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  • Cada vez más mujeres se endeudan para costear la subsistencia familiar

    » La Capital

    Fecha: 27/09/2024 11:46

    Una encuesta midió las consecuencias de la crisis económica entre mujeres de barrios populares de la ciudad de Rosario ¿Qué impacto tiene la crisis económica en las mujeres y disidencias que tienen a su cargo el cuidado de un hogar? ¿Cuáles son las estrategias que se ponen en marcha para garantizar la subsistencia de la familia? ¿Cambiaron sus hábitos de consumo? ¿Se vieron obligadas a sumar nuevos ingresos? Sobre todas estas preguntas gira la última encuesta del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (Isepci) que aborda el impacto de la situación económica en mujeres y disidencias sexogenéricas a cargo de tareas de reproducción social con algunos hallazgos notables: 9 de cada diez personas entrevistadas dijeron que en los últimos tres meses tuvieron que modificar su forma de hacer las compras del hogar, resignando cantidad y calidad de productos; la mitad dijo utilizar dinero proveniente de préstamos para sus gastos habituales y el 40 % sumó actividades para mantener su nivel de ingresos . Una radiografía de la feminización de la pobreza. La investigación tiene como objetivo medir los impactos concretos de las políticas de ajuste del gobierno nacional y advertir sobre sus consecuencias en las trayectorias vitales de personas "que ya atraviesan desigualdades y violencias por razones de género", como señala el trabajo que se presentó esta semana en el Concejo Municipal. El relevamiento fue coordinado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana de la provincia. El proceso de encuestas fue llevado adelante por distintas organizaciones sociales como la Red de Mujeres del Sur, la Asociación Vecinal Acindar, Asociación Civil Orillas, Libres del Sur Territorial, Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá), Encuentro por Rosario y Causa. Estas organizaciones llevaron las preguntas de la encuesta a los seis distritos de la ciudad, alcanzando a 221 personas, de las cuales 217 dijeron autopercibirse mujeres; mientras que otras dos se presentaron como Mujeres Trans y dos del género no binario. El 74,67 % de las personas entrevistadas expresó estar a cargo del cuidado de personas: ya fueran niñas, niños y adolescentes como personas adultas mayores o con discapacidad. En cuanto a las edades, el 61,53% se encontraban entre los 25 y los 44 años. La mayoría manifestó contar con ingresos de trabajos remunerados, pensiones o jubilaciones o programas sociales. Para seis de cada diez personas encuestadas, ese ingreso es el principal en su hogar. >>Leer más: Cuatro de cada diez santafesinos están endeudados: familias toman créditos para comprar alimentos Menos alimentos y más económicos En forma contundente, el 95% de las encuestadas dijo que en los últimos tres meses tuvo que modificar las compras diarias en su hogar. El 87% dijo que compra productos de menor calidad y el 81% dijo que compra menos productos que antes. Los rubros más afectados por estos recortes fueron vestimenta, alimentos básicos y compra de comidas elaboradas. Los ajustes llegaron también a las suscripciones a plataformas audiovisuales (como Netflix u otras), las actividades recreativas nocturnas, medicamentos, actividades recreativas diurnas, compra de útiles escolares, uso de servicios básicos, abono de internet y contratación de servicios de limpieza o cuidados. En cuanto al ahorro en alimentos, la mayoría dijo que dejó de comprar carne de vaca, fiambres y quesos, bebidas gaseosas, frutas, galletitas o manteca. Algunos de estos artículos son los que más aumentaron desde la megadevaluación de diciembre. Embed PRESENTACIÓN INFORME "El impacto de la situación económica en mujeres y disidencias" Martes 24/09 14.30 hs Salón de los Acuerdos (Concejo Municipal) pic.twitter.com/s1K7rVoc5l — ISEPCi Santa Fe (@IsepciSantaFe) September 24, 2024 Ingresos extras En una gran proporción, las encuestadas dijeron que necesitaron sumar ingresos extras para subsistir, lo que implica explorar nuevas actividades o formas de ahorro, como por ejemplo, caminar en lugar de usar transporte. Además, el 40% de las consultadas sumó actividades para alcanzar los ingresos para sus gastos diarios. La más relevante fue la venta, de comida, ropa o cualquier mueble o electrodoméstico proclive a ser vendido disponible en sus casas. Luego aparecen el ofrecimiento de servicios de cuidados de personas, limpieza en casas de familia, changas de peluquería o electricidad. Y también apareció con fuerza la necesidad de obtener créditos no ya para gastos extraordinarios (como mejoras en la casa o la compra de muebles o electrodomésticos) sino para atender la compra de alimentos o medicamentos. De acuerdo al trabajo, la mitad de las encuestadas utilizan para sus gastos habituales dinero proveniente de préstamos (billeteras virtuales) y otros mecanismos informales (prestamistas barriales). La investigación señala que ambas modalidades cobran altísimos intereses y en el último caso se relatan, además, prácticas atemorizantes si no se cumplen los plazos de la devolución del dinero. Se observa entonces, la multiplicación de “herramientas financieras” informales o ilegales con escaso o nulo control del Estado que, por su naturaleza, buscan obtener el máximo rédito económico aprovechándose de la vulnerabilidad de las usuarias. "En momentos de persistente precarización económica, las mujeres y población Lgbtq+ en tareas de cuidado, se convierten en víctimas de las condiciones usurarias de ofertas financieras sin control. Se convierten en deudoras permanentes para garantizar derechos básicos como el alimento", destaca el trabajo. Y concluye que, por su condición de género, estas personas "atraviesan históricamente múltiples discriminaciones y violencias, la pauperización de las condiciones de vida las impacta particularmente. La feminización de la pobreza se multiplica cuando las posibilidades de autonomía económica, educación, salud integral, capacitación, acceso al empleo, tiempo de ocio, entre otras, se recortan o niegan. Crece su inseguridad cuando deben mantener la vinculación con su agresor si es, al mismo tiempo, proveedor económico del hogar, si deben exponerse en horarios nocturnos o caminar más cuadras por no poder pagar la tarifa del transporte público".

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