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  • Plasticosis: la nueva enfermedad que amenaza a las personas y a los animales

    » Diario Cordoba

    Fecha: 04/10/2024 00:55

    La enfermedad del plástico ya tiene nombre: plasticosis. Es un conjunto de patologías relacionadas con la ingestión de residuos plásticos que afecta cada vez más a los seres vivos. Ya se han detectado fragmentos microscópicos de plástico en el cuerpo de numerosas especies, en peces y aves, en ballenas y focas, en animales de granja y hasta en los corales y los seres humanos. Los científicos investigan el alcance de los daños biológicos que causan. En algunos casos son mortales. La crisis ambiental que sufre el planeta está mostrando nuevas y alarmantes consecuencias. A medida que se intensifica la producción y el consumo de plásticos, también emergen los efectos nocivos que tienen en el medio ambiente y en los ecosistemas, en especial en los marinos. Un grupo de científicos describió el año pasado una nueva enfermedad inflamatoria crónica, a la que llamó ‘plasticosis’, provocada por la ingesta continuada de microplásticos y nanoplásticos. Provoca cicatrices en los tejidos de los órganos digestivos de los animales afectados, con consecuencias graves y de largo alcance, según han revelado varios estudios científicos. Las cicatrices deterioran las funciones de los órganos internos, alterando la capacidad de las especies marinas para digerir alimento de manera adecuada, lo que puede tener consecuencias fatales. Plásticos hallados en el estómago de un ave marina. / Alex Bond A diferencia de las enfermedades infecciosas o parasitarias que afectan a los animales marinos, la plasticosis no es causada por virus, bacterias ni parásitos, sino por materiales extraños no biológicos que ingresan al cuerpo del animal y causan daño mecánico y químico a largo plazo. Sustancias químicas tóxicas Los microplásticos, pequeños fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros de diámetro, son el resultado de la descomposición de productos plásticos más grandes que se encuentran en el océano. Estos fragmentos no se biodegradan, sino que se fragmentan con el tiempo en partículas cada vez más pequeñas, que son fácilmente ingeridas por animales marinos. Han sido encontrados microplásticos y nanoplásticos incluso en organismos diminutos, como el plancton. Una de las principales razones por las que los microplásticos son tan peligrosos es porque se confunden con alimento. Las aves marinas, por ejemplo, a menudo confunden las pequeñas piezas de plástico flotante con peces o huevos de otros animales marinos, lo que las lleva a ingerir grandes cantidades de plástico a lo largo de sus vidas. El plástico ingerido no solo afecta a su sistema digestivo, sino que también puede liberar sustancias químicas tóxicas que se acumulan en su organismo, agravando aún más la situación. Una tortuga marina junto a una bolsa de plástico. / Troy Mayne / Oceanic Imagery Publications La plasticosis provoca un impacto especialmente notorio en las aves marinas. El estudio ha demostrado que las aves afectadas por la plasticosis presentan cicatrices significativas en sus sistemas digestivos, lo que les impide absorber nutrientes esenciales de los alimentos que consumen. Las cicatrices producidas por la plasticosis pueden variar en severidad, pero a menudo provocan el engrosamiento de las paredes del tracto digestivo, obstrucciones intestinales y la alteración de la flora intestinal. Afectan asimismo al bazo y a los riñones. En los casos más graves, las aves o animales afectados, algunos de ellos en peligro de extinción, pierden completamente la capacidad de procesar los alimentos de forma eficiente, lo que lleva a la desnutrición y a la muerte. Una amenaza omnipresente El plástico es uno de los materiales más ubicuos en el planeta y su desecho descontrolado ha generado un problema de contaminación sin precedentes, especialmente en los océanos, donde se estima que cada año se vierten entre ocho y doce millones de toneladas de residuos plásticos, que se descomponen lentamente en microplásticos y nanoplásticos, extendiéndose a lo largo de todo el ecosistema marino. Los fragmentos plásticos han sido detectados incuso en zonas abisales y en lugares remotos como el Ártico y la Antártida. La capacidad de los plásticos para diseminarse globalmente los convierte en una amenaza omnipresente para la biodiversidad marina y, por extensión, para los seres humanos que dependen de los océanos como fuente de alimento y recursos. Residuos, principalmente plásticos, en una playa. / Pixabay La prevención y mitigación de los efectos de la plasticosis representan un enorme desafío para la ciencia y la política ambiental. A diferencia de otras enfermedades, la plasticosis no tiene un tratamiento médico convencional, ya que su origen radica en la contaminación ambiental. La única forma de prevenir la progresión de las plasticosis sería reducir la cantidad de plásticos que llegan al océano y abordar el problema de la contaminación en su fuente. Iniciativas globales, como el ‘Acuerdo Global sobre Plásticos’, promovido por las Naciones Unidas, buscan reducir el uso de plásticos de un solo uso, mejorar los sistemas de reciclaje y promover la economía circular. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas depende en gran medida de la cooperación internacional y del compromiso de los gobiernos y las industrias para adoptar prácticas más sostenibles. Los investigadores instan a seguir estudiando el alcance de la plasticosis y su impacto en las especies marinas, con el objetivo de ayudar a desarrollar estrategias más efectivas para proteger la vida marina. Estudio de referencia: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0304389423003722 .................. Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es

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