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  • Noémie Merlant, una heroína que reivindica el poder en 'Emmanuelle': "Deberían rodarse más películas porno, tal vez yo misma dirija una"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 04/10/2024 01:48

    Antes de ser elegida como la protagonista su nueva película, ‘Emmanuelle’, Noémie Merlant no había leído el libro erótico de Emmanuelle Arsan en el que se inspira, publicado en 1972; tampoco había visto la primera adaptación cinematográfica de aquellas páginas, ‘Emmanuelle’ (1974), que en su día se convirtió en fenómeno cultural y erigió a la actriz Sylvia Kristel en icono sexual. De hecho, ni siquiera había oído hablar ni del uno ni de la otra. “Y mi entorno me aconsejó que no aceptara el trabajo, me dijeron: ‘Es muy peligroso para tu carrera’”, recuerda la francesa. “Y sus miedos me dejaron claro que debíamos contar esta historia. El sexo sigue siendo un tabú. Pero es tan importante en nuestras vidas, y tan saludable, que debemos hablar más de ello, educarnos al respecto los unos a los otros, y aprender a expresar nuestras necesidades”. Una imagen de 'Emmanuelle' (2024) / Beta Fiction Las diferencias entre la nueva película, dirigida por Audrey Diwan, y la firmada hace medio siglo por Just Jaeckin son obvias. La Emmanuelle de 1974 era una mujer mayormente pasiva cuya vida giraba alrededor de su marido, un siniestro diplomático destinado en Bangkok, y la cámara usaba su cuerpo para ofrecer babeante regocijo al público masculino; la de 2024 es una profesional de éxito dedicada a efectuar controles de calidad en la cadena de hoteles de lujo de la que es directiva, y su odisea no es una forma de complacer a los demás, sino un intento de conectar con sus propios deseos. “Es evidente que las cosas han cambiado mucho”, opina Merlant. “Hace 50 años, aunque se hablara del el placer de la mujer, nadie tenía en cuenta la idea del consentimiento. A la hora de retratar el sexo imperaba la mirada patriarcal, dominada por la violencia. Las dinámicas actuales son más saludables, y mucho más sexis”. Noémie Merlant en la película 'Emmanuelle' / EPC La sociedad, añade, sigue sin estar del todo preparada para ver en pantalla a una mujer que busca el placer sexual sin estar enamorada, y es urgente que eso cambie. “Deberían rodarse más películas eróticas, y más películas porno, pero hay que rodarlas con una mirada distinta a la ofrecida por el 95 por ciento de las películas porno que se ruedan actualmente. Tal vez yo misma dirija una”. Protagonizar ‘Emmanuelle’, confiesa, la ayudó a reconsiderar su relación con su propio cuerpo. “Como mi personaje, yo me preocupaba tan solo de dar placer a los demás, y me olvidaba de prestar atención a mis propias necesidades. Hacer la película me hizo darme cuenta de que no era feliz en ese aspecto, y me permitió sentirme más cómoda y libre a la hora de reclamar lo que quiero del sexo”. En todo caso, el contenido sexual de la película de Diwan es mucho menor que el de la de Jaeckin. ”Desde la eclosión del ‘MeToo’, hay cierto miedo a rodar escenas de sexo”, reconoce. “Las actrices se preocupan mucho por no ser cosificadas, y los directores son muy precavidos porque no quieren que se los acuse de explotar a la mujer o proyectar una mirada masculina; el cuerpo de la mujer sigue siendo problemático”. Merlant, por su parte, asegura no haber tenido nunca reparos a la hora de desnudarse por exigencias del guion. "Al contrario, me gustaría hacerlo más a menudo si hay una justificación dramática para ello. El cuerpo humano es muy revelador. Su aspecto, sus movimientos, el tamaño de sus manchas y la textura de sus cicatrices... todo eso puede decir muchas cosas sobre la condición humana. Hay quienes me llaman valiente por quitarme la ropa para la cámara, pero yo no me siento así. Lo valiente es trabajar para gente que no es capaz de entender el cuerpo femenino y tratarlo con respeto, y eso es algo que a veces me ha pasado a lo largo de mi carrera". Etapa como modelo Merlant debutó como actriz en 2011, y en 2019 se dio a conocer internacionalmente gracias a su aclamado trabajo en ‘Retrato de una mujer en llamas’, en la piel de una artista que se enamora de la joven que posa para su nueva pintura. Entre las 15 películas que ha coprotagonizado desde entonces destacan ‘Un año, una noche’ (2020), dirigida por Isaki Lacuesta, y ‘Tár’ (2022), en la que trabajó junto a Cate Blanchett; además ha dirigido dos largometrajes, ‘Mi iubita, mon amour’ (2021) y ‘Las chicas del balcón’ (2024). Quedan ya muy atrás sus inicios como modelo, cuando tenía 16 años. “Empezar en ese mundo me permitió viajar desde muy joven, pero me notaba incómoda en él, y tardé mucho en entender por qué. Lo cierto es que sentía que mi cuerpo no me pertenecía a mí, y que para los hombres que me fotografiaban yo solo era un pedazo de carne”. A lo 18 empezó a estudiar Arte Dramático y las sensaciones cambiaron -"me sentí mucho más autónoma"-, pero sus primeros pasos en el cine no fueron fáciles. “Me veían como la típica modelo caprichosa que quiere hacer películas sin estar preparada”. Desde entonces, Merlant se ha centrado en interpretar el tipo de personajes que la heroína de ‘Emmanuelle’ ejemplifica, mujeres que reivindican el control y el poder, y que se niegan a encajar en un ideal de género. “El objetivo del cine es dialogar con el mundo, pero tradicionalmente las películas solo han representado una parte de ese mundo, que es la que ostenta el poder. El arte debe ser más inclusivo, porque solo así ayudará a transformar la sociedad. Y aún hay muchas cosas por cambiar”.

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