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  • San Telmo en Funes: "El trabajo del club les cambió la vida a muchos chicos y jóvenes"

    » La Capital

    Fecha: 29/09/2024 10:39

    El presidente del Club San Telmo, Ezequiel Casal, rescata el espíritu amateur y solidario de estas entidades deportivas y sociales. “Heredé el espíritu y el amor por el club que tenía mi viejo” San Telmo. "El club progresa con el trabajo de la gente y tirando todos para el mismo lado. Y ese trabajo del club hizo que les cambiara la vida a muchos chicos y jóvenes" confió el presidente Ezequiel Casal El Club San Telmo, enclavado en el centro de Funes, aparece como una muestra del crecimiento exponencial de la ciudad. Desde el corazón de la manzana el club se expande con obras hacia las cuatro calles que lo envuelven: la recepción, las oficinas, el buffet en reparación y el gimnasio hacia el frente por Elorza; en el centro de la manzana atesora el parabólico con la cancha de básquet de piso parqué; el parabólico nuevo para vóley y patín -donde estaban las viejas canchas de bochas- se halla por General Paz; al fondo la pileta de natación con un amplio espacio verde por Suipacha y el ingreso vehicular y los parrilleros , por Montevideo. Una postal del club y de Funes son las bicicletas sin atar que se amontonan al lado de la cancha de básquet durante la práctica de los pibes de las inferiores. La piloto de Funes en Europa: "Mis padres siempre respetaron mis sueños y me dejaron volar" Tomasa, un canto a la vida en Funes: "El secreto es estar de pie con alegría" Nacido el 29 de diciembre de 1971 en Estación Díaz, el presidente de San Telmo, Ezequiel Casal , es hijo del ama de casa Graciela y del bancario Roberto Casal, quienes murieron. “Heredé el espíritu y el amor por el club que tenía mi viejo” confía Ezequiel, de 55 años, oriundo de Estación Díaz, un pueblito situado “a 15 kilómetros de Monje, por la 65 y la 11”, que llegó a los 18 años a Rosario a estudiar Ciencias Económicas y trabaja en Obras Públicas de la Municipalidad rosarina hace 32 años. Cabello canoso escaso, anteojos, campera marrón tejida, camisa azul y blanca a cuadros, vaquero y zapatillas, Casal recorre y muestra orgulloso el club como si fuera su casa y finalmente se sienta a charlar con La Capital en unos bancos del encantador jardín contiguo a la pileta, “que acá la gente no usa porque la mayoría tiene pileta en la casa”. -¿Cómo era Estación Díaz? -Díaz era un pueblito de 1.500 habitantes, donde jugábamos todo el día a la pelota en la calle y dejábamos la bici tirada. -¿El Funes de antaño se parecía a Estación Díaz? -Cuando vine hace 18 años se parecía, pero con la apertura de tantos barrios esto explotó y ahora somos una ciudad de 60 o 70 mil habitantes -durante el invierno-, que no deja de tener algunos rasgos de pueblo. Tiene todavía un aura de pueblo, pero no deja de ser una ciudad. -¿Por qué viniste a Funes? -Porque tenía los olores y las costumbres parecidos al pueblo. -¿Heredaste el amor por el club que cultivaba tu papá? -Totalmente. De muy chiquito mi viejo me llevaba al Club Atlético Sportivo Díaz, un club muy importante, que tiene una mutual, que lo hizo crecer con una gran pileta, una cancha (de fútbol) semiprofesional y una de padel. Así crecieron muchos clubes que fundaron una mutual, con obras para la sociedad. Mi viejo era bancario, trabajaba en el Banco Sudecor Litoral, pero un día de 1997 lo compró el Galicia, lo cerró y él se quedó sin trabajo a los 60 años. Mi viejo se puso muy mal, pero un amigo le consiguió trabajo en una cerealera del Cordón Industrial, así que se tuvo que ir a vivir a