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  • Qué se va a morir el Negro Palma, si seguirá gambeteando el tiempo y nada lo detendrá

    » La Capital

    Fecha: 09/10/2024 13:32

    El ídolo de Central falleció a los 66 años pero su trayectoria perdurará en la memoria del hincha auriazul y de los que apreciaron su calidad con el balón. Omar Palma seguirá vivo en la memoria del hincha canalla y de todos los futboleros que apreciaron su talento. La pelota al pie. La cabeza levantada. La corrida indefectiblemente hacia adelante. La gambeta no se detiene. El Negro Palma atraviesa el tiempo y nada ni nadie podrá frenarlo. Ni la muerte, que le llegó a los 66 años , causando un inmenso dolor en sus seres más cercanos, en la hinchada de Central, que lo tiene entre sus máximos ídolos, y en fanáticos de otros clubes, que lo despidieron con un enorme respeto, en una muestra de su grandeza. El Negro está vivo. En el recuerdo de quienes gozaron y admiraron el talento de Omar Palma durante las décadas del 80 y el 90. En el cariño y estima de las nuevas generaciones , que escucharon de sus cualidades, de sus conquistas y lo conocieron a través de tantas imágenes y filmaciones que perduran con el paso de los años. La salud del Negro Palma: su estado es crítico y son horas decisivas Qué se va a morir el Negro. Si está presente en cada charla futbolera sobre ese petiso chaqueño que de chico llegó a Rosario junto a su familia y corriendo detrás de una pelota fue admirado por unos y reconocido por todos. Su muerte física del lunes por la noche, informada por el Hospital Italiano, donde estaba internado desde el lunes de la semana pasada debido a un ACV, no es capaz de derribarlo de la historia de Central y del fútbol argentino. Embed - Hasta siempre, Negro querido Hoy es el hincha de Central el que siente la necesidad de acordarse más que nunca de Palma. Porque la vida del Tordo es también la de cada uno de los que están atravesados por la pasión auriazul. El Negro es un símbolo canalla. Ganador como ninguno. Nadie levantó tantos títulos, 2 nacionales (Nacional 1980 y Primera División 1986/1987) y uno internacional (Conmebol 1995), con la camiseta a rayas azules y amarillas. >> Leer más: Miles de hinchas en el velatorio de Palma Logros y conquistas posibles por sus cualidades, por su destreza con el balón, por sus movimientos zigzagueantes, sus asistencias y sus goles, exquisitos, impactantes, decisivos. Indiscutible e idolatrado. Admirado por su parcialidad y considerado entre los más grandes del club de Arroyito en el último medio siglo, ocupando un sitio reservado para unos pocos: Don Ángel Tulio Zof, que tenía al Negro como su futbolista preferido, Aldo Pedro Poy, Mario Kempes y Edgardo Bauza. image - 2024-10-08T210830.621.png Omar Palma y Ángel Tulio Zof, una sociedad que le dio tres títulos a Rosario Central. La grandeza de Palma trascendió hasta estos días y así seguirá. Forjada desde las inferiores de Central y por la visión de Marcelo Pagani. El excentrodelantero canalla de la década del 60 y mundialista en 1962 lo retuvo cuando el Negro estaba relegado y no descartaba largar el fútbol. Pagani armó un equipo que le dio un impulso vital a Palma para seguir y luego dar el paso a la primera. Don Ángel lo hizo debutar en la primera en 1979, en la famosa Sinfónica, que terminaría siendo semifinalista del torneo Nacional y que venía de alcanzar la misma instancia en el torneo Metropolitano. Palma tenía 21 años y sus presencias en la primera división canalla resultarían intermitentes. Roja y la chance al Negro Palma Pero tanto talento merecía una oportunidad. Héctor Chazarreta fue expulsado en los cuartos de final del Nacional 80 y Palma fue designado por Zof para reemplazarlo en la semifinal de ida frente a Newell’s en el Gigante. Jugó de volante central, junto a dos mediocampistas dotados, José Luis Gaitán y Eduardo Bacas. Cumplió y siguió de titular, hasta coronarse campeón. Así comenzaría su zaga exitosa en el club, con el primero de sus títulos y el primero de sus goles en una definición. Es que Palma tuvo la particularidad que convirtió desde ese momento en cada consagración de Central. Como en la final de ese Nacional, contra Racing de Córdoba en Arroyito, que el conjunto auriazul ganó por 5 a 1. Culminó una jugada fantástica, con un derechazo potente desde afuera del área que se metió en el ángulo