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» Diario Cordoba
Fecha: 04/10/2024 00:57
"Estaba durmiendo sola en la habitación del hotel, cansada del día de peregrinaje, y sobre las 07.00 horas noté algo en el pie. Me despierto y veo a un hombre casi desnudo encima de mí. Le grité, le grité como una loca; le dije que se marchara y no lo hizo. Empecé a pedir auxilio porque sabía lo que podía hacerme, pero me sujetó. Me tapó con la mano la boca y la nariz. Intenté soltarme pero él seguía con su faena". Esta es parte de la durísima declaración de una víctima que logró zafarse de un intento de violación por parte de un turista portugués en junio del año pasado, cuando ambos se encontraban pernoctando en un hotel de Vigo. La mujer, de nacionalidad alemana, se encontraba en la ciudad realizando uno de los tramos del Camino de Santiago, cuando fue presuntamente agredida por el acusado, actualmente en situación de prisión provisional y para el que las acusaciones solicitan hasta 9 años de cárcel. "No quería mi dinero u otra cosa, quería violarme. Cuando me tapó la boca no sabía si era para callarme o para matarme; me dije igual tengo que permitirle que me viole para seguir viva", testificó esta víctima entre sollozos en la sala de vistas de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. El relato fue constante, riguroso con lo precisado luego por testigos y agentes de Policía y también de una dureza empática. "En el forcejeo consiguió tirarme al suelo, y ahí veo una cajita con condones que no eran míos. Ahí llegó la violencia máxima, luché y fui capaz de apartarle y levantarme pero la puerta la había cerrado él por dentro. Por suerte llegaron varios huéspedes que escucharon los gritos. Pude salir y así me llevaron para otra estancia hasta que llegó la policía", finalizó la víctima, asistida por una intérprete de alemán, ya que la mujer solo se encontraba en la urbe olívica de paso. Al turno del acusado, éste reconoció parte de los hechos pero, a diferencia de lo declarado durante la fase de instrucción, negó que la intención fuera violar a la joven. "Entré en la habitación equivocada; cuando ella gritó yo entré en pánico y le tapé la boca hasta que llegaron personas por los gritos. Eso fue todo lo que pasó", declaró el hombre de nacionalidad portuguesa y también asistido por una intérprete lusa. Entre los alegatos que refirió su defensa, explicó que había consumido alcohol previamente, por lo que no tendría todas sus facultades intactas. Los agentes de Policía Nacional que se desplazaron la noche de los hechos hasta el hotel negaron esta máxima. "No parecía encontrase bajo los efectos del alcohol o las drogas", precisó uno de los efectivos, quien relató cómo el acusado llegó a descolgarse desde la habitación, en la quinta planta, hasta el primer piso. "Un compañero vio cómo se descolgaba por la ventana de la habitación de la víctima entrando en otra del 1º piso. Ahí fue cuando lo detuvimos y no nos negó los hechos. Dijo entonces que vio la puerta entreabierta y entró con ganas de mantener relaciones sexuales", testificó. El acusado hizo uso de su derecho a la última palabra para pedirle perdón a la víctima.
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