Rosario, y después consiguió trabajo en la mutual del club. san telmo 2.jpg Marcelo Bustamante / La Capital -¿Cómo nació San Telmo en Funes? -San Telmo fue fundado el 7 de octubre de 1943 por un grupo de jóvenes que se juntaban a jugar al fútbol en una cancha de esta zona, cuando el pueblo tenía cinco mil habitantes. -¿Por qué se llama San Telmo? -No se sabe muy bien, no hay muchos datos de la historia de la fundación. Una versión dice que Telmo era un viejito que vivía en este barrio donde jugaban y que por eso le pusieron su nombre y lo santificaron. Jugaban en una cancha cercana, en un terreno prestado, con una camiseta blanca con una franja horizonal roja, hasta que la Comuna les cedió un terreno para hacer la primera cancha de 11. -¿Qué pasó con las canchas de bochas? -El club era muy popular en las bochas y empezó a crecer con comidas y rifas y así construyeron las canchas. Hace 10 años participé como vocal de la asamblea que tomó la decisión de levantar las canchas de bochas. Fue muy difícil porque hubo dos personas grandes, de casi 80 años. La persona mayor dijo que se oponía por el sentimiento y por lo que representaban las canchas para el club, pero el otro dijo que entendía a quienes querían sacarlas para construir el gimnasio de vóley. Y por mayoría se aprobó la demolición de las canchas, donde hicimos el gimnasio de vóley y patín. Ahora estamos esperando el subsidio de la Provincia, donde tenemos todo presentado. >> Leer más: "Funes era un montón de tambos, pero ahora no vemos una vaca ni en fotos" -¿Cuántos deportistas tienen? -Tenemos unos 1.200 deportistas en vóley, básquet, fútbol, patín, gimnasia deportiva, judo, tae kwondo y gimnasia, más la pileta, la colonia de vacaciones y clases de natación. Y Funes tiene una característica: como todo el mundo tiene pileta en su casa, la pileta no es un atractivo en el club. El día que la inauguramos había 20 personas. Vamos a buscar darle un sentido deportivo porque el sentido social no convoca. -¿Van a climatizarla? -Después de mucho tiempo conseguimos la aprobación de Litoral Gas. Tenemos un plan muy ambicioso y analizamos llamar a licitación para poder llevarlo a cabo. -¿Cuántos socios tienen? -Entre vitalicios, cadetes y activos tenemos unos dos mil socios, que desde septiembre pagan una cuota de siete mil pesos. Tenemos socios de toda la ciudad y deportistas también de Roldán y de Fisherton. -¿Cómo andan en básquet? -Este año la primera el básquet ascendió a la A en la Rosarina y las inferiores también juegan en la A. En la primera juega el Pollo López, un jugador de 47 años que fue profesional y jugó en la Liga Nacional. -¿Y en fútbol? -La primera de fútbol juega en la A de la Rosarina. La otra semana perdimos con Central 1 a 0 de local. Y las inferiores puntean en la B para ascender. -¿El fútbol juega de local en la Rosarina en el otro predio? -Sí, tenemos el predio de Alsina y Avila, donde tenemos dos manzanas municipales cedidas por 10 años con una opción a 10 más, con una cancha de 11 y dos de siete, con vestuarios nuevos. -¿El vóley creció exponencialmente? -Tal cual. El vóley, que tiene tres años y es el deporte más nuevo del club, hoy tiene 200 deportistas. En minivóley hay 30 niños y niñas desde los cuatro años. -¿Qué es la iniciación deportiva? -La iniciación deportiva es una disciplina muy lúdica, en la que los profesores les dan un poquito de cada deporte a niños y niñas de tres a seis años. Vino una profe que nos dijo que podíamos hacer esto y hoy tiene 25 chicos. Muchos padres nos preguntaban qué podían hacer para que los chicos se fueran definiendo por un deporte y encontramos la iniciación