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  • Nacionalismo, comunismo y putinismo (y 2)

    » Diario Cordoba

    Fecha: 05/10/2024 23:43

    En sus paseos infantiles por su hermosa ciudad natal, Vladimir Putin comenzó a admirar los grandes gobernantes que la convirtieron en el centro de un imperio respetado por todo el planeta. Su mítico fundador, el zar Pedro I (1662-1725), la no menos legendaria Catalina II (1729-96), Nicolás I (1796-1855), el déspota modernizador celebrado como modelo por toda la reacción europea, y el Stalin de su postrer y enigmático periodo, de una rusofilia elevada a la última potencia, cuando el país más dilatado del globo disputaba ásperamente la hegemonía mundial a los arrolladores Estados Unidos de inicios de la Guerra Fría, dejaron todos ellos recuerdos sin fin en una capital que, en tiempo verdaderamente récord, se erigió en un centro inigualable de poder y en una urbe de prodigios belleza. Pese a los destrozos devastadores de la artillería hitleriana durante el famoso, largo y cruento sitio a que fuese sometida por las unidades de élite del III Reich, las iglesias y conventos se enseñoreaban todavía de su inigualable geografía con hondo impacto en un adolescente con muy fuerte aguijón por penetrar en la identidad de su amada nación. Al discurrir por esta senda, Putin grabaría en su envidiable memoria la imagen de un mariscal Kutusov (1745-1813) que en la otra capital el Imperio haría desfilar gran número de sus unidades, en la víspera de la gigantesca batalla de Borodino, ante las imágenes y estandartes de popes y prelados ortodoxos como prenda segura de su victoria frente a los ateos soldados napoleónicos. Indudablemente, tal cúmulo de vivencias hace comprender, como se decía más arriba, que el actual líder ruso estime como una catástrofe geopolítica de contornos ilimitados la desaparición de la antigua URSS y con ella la hegemonía planetaria que durante el medio siglo anterior usufructuara. De manera, pues, que el putinismo no pasa de ser sino la última versión por ahora del nacional-cesaropapismo de las etapas más florecientes de la Rusia imperial, colonialista y misionera de tiempos exaltados por guerreros, músicos, novelistas y científicos colocados en la vanguardia de la civilización occidental, pese a su génesis y algunos de sus rasgos estructurales. *Catedrático Suscríbete para seguir leyendo

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