Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Pepe Larios, luchador infatigable

    » Diario Cordoba

    Fecha: 29/09/2024 09:48

    Conocí a Pepe Larios a principios de los años ochenta, nuestros caminos estaban obligados a cruzarse. Por entonces ya lideraba el movimiento ecologista en Córdoba, llegando a ser la extensión de la entonces potente Aedenat de Madrid. Su lucha estaba muy centrada en la energía nuclear y contra la instalación del almacenamiento de residuos radioactivos de El Cabril en Hornachuelos. Intentó integrarnos en su órbita pero en aquel momento nosotros realizábamos una actividad más centrada en la conservación de la naturaleza con el objetivo claro y único de proteger las Zonas Húmedas del Sur de Córdoba y evitar la extinción de la malvasía. Desde este primer momento aprecié a una persona muy trabajadora con un objetivo claro de mejorar el medio ambiente cordobés, incansable en sus acciones, y con una capacidad de liderazgo en el movimiento ecologista sin parangón. Sus conocimientos en los temas que trataba eran enciclopédicos, se los preparaba con ahínco y dominaba los datos como ninguno. Era difícil, si no imposible, debatir con él, sobre todo de energía nuclear y residuos radioactivos porque nos superaba a todos. Fue un adelantado a su tiempo, el primero en hablar del cambio climático en la provincia Considero que fue un adelantado a su tiempo, fue el primero en hablar del cambio climático en la provincia mientras el resto estábamos cazando moscas en relación a ese tema. Ya estaba en conexión con los informes que generaban los científicos sobre esta temática y trataba de trasladarlos a la sociedad. Por entonces sus palabras parecían caer en saco roto, pero creo que estaba sembrando una semilla en nuestros corazones para que tiempo después nos acercáramos a los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y nos tuviera como aliados en su discurso desde distintas posiciones. Hoy día lo vemos todo muy fácil en la sociedad de la información en la que navegamos constantemente. En aquellos tiempos, sin internet, había que estar muy bien conectado con las personas que generaban u obtenían la información para estar al día en los temas que dominaba, esa era otra habilidad que tenía. Tiempo después optó por defender sus posiciones desde la política en los Verdes, una postura valiente que algunos no compartíamos porque nuestra concepción sobre el medio ambiente era más transversal y perseguíamos que todos los partidos políticos adoptaran en su seno estos aspectos. Ni la opción política ni la transversal parece haber tenido aún el suficiente éxito en nuestra sociedad para cambiar la situación de partida, a pesar de los avances conseguidos en los últimos cuarenta años. Estos han sido fruto más por seguir la estela de la Unión Europea que por convencimiento propio de las instituciones y sus representantes. Córdoba tiene una deuda con él, y no hay que ser cortos de miras para buscar ese reconocimiento Desde la política llegó a ser director general de Educación Ambiental, ahí conocí a un Pepe Larios aún más dialogante, tendedor de puentes con el resto de la administración ambiental, facilitador de acuerdos y sobre todo plenamente integrado en el Consejo de Dirección de la Consejería de Medio Ambiente. No sólo se percibía, sino que lo transmitían el resto de los directores generales con los que me unía amistad. Un equipo compacto, muy preparado técnicamente y con grandes acciones que se pusieron en marcha. Precisamente su bonhomía con el equipo de dirección fue el detonante para que fuera relevado de su puesto por sus propios compañeros de partido, que querían alguien más beligerante y de enfrentamiento dentro de la Consejería. Craso error, la pérdida de Pepe Larios en ese puesto, en mi opinión, fue una pérdida irreparable porque no había en su colectivo alguien tan preparado y capaz de dejar su impronta ambiental de miras a medio y largo plazo. Su paso siempre ha sido recordado en esta administración con añoranza. En sus últimos años conocí a un Pepe Larios centrado en su lucha de mitigación del cambio climático que nunca abandonó, y en la fotografía en los Sotos de la Albolafia. Era difícil debatir con él, sobre todo de energía nuclear y radiactividad porque nos superaba a todos Como buen profesor, también manejó bien este arte y sus fotos llegan a ser espectaculares. Recogen el espíritu de este espacio y en especial su fauna. Su labor divulgadora de los valores naturales de este espacio protegido como Monumento Natural y el resto de su entorno del río Guadalquivir, está impregnada de una gran delicadeza y paciencia. De forma desinteresada, como siempre, mostraba a través de las redes sociales y en exposiciones monográficas su acercamiento a la conservación de la naturaleza. Estoy seguro que pensaba, «no se ama aquello que no se conoce» y en los últimos años fue metódico e incansable en este aspecto. Al final confluimos los dos en algo que al principio parecía impensable, la conservación de las aves acuáticas. Sin duda, Córdoba tiene una gran deuda con Pepe Larios, y no hay que ser cortos de miras para que nuestros políticos busquen de forma consensuada ese reconocimiento a una persona de una gran valía, de personalidad incansable e incombustible y espejo de una generación de ecologistas/ambientalistas y personas sensibilizadas con el medio ambiente. Es hora de buscar ese acuerdo posible para que sea recordado por la ciudad. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por