deportiva. -¿Remodelaron el gimnasio del predio? -Si, inauguramos un gimnasio para los futbolistas, que modernizamos con aparatos, gracias al aporte de algunos socios y cambio de publicidad en la cancha. san telmo 3.jpg Marcelo Bustamante / La Capital -¿Cómo hacen para crecer en plena crisis? -Con el trabajo mancomunado de todos los dirigentes y de muchos padres y madres de los deportistas, En el fútbol vendemos fideos, canelones y ñoquis caseros, hacemos rifas y polladas, y ahora estamos remodelando el bufet. -¿Qué otras actividades realizan? -El 21 de septiembre hicimos un matiné para chicos y chicas de 11 a 14 años. Fue un lugar de encuentro de deportistas, con baile, música y sorteos. Y en octubre vamos a hacer una fiesta retro. "Me acerqué al club porque mi hijo juega al fútbol" -¿Cómo llegaste a ser dirigente? -Me acerqué al club porque mi hijo, Felipe Casal, de 17 años, juega al fútbol como arquero. Un día me dijo que quería ir a atajar a Newell's, donde está ahora. -¿Tienen otro jugador del club en las inferiores de River? -Sí, Tomás Abdelnur es un enganche de 18 años, que jugó en la Rosarina y está en la quinta de AFA de River. -¿Aún tienen el estatuto de 1950? -Sí, por eso queremos renovarlo para adaptarlo al nuevo Codigo Civil, que tiene la igualdad de género, nuevos cargos y subcomisiones. Vamos a hacer una asamblea extraordinaria a fin de año para renovarlo. -¿Cómo es el estatuto de 1950? -Es de otro mundo: establece que la comisión directiva se renueva por mitades, con un mandato de dos años, que es corto. san telmo 4.jpg Marcelo Bustamante / La Capital -¿Cuánto te influyó el amor por el club que tenía tu viejo en Sportivo Estación Díaz? -Muchísimo. Hay muchas cosas de la vida en el club que se pierden, como hacer una vida sana y el sentido de pertenencia, pero que siguen acá y podemos seguir inculcando aquellos valores. Ver a los chicos jugando con la camiseta del club y poder ayudarlos es muy lindo. No es fácil porque vivimos en otro mundo, pero resistimos y seguimos inculcándoles esos valores. -¿Esos valores del club, como la amistad y la solidaridad, le dieron una mano a tu viejo cuando se quedó sin trabajo? -Totalmente. Las cosas no fueron fáciles, como hoy en día. Mi viejo perdió el trabajo y se tuvo que ir a vivir tres años a Rosario. Lo padeció. -¿Sufrió un exilio interno? -Tal cual. Fue su exilio. Por suerte tuvo a un amigo que le dio una mano con un trabajo en el Cordón y a la gente del club, que le dio trabajo en la mutual, y pudo salir adelante. -¿Qué es lo más difícil del trabajo dirigencial? -Una de las cosas más difíciles es escapar de tu disciplina porque te tiran de todos lados y en el club todas las disciplinas son importantes. Eso, en menor medida, les debe pasar a los clubes grandes. Cuando sos dirigente tenés que administrar y hacerte cargo de todo, máxime cuando tenemos deportes muy competitivos. -¿Con qué sueñan ahora? -Con poder seguir creciendo, con mantener las instalaciones y ampliarlas para seguir conteniendo a los niños y jóvenes para que crezcan sanos con el deporte y la educación. Hay muchas cosas de la vida del club que se pierden, como el amor por la camiseta y el sentido de pertenencia, que siguen acá y que podemos seguir inculcándoles. Ver a los chicos felices con la camiseta del club y que aprendan no tiene precio. No es fácil por toda la situación, pero nos resistimos y seguimos inculcando esos valores. El club progresa con el trabajo de la gente y tirando todos para el mismo lado. Y ese trabajo del club hizo que les cambiara la vida a muchos chicos y jóvenes.

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