado a un asesino en serie que aterrorizó el distrito de Whitechapel en Londres durante el año 1888. El criminal se hizo famoso por sus brutales asesinatos de al menos cinco mujeres, todas ellas trabajadoras sexuales, en las calles de este barrio. Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados con terribles mutilaciones, lo que generó pánico entre la población y una atención mediática sin precedentes. A pesar de los esfuerzos de la Policía Metropolitana de Londres y del creciente interés del público y la prensa, nunca se logró identificar ni capturar al asesino. El misterio que rodea a la identidad de Jack el Destripador persistió por más de un siglo, lo que dio lugar a muchas teorías sobre su verdadera identidad. Algunas hipótesis señalan a médicos, carniceros o incluso personajes de la alta sociedad como los posibles responsables de los crímenes. Las cartas que supuestamente fueron enviadas por el asesino a la policía, aunque su autenticidad es debatida, contribuyeron a cimentar la leyenda y el apodo de “Jack el Destripador”. Su caso sigue siendo uno de los más célebres y estudiados en la historia de los crímenes sin resolver.

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