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  • Arsuaga y Millás: «No se puede hablar de la mente humana y el cerebro sin hablar de Dios»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 03/10/2024 00:27

    Escribir un libro a cuatro manos debe ser tan difícil o raro como entrevistar de forma simultánea a dos seres tan distintos y a la vez tan convergentes como el escritor Juan José Millás y el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, autores emparentados por tres criaturas literarias a las que han dado a luz a lo largo de cinco años. Cosmopoética recibió ayer a los padres de los trillizos y de un nuevo género en el que un homo sapiens (científico) cuenta la vida, la muerte y la conciencia a un neardental (escritor). Antes de presentarse al público en la Sala Orive, atendieron a los medios de comunicación, con los que hablaron de lo divino y de lo humano. Para empezar, confirmaron que su divorcio es definitivo: «Nos separamos un metro antes del abismo que es donde hay que pararse, hay que tener buen ojo y hacer el cálculo para no quedarse demasiado lejos ni tampoco un paso más allá», bromeó Arsuaga a la pregunta de quién se ha hartado de quién en esta relación. A su lado, Millás sonreía tras las gafas que, según recalca cada vez que tiene ocasión, son un regalo de su pareja de libro tras una operación de cataratas que le ha hecho fotosensible. Acostumbrados a repartirse los papeles según las preguntas, Arsuaga, que se mostró más hablador que Millás, aseguró que en sus tres libros la poesía está presente pero «la cualidad número de las citas es la naturalidad, puede hasta ser mala, pero si es natural es interesante». Este libro empieza citando a Proust y acaba con Borges «pero de una forma muy natural, el objetivo no era hacer una referencia culta sino incluirla porque venía a cuento». Arzuaga y Millás se confiesan ateos, pero el libro acaba hablando de Dios. Y es que, según Arsuaga, «no se puede hablar de la mente humana y del cerebro humano sin hablar de Dios y de la religión, un producto genuino de la mente humana, ya que somos los únicos animales que creen en Dios y es algo que no se puede ignorar». El paleontólogo explicó que «si el libro hablase del cerebro humano y de su producto, la mente, desde la racionalidad, no estaría describiendo al ser humano, en el que habitan dos almas». Para el científico, «en nuestro ser, en el de cualquier de nosotros, hay dos almas, una mente racional, que es la que nos permite desarrollar tecnología, analizar, hacer ciencia y una mente delirante donde reside la creatividad». En su exposición aclaró que el libro no se pregunta si existe Dios o no, que es algo que no puede saber porque la ciencia se ocupa del mundo material, «lo que es un hecho evidente, interesante y fascinante es que los seres humanos tienen creencias religiosas y eso nos lleva a preguntarnos desde cuando, por qué». La mente humana es «a la vez mágica y racional y nadie puede estudiarla obviando una mitad porque las dos son producto de la evolución». El ser humano es la única especie que tiene religión, insistió, «y estudiarlo es tan importante como estudiar la amígdala y la paleocorteza». «Una máquina puede pensar, pero los recuerdos son algo propio del ser humano» En la charla, uno y otro hablaron de lo que han aprendido en estos cinco años de charlas y viajes. «He aprendido muchas cosas pequeñas que al final son grandes cosas, no tengo nada enorme ni ningún tópico que decir y eso es estupendo», declaró el paleontólogo, «Millás tiene una mente muy creativa y eso es muy interesante para la ciencia porque se descubren los hechos, pero las teorías se crean», dijo de su compañero antes de sentenciar, «Millás es el narrador más interesante de la literatura española para mí, no digo el mejor pero yo creo que está Millás y los otros, Millás me parece distinto a todos los demás». El divorcio inminente parece que será amistoso, ya que Millás respondió con otro halago a Arsuaga: "Yo también diría que en el mundo de los paleontólogos y antropólogos está Arsuaga y el resto y eso es más evidente en su caso que en el mío». Luego confesó que él fue quien se planteó seducir al científico después de un encuentro en el Museo de Burgos aunque tuvieron que pasar dos años hasta que se lo planteó y le dio el sí. «Yo soy muy aficionado a la literatura científica, aunque entiendo poco de lo que leo, pero lo poco que leo me pone a 100», aseguró con franqueza Millás antes de concluir, «en realidad, nosotros nos hemos seducido mutuamente porque en el fondo trabajamos una materia que es la misma». Antes de prepararse para un clásico almuerzo cordobés, a base de salmorejo y flamenquín, aún tuvieron tiempo de otra pregunta sobre la esencia del ser humano que, según el científico está en los recuerdos. «Lo de que somos los recuerdos lo decía Borges», comentó Arsuaga, «y es cierto y prueba de ello es que, si una persona sufre un accidente y tiene amnesia, tú le preguntas quién es y siempre va a contestar que no lo sabe porque si se pregunta a cualquiera quién es, la respuesta siempre será en términos biográficos». También aludió a la película Blade Runner, de la que hablan en el libro, y a su relación con el «Pienso, luego existo» de Descartes, para concluir que «lo que es evidente es que lo que te hace humano son los recuerdos, porque una máquina puede pensar o realizar procesos parecidos a los del pensamiento, de análisis, pero los recuerdos son algo propio del ser humano». Suscríbete para seguir leyendo

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