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  • Paola Suárez o “un perro tan invisible como furioso”

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 29/09/2024 11:59

    El asaltante nos trae voces vivas de la poesía argentina. Cada poeta nos acerca, además de poemas, su visión de la poesía. Poética: Pienso en la poesía como “la sorpresa” de la vida misma. Un lugar donde conviven el misterio y la música. Una de las formas de expresión más creativas del ser humano. Ruta Los extraños toman altura y se desvían hacia el sur. Aparece la imagen de un hombre con sombrero. Es temprano para llevar a un desconocido ¿Cuántos desconocidos hay en la ruta? Todos en fila como árboles. Algunos se mueren, nadie los levanta. La imagen que llega se borra o camina en medio del asfalto con un zorro muerto entre las manos A veces me detengo y es una casa con una sola luz en uno de sus cuartos Hay un perro tan invisible como furioso. Cuando puedo abrir los ojos la imagen cae barranca abajo contra las piedras. Nostalgia Los chotacabras habían invadido el patio en busca de insectos. El paisaje de la niebla esa bruma pegajosa se repetía en mí. Entré a la iglesia para saber por qué las mujeres son más devotas que los hombres. No podía arrodillarme y mis ojos se asombraron ante una virgen que soltaba pájaros de su vientre. Mis ojos ahora viven en un templo abandonado el agua entra por los techos, se lleva objetos desconocidos. Hay un hombre que no recuerda a sus hijos y su locura es tan coherente como mi pensamiento más sensato. Hay una calle infinita que no conozco. Mi cuerpo es débil para recordar. Paseo Un rato antes de emborracharnos leíamos los textos de los muertos. Una vez recuerdo -y esto fue muy estremecedor- había una frase: “Somos lo que fuimos en el futuro". No entendimos nada. Pero en la plaza vimos cómo un pájaro se adormecía y perdía las alas en una vereda. El viento arrastraba al pájaro, las palabras, las hojas. No rescatamos al pájaro. Tampoco nuestra cordura. Otra ventana Lo que yo puedo ver a través de tu ventana es una planta que tarda en crecer tal vez allí reside su misterio. Y más allá una cosa blanca similar a una mujer en camisón hace mucho frío está desabrigada. El pelo desaliñado y su rostro pálido pienso en la palidez de la muerte o la falta de sangre, pero esa mujer no existe ni siquiera la ventana tampoco nosotros nunca sabremos cómo describir lo que vemos a través de la ventana que da a un patio en invierno. Noche imaginaria I No era una maldición, recuerdo el fuego las chispas que se escaparon hacia la casa Los pinos sostenidos en la tierra como nuestras piernas en el pasto Giramos alrededor de las llamas en la comunidad de los locos. II Soñé que me enviabas postales del pueblo estabas en posición fetal sobre una cama envuelta con un acolchado verde en todas las fotos vasos con diferentes bebidas en cada imagen sonreías te habías dejado el pelo largo y flequillo Detrás tuyo había una mujer que no se animaba a salir de su cuarto recuerdo su intriga su olor a pis Las baldosas del piso blancas y negras. Inversiones Nos han atornillado los dedos en la mesa veo como tus pies bailan y me patean para hacerme sonreír los esclavos se pasean en los cuadros pegados en las esquinas veo cómo te alimentan y te tiran del pelo en tus ojos aparece un lago pálido hasta el futuro. El visitante Golpea la puerta dos veces luego arrastra los pies por el pasillo se dirige a su cuarto escucho las canciones de su radio prende y apaga hornallas, sus insultos a los vecinos luego el ruido habitual sus pasos a mi cuarto los golpes suaves uno, dos y se marcha con tos monocorde baja jaulas del techo, corta flores secas. Ahora hay silencio. El visitante ha podido matarme sin golpear. Habitación de hospital Cuando despierto hay ramas en mis piernas y mi vientre esta hinchado. En la ventana hay un pájaro que canta al compás de mi asombro y de mis manos negras que no son mis manos. El sonido no le pertenece al pájaro a través de la ventana veo una mujer igual a mí. No tiene mi vientre aunque sí mis piernas las pone al sol hasta que se queman. Calidoscopio Como una pesadilla se separaba del cuerpo. Ahora es la última voz en el teléfono. La caída es muy larga, nada puede sorprenderlo. Las borracheras, la suerte en el juego. Caía hacia la muerte. Las ondas de radio temblaban, la pantalla y sus chispas, las caras malvadas y el aturdimiento. Lo que era ya no existía. El pasto blanco o la pila de ropa. En lo que caía sentía el terror y la soledad. La piel estallaba entre zafiros y nieblas y tintas de terciopelo que reflejaban los colores de un calidoscopio. La neblina se lleva a los perdidos Es un cuadro donde el tiempo se extiende. Detrás de su misterio siempre alguien camina. Los sonidos desaparecen la velocidad de los autos es baja. Es un hombre que viene de un pueblo se para en medio de la ruta y retrocede hacia los yuyos. Pasan días hasta que su foto aparece en los diarios. Pero nunca nadie vio su rostro. Hasta que su ropa se deja ver en el arroyo de un campo. Sus familiares dicen: “Ahora podremos dormir en paz”.

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