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  • Patricia Sosa: "Nos estamos perdiendo del otro entre tanta tecnología"

    » La Capital

    Fecha: 08/10/2024 10:24

    Patricia Sosa es una de las voces más potentes y reconocibles de la música argentina. Con casi cinco décadas de carrera a sus espaldas, mantiene intacta su voluntad de conectar con los otros a través de las canciones. En el marco de su “Gira Mágica”, que recorre distintos puntos del país, vuelve a Rosario. La cita es este viernes 11, a las 21, en el Teatro Astengo (Mitre 754). Con una contundente trayectoria, mantiene su vigencia a fuerza de astucia y talento: sostiene vínculos históricos con artistas como Sandra Mihanovich, Marcela Morelo y Julia Zenko, también se abre con atención y curiosidad a las nuevas generaciones. En 2021, hizo un mash up con María Becerra en el que unió su clásico “Endúlzame los oídos” con el tema “Acaramelado” de la joven cantante. En 2023, dio una serie de shows sinfónicos a sala llena. Este año, opta por volver a las bases y repasar su amplio repertorio cuerpo a cuerpo ante un público fiel. Después de pasar por Rosario (y por Santa Fe el jueves 10), seguirá hacia La Pampa, Neuquén y Bahía Blanca, para cerrar el 15 de noviembre el Teatro Gran Rex de la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con La Capital, y con toda su calidez y sentido del humor, Patricia Sosa habló de su presente, los proyectos en camino y de su vínculo con las nuevas generaciones de artistas. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Patricia Sosa (@patriciasosaoficial) >> Leer más: Antonio Birabent: "Me di cuenta de que me gusta mucho el rock and roll" - ¿Cómo surge esta “Gira mágica”? Estuve un año y pico haciendo teatro de texto. Y entre eso y muchos festivales, quedé reventada. Me daba cuenta que lo que más me quitaba era ocio creativo. Tenía que parar y no hacer nada. Así que paré y me encerré en el estudio, con músicos amigos. Me junté con Daniel Vila más que nada, un gran pianista, y compusimos 24 temas de un tirón. Tenía tanto guardado. Empecé a grabar y le dije a mi productora que necesitaba salir a tocar, porque si no iba a envejecer. Me voy a poner de mal humor. Así que armamos esta gira linda y grande, a la que le puse gira mágica porque el primer día que nos juntamos con la banda, estuvimos como seis horas tocando sin darnos cuenta. La mágica de la música nos envuelve de nuevo. Armé un repertorio que necesitaba que dejara un mensaje. Metí cinco temas nuevos y es muy difícil eso. El otro día miraba el show de Paul McCartney, que por supuesto tocó algunos temas no tan populares. Si a una gloria como él, le cuestionan que meta temas nuevos o no tan conocidos, imaginate a mí. Pero veo que la gente los recibe con los ojos cerrados, porque el espectáculo está armado para tratar de dejar un mensaje. Hay canciones como “Sólo quiero rock and roll” que son para divertirse, pero el 90% te deja algo. Es lo que necesito hacer en esta etapa de mi vida. Tratar de que no sea todo tan efímero, tan rápido. - Compusiste muchos temas nuevos y decís que necesitás que el show deje un mensaje. ¿Qué tenés ganas de decirle a la gente? Primero, que bajemos un poco la guardia. Estamos todos con la guardia muy alta, con miedo, a la defensiva. No nos dejamos querer. Una de las canciones nuevas dice “Dejate querer, dejate cuidar”. Es necesario que volvamos a un montón de esencias que tienen que ver con el prójimo. Antes te llamaban por teléfono y te ponías contenta. Ahora te piden permiso para llamarte. Yo necesito encontrarme con la gente desde la experiencia. No me gustan los encuentros efímeros, superficiales. Quiero mirar a los ojos y prestar atención a la profundidad de lo que me quieren o me querrían decir. Valorar al otro como un ser único, irrepetible. Quiero pasar por ahí porque la vida es muy corta y nos estamos perdiendo del otro entre tanta tecnología. Entonces me gusta que en mis conciertos, todos