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  • Impotencia ante el aumento de estafas en la región: La tecnología al servicio, y la dificultad para frenarlas

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 04/10/2024 12:43

    En una entrevista exclusiva con Despertar Entrerriano, José María Rosatelli, Jefe de Criminalística de la Jefatura Departamental de la ciudad, expuso con profundidad las diversas modalidades de estafas que afectan a los habitantes de la región, con especial foco en los adultos mayores, un sector particularmente vulnerable. Rosatelli explicó cómo, a lo largo del tiempo, estas estafas han mutado y se han sofisticado, y detalló los desafíos a los que se enfrentan tanto las víctimas como las fuerzas de seguridad al intentar detener estos delitos. Evolución de las estafas: los ancianos, principales víctimas Rosatelli comenzó describiendo cómo los estafadores eligen a sus víctimas, y destacó que los adultos mayores son un blanco recurrente. «Lo que vemos es que las estafas van mutando en la forma y en el tipo. Una de las estafas que más nos afectaba era la del cambio de dólares o el llamado del ANSES», explicó. Los delincuentes aprovechan que muchas personas mayores aún utilizan teléfonos fijos, una señal clara para ellos. «Ellos saben que los teléfonos fijos los tienen personas mayores de 60 años», afirmó. Una de las modalidades más comunes es la llamada en la que los estafadores se hacen pasar por un familiar cercano, como un hijo o un nieto, logrando que las víctimas confíen rápidamente en ellos. «Llaman, entran en confianza y se hacen pasar por un hijo o nieto. Hay personas que están al acecho, paradas cerca de la casa de la víctima, esperando que entreguen el dinero cuando creen que un empleado del banco pasa a buscarlo», relató Rosatelli. El fraude bancario y la complicidad tecnológica Además de estas estafas físicas, otro tipo de fraude común involucra transferencias bancarias y manipulación de cuentas. «Otra modalidad es la que te llamaban del PAMI o de ANSES, y te hacían ir hasta el cajero, sin cortar nunca la llamada, para que hicieras transferencias o saques créditos sin darte cuenta», contó. Él mismo vivió de cerca una de estas estafas: «A mi suegra le pasó eso. La llamaron, fue hasta el banco, sacó un crédito y lo transfirió a ellos sin darse cuenta», compartió. Rosatelli también mencionó que muchas de estas transferencias van a parar a bancos virtuales, lo que dificulta enormemente su rastreo. «Muchas de las cuentas utilizadas para estos fraudes están registradas en bancos que no tienen una identidad física, son bancos virtuales. Una vez que se realiza la transferencia, el dinero es rápidamente retirado en otras provincias, como Córdoba», agregó. Este tipo de estafa es particularmente difícil de investigar porque las cuentas suelen estar a nombre de personas que no tienen relación con los hechos. «Utilizan identidades robadas y, en muchos casos, es imposible seguir el rastro del dinero», explicó. El impacto de la pandemia: dos crisis paralelas El Jefe de Criminalística fue tajante al señalar el impacto que tuvo la pandemia no solo en la salud, sino también en la proliferación de delitos de estafa. «Hubo una pandemia de COVID, pero también hubo una pandemia de estafas telefónicas. Durante ese tiempo no sabían qué hacer con tantas denuncias», aseguró. Entre las estafas más comunes durante la pandemia, destacó la del «secuestro extorsivo», en la que las víctimas recibían llamadas en plena madrugada diciendo que un familiar había sido secuestrado. «Te llaman a las dos de la mañana, diciendo que están secuestrando a tu hijo, y muchas veces logran sacar grandes sumas de dinero con esa estafa», relató. La sofisticación de las estafas y la tecnología detrás Otro de los fraudes en aumento es la del «falso comisario», un esquema en el que los delincuentes contactan a la víctima mediante páginas de servicios sexuales y luego la extorsionan. «Montan páginas de servicios sexuales, te contactás con una chica y poco después te llama un falso comisario diciendo que era menor de edad y que, si no arreglás con dinero, te van a iniciar una causa judicial. Se han llevado muchísima plata acá en Concordia por este delito», describió Rosatelli, quien añadió que muchas personas caen en esta estafa por vergüenza o miedo a las represalias legales. En cuanto a las estafas por medio de WhatsApp, explicó que suelen ingresar a las cuentas mediante correos electrónicos fraudulentos que simulan ser de la propia aplicación. «Te piden la contraseña de tu WhatsApp con la excusa de una propaganda o una mejora del sistema, y cuando ingresás el código, ellos toman control de la cuenta», explicó. Organización y alcance de las redes delictivas Lejos de ser crímenes aislados, Rosatelli destacó que la mayoría de estas estafas son llevadas a cabo por organizaciones criminales bien estructuradas. «Es una red tremenda. Hay un tipo llamando desde una central y otros que están en la zona para recoger la plata o hacer las transferencias. No se actúa solo, siempre es una organización», sostuvo. Añadió que los estafadores utilizan tecnología avanzada para automatizar las llamadas. «Hay software que llama a múltiples números y cuando alguien atiende, los estafadores toman el control», explicó. El desafío de la ley y la falta de sanciones Uno de los puntos más críticos que resaltó Rosatelli es la dificultad para que estos delitos tengan sanciones severas. «Las penas son bajas porque no hay armas, no golpean a nadie. Pueden llevarse grandes sumas de dinero, pero las penas no son elevadas», lamentó. Este es uno de los motivos por los que las organizaciones delictivas continúan operando con relativa impunidad. Además, resaltó que muchas estafas bancarias no se resuelven debido a la falta de colaboración de las instituciones financieras. «Los bancos tardan meses en proporcionar información clave para la investigación, y para cuando recibimos la respuesta, el dinero ya fue retirado o gastado», criticó. Según Rosatelli, este retraso en la obtención de datos bancarios es uno de los principales obstáculos para resolver este tipo de fraudes. Lo complejo de algunas investigaciones: por qué es tan difícil una solución Rosatelli también hizo énfasis en que, a pesar de las denuncias, muchos casos de estafa no prosperan como se espera. «Todo lo que es denuncia de grooming, de estafas, de amenazas por celulares, eso avanza muchísimo. Pero las estafas por transferencia son extremadamente complejas», explicó. Una de las principales dificultades es que los delincuentes utilizan líneas de teléfono y correos electrónicos falsos, lo que dificulta el rastreo. «La línea telefónica es falsa, el correo electrónico es falso, y los titulares de las cuentas bancarias muchas veces son personas que no tienen nada que ver con la estafa», afirmó. Otro de los grandes problemas es la reticencia de algunas víctimas a denunciar, especialmente en estafas como las del «falso comisario», donde la vergüenza juega un papel importante. «Mucha gente no se anima a denunciar, aunque el daño económico es enorme», reconoció. La prevención: clave para evitar ser víctima Finalmente, Rosatelli hizo un llamado a la prevención y a la educación como las mejores herramientas para combatir estas estafas. «Lo importante es que la gente desconfíe. Si recibe una llamada de un número desconocido, no debe contestar. Desbloquear o apagar los teléfonos fijos es fundamental, especialmente en el caso de los ancianos», aconsejó. A pesar de las campañas de prevención y la difusión de información, Rosatelli reconoció que el desafío es constante, ya que los estafadores cambian de estrategia cuando una modalidad deja de ser efectiva. «Ellos avanzan con una modalidad hasta que la gente deja de caer, y luego buscan otra. Nunca terminan, solo cambian la forma», concluyó. Fuente: Despertar Entrerriano

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