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  • Trápala celebra sus 50 años con un abrazo al maestro del teatro cordobés, Antonio Barrios

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/10/2024 01:27

    La familia del teatro cordobesa celebró este lunes un merecido homenaje a una figura entrañable que ha visto casi echar los dientes a varias generaciones de actores y actrices de la ciudad, tanto desde las tablas del teatro como desde su puesto docente en la Escuela de Arte Dramático de Córdoba. Y lo hizo en un evento generoso en el que la compañía Trápala, la más veterana de la escena cordobesa, cedió el foco de sus bodas de oro para iluminar al maestro Antonio Barrios Gutiérrez. Con Paco Montero y Juan Carlos Villanueva como maestros de ceremonias, la sala Telares del Gran Teatro se convirtió en escenario para el abrazo al maestro, que llegó por vía presencial y digital. Y es que son muchos los intérpretes que han pasado por la batuta de Barrios, un hombre que se confesaba entre bromas «bígamo» por haber sido de los pocos privilegiados en haber tenido dos familias, la suya, numerosísima y cargada de talento teatral, y la familia artística, la del teatro, compuesta por una legión de alumnos, equivalentes a hijos adoptivos que han crecido a su alrededor como champiñones. Antonio Barrios, con Trápala, en el homenaje de la compañía al maestro. / CÓRDOBA Dicen que tiene sus años, pero lo cierto es que es imposible adivinar su edad porque parece conservarse en formol. El secreto de su lozanía, según reveló a los presentes es haberse rodeado siempre de juventud que destila. «Trabajar con la gente joven es lo que me da la fuerza para continuar en este proyecto pese a mis muchos años», sentenció con una sonrisa. Antonio Barrios, en 'Federica de Bramante'. / CÓRDOBA Humildad, cercanía, magisterio, ternura y paciencia «Humildad, cercanía, magisterio, ternura y paciencia»... Con esas palabras empezó Villanueva describiendo a Antonio Barrios en una semblanza en la que destacó la capacidad del que fuera director de la ESAD de formar «en unos años muy difíciles sin imposiciones, haciendo y dejando hacer». Según relató su alumno, Antonio Barrios cambió los designios familiares al cambiar la toga por el teatro aunque también hizo sus pinitos como cantante barítono. Fue maestro en pueblos de la provincia hasta que acabó formando parte, primero como interino y después como numerario, del personal de la Escuela de Arte Dramático de Córdoba, llevando siempre por bandera «la defensa del teatro como materia transversal y muy valiosa en todas las etapas de la enseñanza». Antonio Barrios, por los Álvarez Quintero. / CÓRDOBA A lo largo de su biografía, Antonio Barrios ha levantado varias compañías de teatro. Entre ellas, La Garnacha, en los años 70, El Grupo de Teatro Andaluz después, y la Compañía de Teatro Clásico de Córdoba, Teatro Par, que sigue dirigiendo y que tiene como objetivo recuperar a los autores clásicos para el público actual. El acto de homenaje contó con la presencia del director general de Cultura del Ayuntamiento, Juan Miguel Moreno Calderón, y de todos los actores y actrices que trabajan en Córdoba y que pudieron acudir a la cita, no solo los miembros de Trápala sino otros exalumnos como Nieves Palma, Pura Mayorgas, Máximo Ortega, Rafa Vera, Marisol Membrillo, Mamen Rey... Los que no viven cerca tampoco quisieron faltar al homenaje y gracias a la intervención de Trápala, artífices del montaje, fue posible recordar muchas caras en una proyección de fotografías y en una serie de vídeos que enviaron algunos de los alumnos que están fuera. Así, por el proyector pasaron Aníbal Soto, que agradeció efusivamente el impulso que le dio Antonio Barrios en su día para dejarse llevar por su pasión teatral; Luis Rallo, quien puso el acento en el amor y el cariño con el que siempre trató a todo el alumnado de la escuela; Carmen Tejedera, que le envió un beso desde Roma; María Morales, que le agradeció que haya vivido la profesión con tanta generosidad; Carlos de Austria, María Jesús Martín, Javier Carmona y Leonor Canales, que lo recordó valiéndose de una frase de Bertolt Brecht: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles». Antonio Barrios con algunos de los alumnos que hoy son actores profesionales. / CÓRDOBA Tras el recital de elogios, que él recogió emocionado, Antonio recibió de manos de Trápala unas flores y un cuadro que recogió emocionado. Después, tomó la palabra y aprovechó para reconocer el trabajo seguramente silencioso de su pareja, la madre de sus hijos, y compañera de fatigas, gracias a la cual fue posible compaginar su trabajo con todo lo demás. «Mi mujer, pieza indispensable, no solo me ha apoyado y criticado, sino que tuvo que intervenir en algunas obras haciendo algunos papeles", explicó. También tuvo un recuerdo especial para todos sus alumnos. «Entre Córdoba y Madrid hay un gran lazo que une a los alumnos que se fueron y han alcanzado su plenitud allí no solo como actores sino como técnicos, iluminación, sastrería... los recuerdo a todos», dijo, «igual que los que se han quedado en Córdoba valientemente y han compartido con nosotros muchos acontecimientos». Un abrazo para todos. Suscríbete para seguir leyendo

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