seamos parte de una experiencia de este tipo. Yo cumpliendo un rol arriba del escenario, comunicando, y cada uno de los espectadores cumpliendo su rol. Cada uno llega con un pasado, con un dolor, con una ilusión, con su vida. Y eso se nota si uno presta atención. Yo que tengo los canales muy abiertos para recibir, me doy cuenta cuando una persona en la platea está más sensible que otra, o cuando una está muy dura. En definitiva, quiero que todos nos vayamos habiendo dejado el aspecto terrenal en la calle y podamos entrar a una experiencia colectiva. Embed - Patricia Sosa - Tratando de cambiar el mundo (Vivo - Gran Rex) - Antes mencionabas la dificultad de armar el repertorio. A esta altura de tu carrera, ¿cómo hacés un balance entre los clásicos y tus canciones nuevas? Es muy difícil. Tengo canciones que fueron hits en el 84, así que muchas personas vienen a buscar eso, y cómo no se los voy a dar. Hay muchos artistas que se niegan a tocar temas así, pero cómo me voy a negar a eso que le hizo bien al otro. Tardo un poco en armar el repertorio y trato de que pase por diferentes estados, como la vida misma: estás bien arriba, después un poco abajo, después reflexiones, después subís de nuevo. Trato de elegir canciones de cada uno de los discos, que me representen, que las letras sean profundas, y que le gusten a la gente. Y que tampoco falten los éxitos, porque si no canto “Endulzame los oidos”, “Aprender a volar”, o “El mar más grande que hay” me matan. Es difícil pero lo logro, y por eso no hago espectáculos cortos. Cuando me piden espectáculos de 45 minutos para algún evento, no tengo idea qué cantar (risas). Es difícil pero cuando lo lográs nadas en un mar de placer. - ¿Tenés algún proyecto con todas esas canciones nuevas? Estoy haciendo dos discos simultáneamente. Por un lado, estoy haciendo un disco con mis canciones nuevas. Acabo de terminar de grabar tres temas, y “Dejate querer” ya tiene video. A su vez, la compañía, Sony Latin, me propuso hacer un disco de baladas latinoamericanas de 1995 a 2005 con el cantante mexicano Manuel Mijares. Él es divino y un cantante de la puta madre. Son baladas que conoce todo el mundo, de Sin Bandera, de Montaner, de Son by Four, de Juan Luis Guerra, de Luis Fonsi. Todas han sido número uno en esa década que abarca el disco. Lo estoy disfrutando mucho, con arreglos de Daniel Vila y la producción de Oscar (Mediavilla). - ¿Cómo te preparás para esta gira? No veo la hora de subir al micro de gira. Ese motorhome es mi segundo hogar. No me gusta ir en avión. Quiero estar en mi cucheta tocando la viola. Me gusta mucho el público local, el de cada lugar. En Rosario tengo grandes amigos, como Juan Baglietto. Tengo recuerdos divinos de tocar en el Monumento a la Bandera. Cierro los ojos y veo esa multitud. Rosario siempre me acompañó. De hecho, mi técnica es rosarina: el Negro Ojeda trabaja conmigo desde el 84, y mi monitorista Manolo Cerrudo también está hace más de veinte años. - Después de tantos años de carrera, ¿qué te sorprende todavía? Ahora me sorprende muchísimo que con un posteo de Instagram los chicos de la nueva camada llenen estadios. Nosotros hemos remado en barro, no en el agua del Paraná. Nos costó mucho. Pero por eso mismo me siento muy sólida, porque todo eso te da algo que no se puede conseguir de otra manera que es la experiencia. Después me sorprende de estos pibes que aparecen mucho los problemas de salud mental. Me asusta. Hay muchos haters, hacen mucho daño. Leía a la maravillosa Tini, ante quien me saco el sombrero. Hablé con ella la semana pasada. Le hacen críticas a su cuerpo y se ve cuán presente está el odio. Eso me molesta. Me dan ganas de decirles a todos estos pibes que toquen, que se diviertan, que se cuiden de la gente con la que se juntan. Me sale la madre. Es muy difícil esto si se toma como carrera, hay que tomarlo como un camino y como una misión, no como una carrera.

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