del arquero Juan Manuel Ramos. Fue el 2 a 0 parcial ante el conjunto que contaba con el distinguido Pato Roberto Gasparini, años después su compañero en el Central campeón del 86/87. >> Leer más: Enorme gesto: el Negro Zamora fue a despedirse de Palma Los años siguientes no fueron tan buenos. Alternó entre los titulares y los suplentes. Ingresando desde el banco, en 1981 anotó uno de sus mejores goles de tiro libre. Con un toque sutil, combado, introdujo el balón en el ángulo, la tarde en la Bombonera que Boca le ganó a Central por 3 a 2, con un penal inventado en el final, convertido Diego Maradona. Durante ese primera etapa de su carrera, las expulsiones se hicieron costumbre. Si bien fue un futbolista dotado técnicamente, si había que meter pierna fuerte, lo hacía. A veces en exceso. Y como además en ocasiones perdía la compostura, los árbitros le mostraban con frecuencia la tarjeta roja. Un temperamento caliente que fue dosificando con los años. Igual se convirtió en el futbolista de Central con mayor cantidad de expulsiones: 16. Un retroceso que fue de impulso El Negro no se terminaba de asentar y encima convivió con el declive de Central. Hasta que llegó el descenso de 1984. Una fractura en el peroné lo dejó afuera del equipo en el último tramo del torneo, en el que el conjunto auriazul bajó a la entonces Primera B. La resurrección de Central fue también la de Palma en aquel torneo de la segunda división del fútbol argentino de 1985. Compartiendo la mitad de cancha con el habilidoso Raúl de la Cruz Chaparro y el batallador Adelqui Cornaglia, el Negro la rompió y el equipo dirigido por Pedro Marchetta recuperó su lugar en primera. Cuando no, con un gol de Palma, ingresando al área a pura gambeta para el triunfo sobre Villa Dálmine por 2 a 1 y el ascenso varias fechas antes del final. El partido se suspendió por el festejo del público y cuando se reanudó varios días después culminó 2 a 2. image - 2024-10-08T210910.143.png El exfutbolista saluda en el Gigante al público canalla, con el que mantuvo siempre un lazo afectivo muy fuerte. Lo mejor de Palma estaba por venir. Antes se fue a jugar unos meses a Colón, porque Central se quedó sin competencia durante seis meses. El Negro regresó al canalla, se reencontró con Don Ángel y fue la figura de un conjunto que obtuvo un torneo largo en el ámbito nacional por primera y única vez en su historia. Palmita fue imparable. Desequilibrante y máximo goleador del torneo, con 20 tantos. El último, el del penal para el 1 a 1 frente a Temperley y nueva vuelta olímpica. El destino quiso que fuese autor de otro gol definitorio, porque el principal responsable de patear los penales, el Pato Gasparini, había dejado la cancha por una dura infracción. El gol a Central que no gritó Estrella y campeón, cortó el vínculo con Central, no el afectivo, para jugar en River. Con esa camiseta, le anotó un gol al club de sus amores en el Gigante. No lo gritó y el hincha canalla lo aplaudió. Palma continúo en Veracruz de México, donde tuvo de compañero al Patón Bauza. Y en 1992 retornó a Central, para jugar preferentemente de mediocampista central, distribuyendo juego, en vez de volante interior derecho o izquierdo. Comandó el que consideró fue el mejor equipo canalla que integró, el que obtuvo la Copa Conmebol 1995, junto a Vitamina Sánchez, Polilla Da Silva, Martín Cardetti, Chacho Coudet, Petaco Carbonari y Tito Bonano, con la dirección de Don Ángel. >> Leer más: El homenaje de los futbolistas al ídolo canalla Palma, otra vez, fue determinante en una definición. Convirtió su tiro en la definición por penales ante Mineiro. Y como capitán, levantó el trofeo en el Gigante. Previo a esa coronación, cumplió algo que le faltaba: anotarle un gol a Newell’s. Fue de tiro libre, a Luis Islas. Eso sí, siempre lamentó no haber tenido ninguna convocatoria a la selección argentina. Embed - Omar Palma vs Newell´s - 1995 Fue estirando su trayectoria, hasta que a los 40 años se retiró en su club. Dirigió en inferiores y en primera, cuando Central estaba en la Primera B Nacional. Pero ya estaba en la historia canalla. Y en la del fútbol argentino. Qué se va a morir el Negro. Está vivo en la memoria canalla y en tantos futboleros, hinchas de Newell’s incluso, que lo tienen presente. El fútbol, por siempre, agradecido por todo lo que dio.

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