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» La Capital
Fecha: 30/09/2024 18:43
No aprovecha las condiciones favorables ni tampoco reacciona cuando surgen en contra. A Newell's, cualquier viento lo desmorona. Es lo primero que debe apuntalar Lunari En el fútbol, como en la vida, todo pasa y se explica por los estados de ánimo . Todo se potencia detrás de esos indicadores. Cuando juegan a favor, todo se resuelve y se encolumna convenientemente, como por arte de magia. Y cuando se plantan en contra, tiran todo para atrás, y actúan como crueles conspiradores frente a cualquier iniciativa. La igualdad 3-3 en la visita del último viernes a Riestra, con pinta de oportunidad desaprovechada y sabor a agria derrota, expuso con extrema crudeza que este Newell’s sigue siendo muy frágil de mandíbula y que cualquier inconveniente, cualquier obstáculo, de cualquier calibre y condición, le tira abajo t odos sus intentos. Sin dudas, es lo primero que debe trabajar el entrenador Ricardo Lunari en este inicio de etapa , que hasta ahora no sufrió caídas en sus dos primeros encuentros y eso genera un marco de protección para poder enfocarse en tareas de recuperación internas en el predio de Bella Vista y meter mano, con más determinación y más a fondo, para forjar una reacción. El equipo leproso necesita templar su espíritu y construir un piso de acción mucho más confiable. Hoy cualquier viento lo desmorona, y así es imposible generar una respuesta, un crecimiento sustentable. Nada bueno se puede levantar desde la duda, desde las inseguridades. Por eso, hay que blindar y endurecer este aspecto para no seguir caminando expuesto a lo que dictan los caprichos del destino en cada paso, en cada partido. Este conjunto todavía marcha entregado a ese factor y nunca queda bien parado. Siempre la suerte y las cosechas importantes de puntos se van del lado del rival. Siempre las vaquitas son ajenas. Y esos golpes lo dejan aturdido y desorientado, obligado a retroceder para poder intentar un nuevo movimiento de avance. Y frente a Riestra sumó otro llamativo condimento a sus preocupaciones. Es que en el último compromiso, ni siquiera aprovechó las condiciones favorables que surgieron del trámite del cotejo. No estuvo atento ni firme para sacar rédito de ese escenario, en dos ocasiones. ”Tuvimos el partido dos veces en la mano y se nos escapó. Con la necesidad y el deseo que tenemos de ganar, fue una lástima llevarnos tan poco. Creo que hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance. Después del 2-0, tuvimos 2 o 3 situaciones claras para definir el partido pero no ajustamos bien y ellos crecieron con pelotazos y nos complicaron. Tenemos que trabajar en este aspecto”, señaló Lunari en rueda de prensa, tras el empate ante Riestra. Para analizar El 3-3 con Riestra de la fecha 16ª es una clara demostración de la angustiante problemática que atraviesa Newell’s. Lo tuvo dos veces, estuvo en dos oportunidades arriba, y se quedó con muy poco. A los 16’, del primer tiempo, ya estaba dos goles arriba y jugaba con un hombre más por la expulsión del defensor rival, Pedro Ramírez, en la jugada del penal. No aprovechó esa ventaja numérica durante más de 70’, y tampoco logró usar a su favor el regreso al gol de Ever Banega, que en el penal consiguió su segunda conquista en Newell’s, la primera en este segundo paso. En el mismo sentido, hay que achacarle que tampoco utilizó la pésima tarde del arquero adversario, Ignacio Arce, y en el final lo dejó redimirse con el cabezazo en el área que terminó en el remate de la paridad. Y otro punto muy criticable fue que antes del cierre de la etapa inicial. Jonathan Herrera marcó dos goles en un minuto, y eso le devolvió vida a un Riestra que se arrastraba y estaba para la goleada. En ese tramo incidió, otra vez, un error determinante de Angelo Martino. En un momento del partido que señalaba otra madurez y otro oficio para llevar el desarrollo a un terreno más conveniente, levantó de manera imprudente la pierna en el área ante Antony Alonso y permitió que el VAR se metiera y decrete la pena máxima. Y en el final del pleito exhibió otra falla de extrema inocencia. No pudo controlar un lateral a los 96’, cuando había encontrado en la desfachatez del pibe Mateo Silvetti una conquista más que valiosa, 3’ antes. Demasiados regalos, todos juntos. Algo impropio de un equipo serio. Mas antecedentes Dos jornadas antes, en la derrota 0-3 con Argentinos Juniors en La Paternal, también mostró este costado preocupante. Arrancó bien ese pleito, sin profundidad pero tratando de tomar las riendas del trámite, y luego del primer gol del Bicho se desinfló por completo y terminó en un severo tropiezo que derivó en salida del Gallego Méndez. Por Copa Argentina también evidenció su peor cara, ante un adversario que venía último en la Liga. Aquella vez, falló 3 de 5 penales (no convirtieron Carabajal, Velázquez y Miljevic) y quedó fuera de ese certamen por esa instancia. Y esta peligrosa tendencia autodestructiva la exhibió también en la fecha 10ª en el clásico. En una batalla en la que se mostró algo mejor que su adversario durante casi todo el cotejo, Martino le regaló un cambio de situación al desarrollo del partido, en el tramo donde se definen los pleitos. A los 76’, fue expulsado el lateral izquierdo leproso y esa ausencia promovió la reacción canalla que se convirtió en victoria tras un tiro libre de Malcorra, a los 83’, que Macagno no controló y que su rebote fue aprovechado al máximo por el uruguayo Mallo. Con estos antecedentes, queda claro que Lunari tiene que armar un piso que le permita hacer pie y que otorgue más certezas en esta fase de reconstrucción.
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