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  • Ezequiel, me engañaste: la cultura del escrache se volvió publicidad en las calles de Rosario

    » La Capital

    Fecha: 08/10/2024 10:26

    La ciudad se llenó de pasacalles y carteles de supuestas parejas engañadas con sed de venganza. La verdadera historia detrás de los letreros "Ezequiel: me engañaste. Te dejo las fotos para que veas lo que hace", dice el cartel , irresistible para curiosos, que está acompañado de un código QR que promete más detalles. Los letreros se repiten en las calles de la ciudad. En varios postes de barrio Martin y la zona sur . Y no es el único: en el centro y en esquinas estratégicas del macrocentro aparecieron este fin de semana carteles y pasacalles que tienen como víctima a Juan Carlos. "Me gorreaste, ahora todo Rosario va a ver tus nudes", señalan. Sin embargo, detrás de los supuestos escraches no hay parejas despechadas ni hombres infieles. Son la estrategia publicitaria que eligieron una vendedora de ollas Essen y una pizzería, en una osada apuesta para mejorar sus ventas. Cintia González es profesora de matemática . Desde hace diez años ejerce su profesión, actualmente en dos escuelas privadas de la zona sur y en la sede Baigorria del Instituto Politécnico. Pero, como sucede con muchos docentes, los ingresos familiares no le alcanzan para llegar a fin de mes. Así que hace un tiempo empezó a vender ollas Essen para generarse un ingreso extra . "Siempre me gustó cocinar y cuando conocí la calidad de estos productos no dudé en probar suerte", cuenta en diálogo con La Capital. Fue, justamente, en uno de los grupos de revendedoras donde surgió la idea de una singular campaña publicitaria. Alguna de las mujeres sugirió la estrategia publicitaria y Cintia no dudó en probar suerte. "Hicieron varias propuestas y yo elegí esta", recuerda. Hace un mes generó los QR que imprimió en varios carteles que apuntaban contra el engaño de Ezequiel, después pegó las hojas blancas tamaño oficio en los trayectos que hacía para ir a trabajar o para acompañar a sus hijas a varias actividades. Los resultados no tardaron en llegar: incrementó su número de seguidores en Instagram y cosechó simpatías. "Me escribieron muchos chicos llamados Ezequiel diciendo "Yo no fui" o "Te aseguro que yo no hice nada". Y mis alumnos también se divirtieron con la idea. Algunos me preguntaron: "Profe, vos sos la de Ezequiel", cuenta. La estrategia, dice, fue buscar una vía divertida de acercarse a posibles clientes. "La idea era buscar una forma innovadora de promocionarnos. Los folletos ya no van más, la gente los tira, y si bien me cuestan las redes sociales, creo que sirven para animarse a otras cosas. Lo de Ezequiel me pareció una buena manera de llamar la atención. ¿Quién no se va a parar a escanear un mensaje así?", pregunta. Las personas que probaron suerte, no encontraron fotos íntimas, ni mucho menos. Apenas la cuenta de Instagram de Cintia, donde explica los beneficios de Essen y ofrece recetas de tartas, galletitas y tortas. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Cintia Gonzalez EIE 290583 (@cintiacg754) Docente y emprendedora Cintia ejerce la docencia desde hace diez años. Pero, como muchos, con su salario no le alcanza para llegar a fin de mes. "Tengo dos hijos y vivo corriendo de una escuela a la otra y haciendo malabares para vivir. No dejo el aula porque es mi lugar, mi vocación. Pero si saco las cuentas, me reditúa más vender Essen", cuenta. Con esa actividad, que al principio iba a ser sólo un rebusque, arrancó hace cinco años. Ya tenía experiencia en ventas: de estudiante se había mantenido vendiendo bijouteri, perfumes y lencería. "A mí siempre me gustó cocinar y cuando vi la calidad de las ollas, pensé que era por ahí", sostiene. "Ejercer la docencia es un gusto, el contacto con los chicos del secundario te saca años. Más en este momento, con las realidades que viven los adolescentes en su casa y que encuentran en la escuela un lugar donde estar cómodos. Eso es muy gratificante. Pero los salarios no están a la altura de la tarea que hacemos", afirma. El mes pasado, sin ir más lejos, lo que recibió como revendedora de ollas, sartenes y cacerolas igualó su ingreso como profesora. "Aún así, no llegué a fin de mes. En casa somos cuatro, mi marido también trabaja pero el alquiler se nos fue por las nubes y los productos de la canasta básica ni hablar", señala. También una pizzería Los carteles de Cintia no son los únicos que aparecieron por estos días en las calles de la ciudad. En varias esquinas del macrocentro hay afiches y pasacalles con leyendas similares: "Juan Carlos. Me gorreaste, ahora todo Rosario va a ver tus nudes". En estos casos el código QR remite a la promoción de una cadena de pizzerías. No es por spoilear, pero hay cervezas gratis.

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