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  • Senna, la serie que revive una época entrañabls de la F1

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 28/09/2024 15:36

    Los fanáticos de Senna y la F1 de los motores bestiales que hace 30 años endulzaban oídos con auténticas sinfonías volverán vivir los tiempos idos de un pasado que nunca ha estado tan presente. La serie sobre la vida del triple campeón brasileño de la máxima categoría del automovilismo mundial (para muchos el mejor de todos los tiempos) se estrenará a fines de noviembre en lo que promete ser una gran oportunidad ya sea para reencontrarse o, en el caso de los más jóvenes, para conocer la espectacular campaña deportiva del inolvidable piloto paulista. La figura de Ayrton Senna da Silva resume toda una época de la máxima categoría del automovilismo en razón de que fue por 10 años el gran protagonista de las épicas batallas libradas por los corredores de una generación en la que el peligro acechaba al punto de que largar implicaba jugarse la vida en situaciones que nadie quería, pero que se presentaban producto de las condiciones en que se realizaban las competencias, caracterizadas por un nivel de seguridad que hoy ha sido mejorado hasta rozar la perfección. La leyenda comenzó con aquel embrollado Gran Premio de Mónaco que -bajo un diluvio irrepetible- estuvo a punto de ganar si no hubiera sido porque la prueba fue abreviada por su enemigo en los escritorios, el capo de la Federación Internacional del Automóvil, Jean Marie Balestre, quien ordenó finalizar la carrera antes de que Senna (al volante de un mediocre Toleman) superara a su protegido en la parrilla, el también multicampeón Alain Prost, quien más tarde sería el archirrival del brasileño. Tres campeonatos mundiales, puñados de poles positions, montones de vueltas rápida y demostraciones de talento a raudales construyeron el Senna que se volvería eterno en aquella maldita curva de Tamburello, en el Gran Premio de San Marino, cuando el Williams con el que lideraba la carrera se estrelló contra el muro 280 kilómetros por hora. El golpe no debió haber sido mortal, pero la fatalidad hizo que una varilla de suspensión volara hacia el casco atravesando el cráneo del piloto. Senna fue declarado muerto horas después en el hospital Maggiore de Bologna. Finalizaba una era en la Fórmula 1 y comenzaba otra, la de los triunfos sistemáticos del alemán Michael Schumacher, siete veces campeón pero sin los atributos espirituales que le permitían al fallecido héroe brasileño una cercanía inédita con la gente. La Fórmula 1 ha cambiado, muchos aficionados se alejaron a partir de la muerte de Ayrton. Otros lo hicieron con la retirada de Schumacher a principios de la década antepasada y muchos más se distanciaron como consecuencia del extremo profesionalismo que adquirió la categoría, con pilotos que igualaron y superaron las marcas de Ayrton, pero nunca pudieron reproducir su autenticidad a la hora de responder a los medios o de entablar discusiones estratégicas con los ingenieros. Hasta que llegó, sin imaginarlo, un tal Franco Colapinto. El joven piloto argentino, de 21 años, logró llamar la atención del mundo desde un primer momento y hoy es observado con atención por los principales equipos de la F1 a pesar de que solamente disputó tres carreras. Lo hizo, eso sí, con un récord que pone en un dilema a Williams: nunca antes un piloto debutante en la escudería se mantuvo entre los primeros 12 (hasta la bandera a cuadros) en sus primeras tres competencias. La regularidad, la velocidad, la picardía para encontrar los espacios y adelantarse sin poner en problemas a los demás corredores y la capacidad para sacar lo mejor del auto hasta finalizar el gran premio sin romper nada, muestran el gran potencial del “rookie” argentino, quien además es comparado con Ayrton Senna en razón de su sorprendente parecido físico. Hay fotos y videos en los que se observan coincidencias en la mirada, el estilo de peinado (con rulos cuando hoy en día todos los caballeros del volante lucen casi rapados con máquina) y la forma en que el chico oriundo de Pilar encara las situaciones deportivas más controversiales. Ejemplo claro: su arrojo en la largada del GP de Singapur, quizás la fecha más difícil del calendario, en la que Franco Colapinto logró colar su Williams por la parte interna de la primera curva, mientras su compañero de equipo, Alex Albon, y el español Carlos Sainz, cazaban moscas por afuera, sorprendidos por la astucia y los cálculos milimétricos del argentino, quien adelantó tres posiciones con derrape controlado incluido. A lo Fangio. Después la estrategia de parada en boxes lo perjudicó, pero Colapinto dejó en claro que, como dijo el mexicano Checo Pérez, las estrellas de la F1 están ante un tipo complicado para luchar en pista. Franco, al igual que Ayrton, se hace querer gracias a su naturalidad y ese quizás sea, junto con su talento, el principal activo para pujar por un asiento en la temporada 2025. Que así sea. Con autos argentinos Cuando se estrene la serie sobre la vida de Ayrton Senna, en Netflix, el 29 de noviembre de este año, los televidentes estarán viendo una tira cuya trama se desarrolla íntegramente sobre automóviles construidos en la Argentina. Las 24 réplicas de los distintos autos que formaron parte de la vida deportiva del triple campeón brasileño fueron fabricados desde cero por Tulio Crespi, dueño de la famosa fábrica de vehículos de competición que lleva su apellido. La planta (en realidad es un atelier porque lo suyo es arte) se encuentra en Balcarce, provincia de Buenos Aires. De allí salieron los F1 utilizados para las filmaciones, copiados al detalle y perfectamente funcionales, tanto que ahora Crespi produce réplicas de los años 80 y 90 para coleccionistas.

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