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  • En busca del ahorro para llenar el depósito

    » Diario Cordoba

    Fecha: 29/09/2024 09:49

    Una estación de repostaje. / EUROPA PRESS - Archivo Entre 0,20 y 0,30 céntimos de euro por litro de gasolina o gasoil. Esta es la diferencia que puede haber entre llenar el depósito del coche en una estación de servicio tradicional o en una de bajo coste. Asumamos un vehículo con un depósito de 60 litros, que realice 2.000 kilómetros al mes y que gaste seis litros cada 100 kilómetros. El gasto mensual en carburante puede representar un ahorro de entre 24 y 36 euros al mes o de entre 288 y 432 euros al año, dependiendo de dónde se llene el depósito. Para quienes realizamos 3.000 kilómetros de media mensuales, la cifra es muy superior y obliga a convertirnos en auténticos especialistas en las estaciones de servicio del territorio por el que nos movemos. Tengo identificadas varias estaciones de servicio de bajo coste que en los últimos tiempos han iniciado una batalla de precios, céntimo abajo, céntimo arriba. Las tres comparten territorio con un supermercado, de mayor o menor tamaño. Esclat/Bon Preu, Lidl con Petronieves y bonÀrea con ella misma. En el primer caso, con la tarjeta de fidelización, el precio es menor. También se abarata el precio dependiendo del horario en que se llene el depósito. En todas ellas, el sistema de autoservicio es fácil y rápido a través de la tarjeta de crédito. Otros artículos de Martí Saballs Pons ¿El perfil de consumidor? A estas alturas aún no he visto autoservirse a ningún conductor/a con los automóviles que tanto obsesionan al presidente del Gobierno; pero tampoco todos los que repostan son de los más baratos del mercado. La clave de este negocio se encuentra en una estructura de costes menor y en el proceso de intermediación en la compra del carburante y en el uso de aditivos. En todos los casos, ante las sospechas que se han generado sobre la procedencia del petróleo refinado y la fiscalidad, la transparencia -también respecto a la propiedad del negocio- debe ser fundamental. Negocio en auge Que el negocio de las estaciones de servicio está en auge lo prueban los números y es la razón de la portada de este número de ‘activos’. A 12 de junio de 2024, había en España 12.624 estaciones de servicio, cien más respecto al 31 de diciembre del año pasado, según la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia). La mayoría de los nuevos entrantes son independientes, el eufemismo utilizado para nombrar a las de bajo coste. Algunas de ellas son marcas recién creadas. Estos independientes representan ya el 45% de la red nacional de estaciones de servicio, frente al 44% que controlan las tres grandes del sector: Repsol, Cepsa y BP y el 11% en manos de otras marcas, especialmente internacionales. En 2009, los independientes representaban el 29% del mercado total. Las provincias con mayor número de estaciones por habitante son Cuenca y Teruel, mientras que Lleida es en la que existe la mayor competencia. Los mayores crecimientos los han liderado Plenoil, Ballenoil y Petroprix. Precisamente, estas dos primeras han liderado las noticias del sector. El 80% de Plenoil ha sido comprado por los fondos Portobello y Tensile, mientras que Cepsa ha comprado Ballenoil. Esta operación pone en evidencia que, para las grandes marcas (aquellas no declaradas independientes), el negocio está cambiando. Más que cambiará. La sensibilidad al precio de los carburantes aumentó tras los últimos periodos inflacionistas. Precio y ubicación determinan el lugar donde repostamos. Ya quedan menos clientes que siguen esperando que un empleado les realice el servicio con la manguera de turno o que eligen estación para comprar o tomar algo en medio del camino. Diferencias en la UE En España, además, estamos de suerte. El precio de los carburantes es mucho menor que en los países de nuestro entorno. El último informe de la Comisión Europea, que damos a conocer en el barómetro de este número, cifra importantes diferencias de precios entre los países de la UE. La principal causa son los impuestos: llegan a representar hasta la mitad de los costes. Viajar en coche por el este de Europa es mucho más barato que hacerlo por Europa central. No es extraño ver cómo los automovilistas extranjeros hacen colas en las gasolineras de las distintas frontera españolas. Puede resultar paradójico que el reverdecer del negocio de las estaciones de servicio se produzca cuando el parque automovilístico va camino de ir virando hacia el coche eléctrico. Con el tiempo, las gasolineras se irán reconvirtiendo en electrolineras y llegará un día donde carecerá de sentido la guerra en la oferta de carburante. El futuro del negocio actual queda en entredicho: o se adaptan a la nueva situación y van, algunas ya lo están haciendo, mutando, o desaparecerán.

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