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  • 'El baño del diablo': el peor monstruo de Sitges es la sociedad

    » Diario Cordoba

    Fecha: 05/10/2024 23:00

    Que la película seguramente más impactante de este Sitges sea un drama casi factual dice mucho sobre el ser humano y nuestra sociedad. 'El baño del diablo' (Oficial Fantàstic Competició) no relata ninguna posesión sobrenatural, sino que saca a la luz una poco conocida epidemia criminal y autodestructiva que asoló zonas de habla germana en la Europa de los siglos XVII y XVIII: personas con impulsos suicidas, sobre todo mujeres, cometieron crímenes capitales, a menudo asesinatos de niños, para así poder ser detenidas, absueltas por un sacerdote y finalmente ejecutadas; evitaban de este modo la condenación eterna que les habría valido el suicidio, pecado imposible de confesar. "Hasta hace poco no sabíamos nada del tema, aunque aquello pasara en nuestro país", nos explica la directora austríaca Veronika Franz, autora con Severin Fiala de las también memorables e incómodas 'Goodnight mommy' y 'La cabaña siniestra'. "Supimos de ello escuchando a la historiadora Kathy Stuart en el pódcast 'This American life'. El tema nos fascinó y nos pusimos en contacto con ella. Explorando sus archivos encontramos los interrogatorios a una campesina llamada Eva Lizlfellnerin. Sus respuestas, en las que hablaba de tristezas y sueños, de su vida diaria, nos llegaron al alma. En los libros de historia no se explican estas vidas". Se apaga un alma luminosa La artista dark pop Anja Plaschg, alias Soap&Skin (era la voz del tema principal de 'Dark'), interpreta en 'El baño del diablo' a una versión de esa mujer "tan fácil de entender, tan moderna; una persona forzada al perfeccionismo que cayó en una depresión y, siendo los tiempos que eran, no pudo ser diagnosticada", en definición de Fiala. Tras casarse con un hombre al que apenas conoce y mudarse a una comunidad vecina, Agnes empieza a hundirse bajo la presión de las expectativas y normas de una sociedad ultrarreligiosa que nos gustaría creer más distante de la actual. Sigue el lento, amargo proceso de desintegración de un alma luminosa, como en algunos clásicos reveladores de Lars von Trier ('Rompiendo las olas', 'Bailar en la oscuridad'), comparación que Franz y Fiala entienden y agradecen. Su heroína, sea como sea, es todavía más complicada, menos fácil de ver solo como una víctima. Decide cometer un acto innombrable, "algo que no hace la película menos feminista, sino más feminista", señala Fiala. "Debe hablarse de la mujer en toda su inmensidad y eso incluye la capacidad de cometer el mal. Pero también queríamos que quedase claro que si hay un villano en toda esta historia, no sería ella, Agnes, sino la sociedad. Es culpa de todos que algo así pueda suceder". Camino a los Oscar Algunos meses después de sacudir el festival de Berlín, 'El baño del diablo' fue elegida como la representante austríaca en la carrera por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. ¿Quita el sueño este asunto al dúo de cineastas? "Sobre todo, nos han quitado el sueño los trámites", apunta Franz. "Ahora faltaría ir a Los Ángeles y ayudar a que la gente sepa que esta película existe. Pero tampoco sabemos si será muy del gusto de la academia. Es demasiado turbadora".

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