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» Diario Cordoba
Fecha: 05/10/2024 23:35
La educación infantil contribuye a sembrar las mimbres formativas de los niños desde muy temprana edad. Con motivo este sábado 5 de octubre del Día Mundial del Docente, la catedrática de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Córdoba (UCO), Rosario Mérida, recuerda que, aunque en la actualidad la educación ha mejorado porque es más universal, el profesorado está más preparado y las nuevas tecnologías ayudan en determinados ámbitos, «hay que seguir avanzando en la aplicación de metodologías activas y participativas, centradas en el protagonismo del niño y de la niña, usando, además de los libros de texto, otros recursos educativos». En esta línea, destaca que se debe tender a currículos más reducidos, que permitan aprender a leer, escribir, cálculo, usar las tecnologías de la comunicación y de la información y a tener un compromiso firme con el cuidado del entorno, del medio ambiente, así como una educación para la ciudadanía y para el emprendimiento, que son los objetivos de desarrollo sostenible. Rosario Mérida, catedrática de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Córdoba. / A.J. GONZÁLEZ Educación más personalizada Rosario Mérida indica que queda aún para avanzar hacia una educación más personalizada, que es difícil por la alta ratio que aún existe en determinadas aulas, por lo que sería interesante que, en lugar de cerrar aulas, «se bajara la ratio para respetar la diversidad y ofrecer una atención más apropiada a cada alumno y alumna». Esta catedrática forma parte del grupo de investigación de la UCO Incide (Infancia, Ciudadanía, Democracia y Educación), que comparte el compromiso por desarrollar procesos de investigación, innovación y transferencia para comprender, empoderar y mejorar la vida de la infancia. Dentro de este grupo se ha desarrollado el modelo Medei, una propuesta de competencias pionera a nivel nacional e internacional para la excelencia docente en educación infantil, que quiere convertirse en una herramienta que ayude al profesorado en ejercicio y también a mejorar los planes de formación de los futuros educadores infantiles. Según Rosario Mérida, este modelo se ha construido mediante una revisión exhaustiva de experiencias en España y en Estados Unidos y las valoraciones de docentes de ambos países. Mérida, que es también la presidenta de la Red de Infantil Escuela-Centro de Formación del Profesorado-Universidad (Riecu), precisa que el modelo Medei está integrado por cinco dimensiones interrelacionadas, que se refieren a las competencias profesionales que debe poseer una persona preparada para educar a las infancias, «ya que van a trabajar con la mente y el corazón de los más pequeños, que es la materia prima que tenemos más delicada como humanidad». Alumnos de un colegio de Infantil y Primaria. / Europa Press Líneas pedagógicas Esta experta resalta que las líneas pedagógicas de María Zambrano, María Montessori o de centros, como las ecoescuelas (forest school), abogan por la necesidad de crear condiciones óptimas para formar a una ciudadanía más democrática y participativa desde tempranas edades. «Todos los últimos avances en neurociencia y epigenética muestran la importancia de que en los primeros años de vida, de los 0 a 6 años, que es cuando se desarrollan los circuitos neuronales y todas las competencias lingüísticas, sociales, emocionales y de comportamiento, se preste la mejor educación. Dentro del modelo Medei se hace alusión a metodologías de aprendizaje activo, que respeten la capacidad de participación del alumnado de Infantil, para responder a su hambre de conocimiento y a su carácter de investigadores incansables», explica. Alumnos que acaban de comenzar el grado de Educación Primaria en la Universidad de Córdoba. / CÓRDOBA Interacción con el medio «La teoría socioconstructivista del aprendizaje indica que los seres humanos desde su nacimiento aprenden en interacción con el medio físico y social y los profesores deben aportar y diseñar ambientes estimulantes para motivar e implicar al alumnado en las nuevas aventuras del aprendizaje. Los docentes deben tener una imagen rica y empoderada de la infancia, pues una última investigación internacional indica que, si los docentes creen en las capacidades de los niños, plantearán un aprendizaje basado en propuestas imaginativas y les propondrán desafíos. Este mismo modelo se aleja de una visión de sobreprotección de los menores y apuesta por cuidar el clima socioemocional del aula porque la neurociencia dice que «sin emoción no hay aprendizaje». Un aula que aporte bienestar emocional y respeto, para que el alumnado pueda interactuar en un ambiente que le facilite construir una autoestima fuerte y desarrollar seguridad en sí mismos, lo que les impulsará a asumir nuevos retos», sostiene. Esta catedrática defiende que también es muy importante en la educación Infantil una enseñanza compartida con la vecindad, con el centro, aula y las familias (pues las aulas pueden abrirse a las familias o vecindad para que colaboren en actividades). «Consensuar un modelo de aprendizaje para que haya corresponsabilidad y coherencia. Por ejemplo, si se aborda que la bollería no es sana, pues que las familias colaboren en que sus hijos no coman esos productos en el centro escolar», añade. Suscríbete para seguir leyendo
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