Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Rita Cortese: "Los grandes dolores de la humanidad atraviesan todas las épocas"

    » La Capital

    Fecha: 29/09/2024 11:06

    La reconocida actriz llega a Rosario con “No tiene un desgarrón”, la obra con la que debuta como directora, protagonizada por Julieta Cardinali y Vera Spinetta. Dos trabajadoras domésticas desarman la casa del profesor para el que trabajaban, después de su muerte. En ese encuentro entre los cuerpos, aparecen los ecos de un clima político hostil. Basada en la obra “Heldenplatz” (“Plazas de los héroes”) de Thomas Berhnard, “No tiene un desgarrón” busca “tender un puente a través del tiempo” con el presente. Con el debut en dirección de Rita Cortese, y los protagónicos de Julieta Cardinali y Vera Spinetta, la propuesta sale por primera vez de Buenos Aires para presentarse e n Rosario este viernes 4 de octubre, a las 20, en el Teatro Lavardén (Mendoza y Laprida). El texto original, una pieza en tres actos de 1988, fue la última obra del austríaco Bernhard. La historia gira en torno a un profesor judío, Josef Schuster, que vuelve a Viena cincuenta años después de haberse exiliado por el avance del nazismo (el 15 de marzo de 1938, tuvo lugar la llamada “Plaza de los héroes” da título al texto, en la que el pueblo vienés vitoreó a Adolf Hitler). Sin embargo, encuentra que el antisemitismo está más vivo que nunca. La adaptación hecha por la propia Cortese junto a Carolina Santos (que también toma el rol de asistente de dirección) se concentra en el primer acto de la original, convirtiendo la puesta en una obra de dos personajes: la ama de llaves, la señorita Zittel (Cardinali), y una mucama más joven, Herta (Spinetta), que discurren sobre su porvenir ante la pérdida inminente de sus condiciones materiales. “Creo que es el acto más potente de la pieza, donde está lo más potente de lo que quiere decir Bernhard. Lo demás termina de completar lo que se dice ahí. Me interesó mucho esta historia, lo que les pasa a estas dos mujeres, tomando varios puntos de tensión. Uno de los más importantes es que esta ama de llaves y esta mucama de una gran casona de una familia de clase alta, se quedan sin casa. Se quedan sin agua caliente, sin cama, sin comida. Se pierde cierta protección, que es lo que en definitiva de el trabajo”, contó Rita en diálogo por La Capital. La destacada actriz, que aunque parezca increíble da sus primeros pasos en la dirección, tiene un vínculo de larga data con esta pieza. En 2008, fue parte del elenco que la repuso (en su versión original) en el Teatro San Martín, bajo la batuta de Emilio García Wehbi. Ya por entonces, la obra buscaba indagar en los ecos del fascismo en la actualidad, y en esta parte del mundo. Una obra de "brutal" actualidad Más de quince años después, las palabras de Bernhard resuenan con más contundencia que nunca. Con un crecimiento de los discursos de odio en esta y otras latitudes, y el avance de gobiernos conservadores y de derecha, crece la alarma ante “indiferencia total del pueblo a sus condiciones catastróficas”. “La gente se siente muy conmovida por la pieza. Los textos de Bernhard nos atraviesan de una manera brutal en este momento tan doloroso de la Argentina, y también del mundo. Para el mal, en este caso, el mundo está poco diferenciado”, apuntó Cortese en este sentido. “Creo que los grandes dolores de la humanidad atraviesan todas las épocas. Sólo así se puede entender que un Shakespeare, por ejemplo, tenga la actualidad que tiene. Los grandes dramaturgos que pasan por esos grandes dolores logran que este tipo de obras sean eternas. Las formas de abordarlas quizás tengan un poco más la mirada de hoy, pero los textos son propios de todos los tiempos”, elaboró. image (90).jpg Vera Spinetta, Rita Cortese y Julieta Cardinali hacen "No tiene un desgarrón", basada en la obra "Heldenplatz" de Thomas Bernhard Foto: Alejandra López >> Leer más: A pesar de la particular actualidad de la pieza, la directora aseguró que hace muchísimos años está trabajando en esta versión y que el hecho de que haya llegado a los escenarios es, como todo, “azaroso y a la vez no”. La materialización de la obra nació del vínculo de amistad que Rita sostiene con Julieta Cardinali, quien insistió para que finalmente llevaran adelante un proyecto juntas. “Fue ella con su impulso la que hizo que nos pusiéramos a trabajar, se terminó la adaptación en manos de Carito Santos y estamos muy felices”, contó la directora. Estrenaron a finales de junio en la sala porteña Dumont 4040, donde hacen desde entonces funciones cada jueves. El amor de una directora Según Cortese, la experiencia de dirigir le permitió terminar de “de descubrir al teatro en su total profundidad”. Y aunque este es su debut oficial, recordó que dio los primeros pasos en este rol en esta ciudad. “La única vez que di clases de teatro fue en Rosario. Tuve una escuela hermosa durante muchos años, y en realidad empecé a dirigir ahí, con mis alumnos. Para mí eso es inolvidable”, remarcó, en referencia al famoso Gimnasio Actoral, que coordinó durante varios años. “La gran felicidad del director, creo yo, es ver la transformación casi chamánica que ocurre en los actores. Cuento una anécdota que creo que ilustra muy bien esto. En un ensayo, le dije a Vera que su personaje tenía que irradiar. Pasamos la escena y ella se convirtió en un Modigliani. Cuando terminamos, le hago ese comentario y me dijo que su papá le decía que ella era un Modigliani. Y eso apareció ahí. Eso es el teatro”, narró. image (88).jpg Vera Spinetta debuta en teatro junto a Julieta Cardinali en la obra "No tiene un desgarrón", dirigida por Rita Cortese Foto: Alejandra López Además, Rita subrayó el nivel de amor y cuidado que demanda la tarea de dirección. “Actuando por ahí uno se pasa una noche en vela, pero lo que he sufrido dirigiendo. Porque es mucha la responsabilidad y también la felicidad. Julieta no ha hecho tanto teatro, Verita debuta con esta obra. Imaginate la responsabilidad que yo tenía ante personas que yo quiero, valoro y respeto tanto, y que tienen ese nivel de entrega. Me pasé mucho tiempo tratando de encontrar los apoyos y los lugares de tensión de la pieza”, apuntó. Por otra parte, la preeminencia del cuerpo, así como la posibilidad de encontrarse y conmoverse con otros en una sala, coloca al teatro en un lugar de ritual anacrónico y sagrado en una época dominada por la virtualidad. “No es una obviedad decir esto cuando hay personas que llevan adelante obras de teatro filmadas. Eso no es teatro. El teatro es un hecho vivo, y tiene sus leyes y su grandeza, que tiene que ver con la conexión entre los cuerpos. Eso nos quitó la pandemia, que también hizo que las personas se encierren cada vez más sobre sí mismas, que las plataformas crezcan de manera brutal”, desarrolló Cortese. “Escuchar el silencio, la respiración, la risa de los otros. El teatro lleva eso al paroxismo, porque los cuerpos vivos están arriba y abajo del escenario. Genera un hecho casi religioso. Hermoso”, apuntó. Finalmente, volvió a hablar de su profundo vínculo con la ciudad y de que sea el primer destino de “No tiene un desgarrón” fuera de Buenos Aires. “Para mí es un honor y una alegría enorme. Rosario es una ciudad única, con un nivel cultural único. Hay unos maestros enormes. El arte está muy vivo ahí. La música. La poesía santafesina. Es muy potente. Lo vivo con total felicidad y agradecimiento. Voy entregadísima”, cerró Rita.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por