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» Diario Cordoba
Fecha: 05/10/2024 23:39
Todo el mundo sabe de sobra que el objetivo de adelgazar no se reduce simplemente a pasar hambre. El proceso de perder ir perdiendo peso es mucho más complejo y depende de varios y múltiples factores: entre ellos, el metabolismo, que determina cuántas calorías quema el cuerpo en reposo, y la cantidad de masa muscular, ya que cuanto más músculo se tiene, más calorías se queman incluso sin actividad física. Además, la calidad del sueño y la gestión del estrés también influyen significativamente: el hecho de dormir mal o de sufrir estrés crónico, también genera algunos desequilibrios hormonales que favorecen el aumento de peso. El método de la temperatura corporal para bajar de peso En este contexto, el frío ha emergido como un factor adicional que puede jugar un papel en la aceleración del metabolismo. La termogénesis, el mecanismo por el cual el cuerpo quema calorías para mantener su temperatura interna, se activa cuando el entorno es más frío. Cuando estamos expuestos a temperaturas bajas, el cuerpo tiene que quemar más energía para mantenerse a 37ºC, lo que puede aumentar el gasto calórico diario en un 30%. Además, el frío estimula la producción de grasa parda, un tipo de grasa que, en lugar de almacenar energía como la grasa blanca, la quema para generar calor. Según la nutricionista Carolina Pérez Iglesias, cuando la temperatura ambiental desciende a 17ºC, el cuerpo produce más grasa parda, facilitando la quema de calorías y ayudando a prevenir el sobrepeso. Existen diferentes formas de aprovechar este principio en la vida cotidiana: por ejemplo, vivir en ambientes más fríos y reducir la temperatura de la calefacción en casa puede obligar al cuerpo a quemar calorías adicionales para mantenerse caliente. Este simple cambio no solo aumenta el gasto energético, sino que también mejora la capacidad del cuerpo para adaptarse a condiciones menos favorables. Otra estrategia es tomar duchas frías. Una ducha de solo dos minutos a 25ºC puede quemar aproximadamente 100 calorías. Además, las duchas frías también tienen otros beneficios como mejorar la circulación sanguínea y reducir la inflamación. También se ha popularizado el uso de vendas frías, que al ser aplicadas en zonas específicas del cuerpo, reducen la temperatura local, acelerando la actividad metabólica y favoreciendo la tonificación de los tejidos, además de eliminar toxinas. Por último incluso los alimentos y bebidas frías pueden ser aliados en este proceso: cuando se consumen productos a bajas temperaturas, el cuerpo necesita gastar energía para calentarlos hasta la temperatura interna de 37ºC. Por ejemplo, beber un litro de agua fría puede suponer un gasto adicional de calorías simplemente por el esfuerzo del organismo en calentarla.
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