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» Diario Cordoba
Fecha: 27/09/2024 00:13
Sin protección del patrimonio no hay futuro. EsE podría ser el resumen más corto de la animada charla mantenida este jueves en el Centro de Recepción de Visitantes y moderada por la periodista Ana Espino entre representantes de los cuatro títulos de Patrimonio de la Humanidad de Córdoba -la Mezquita-Catedral (1984), el casco histórico (1994), la Fiesta de los Patios (2012) y Medina Azahara (2018)-, la única ciudad del mundo con tal privilegio. En el marco del Congreso Internacional de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial, el canónigo de la catedral, José Juan Giménez Güeto; el arqueólogo municipal, Juan Murillo; el director del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la Junta, Juan José Primo Jurado, y el director del conjunto arqueológico Medina Azahara, Antonio Vallejo, se dieron cita este jueves para exponer, ante un auditorio en el que no faltaron alumnos de la Universidad de Córdoba, las claves del origen de esos reconocimientos de la Unesco y esbozar los retos que cada uno de ellos tiene de cara al futuro. El Congreso de Ciudades Patrimonio, en imágenes / Manuel Murillo Un camino con obstáculos En la conversación quedó claro el complicado camino recorrido para conseguir los títulos de Patrimonio Mundial, que en el caso de la Mezquita-Catedral llegó después de doce años y tras sortear el debate estéril abierto en la época sobre «la pureza» del monumento, recordó Giménez Güeto, y la reivindicación de algunos sectores de que el crucero cristiano se desmontara entero para recuperar el aspecto primigenio de mezquita, algo que finalmente fue superado. Paradójicamente, la Unesco protegería años después la singularidad del monumento precisamente por ser, no un ejemplo de pureza arquitectónica, sino un reflejo del crisol de culturas. Obtener el título para el casco histórico tampoco fue fácil. Según Juan Murillo, la propuesta fue paralela a la de la Mezquita-Catedral, pero se incluyó en el listado diez años después con un proyecto más modesto que seleccionó la parte de la medina, incluida la margen del río como parte esencial del barrio que rodea a la Mezquita, en lugar de la propuesta inicial, que englobaba también a la Axerquía. Afortunadamente, la protección de ambas partes ya se había hecho efectiva por la ley estatal, lo que ha permitido conservar la esencia en ambas zonas y conseguir que no perecieran víctima de los envites de la modernidad. Jornada de debate sobre patrimonio en el centro de recepción de visitantes. / Manuel Murillo Primo Jurado recordó la decepción popular que supuso la candidatura fallida de capital cultural de 2016 a diferencia del título de Patrimonio Mundial de la Fiesta de los Patios, que en 2012 fue un bálsamo para Córdoba, que se tomó el proyecto como una cuestión de ciudad. Dos veces hubo que llevar la propuesta hasta que, se consiguió el reconocimiento, «no para los patios como edificación sino para la fiesta como modo de vida singular basado en la generosidad, la transmisión de saberes» y la disposición de sus propietarios a abrir sus puertas de forma gratuita para deleite de cualquiera. Dos años después, Medina Azahara conseguiría el cuarto título, un logro que ,según Antonio Vallejo, también llegaría tras años de trabajo y que vino a subrayar la importancia de proteger un conjunto arqueológico de gran valor universal en cuanto que atestigua la riqueza arquitectónica y cultural de una civilización en Al Andalus que al haber permanecido oculto y estar en ese momento excavado solo en un 10% de su extensión ofrecía un enorme potencial investigador. Alberttinny, exguitarrista de Izal, en el concierto ofrecido en el Quiosco de la Música. / Manuel Murillo Conservar los títulos Obtenidos los títulos, el reto actual es conservarlos, algo que solo es posible mediante la protección y conservación permanente. Así lo manifestó Güeto en alusión al trabajo de rehabilitación y mantenimiento continuo que se realiza en la Mezquita-Catedral; lo expresó Murillo en relación con la necesidad de actualización constante del plan de protección del casco histórico; lo dijo Primo Jurado, aludiendo a la importancia de proteger la habitabilidad de las casas patio y de sus entornos como garante de esta fiesta («las casas patio sin gente que las habite no serían objeto de protección», recalcó) y lo atestiguó Vallejo en relación a Medina Azahara, que vive actualmente un momento de inversiones de este tipo y de especial proyección internacional. En ese difícil equilibrio que supone avanzar mirando al futuro sin perder la perspectiva del presente y el pasado se encuentra Córdoba en este momento, en el que suenan voces como la de la asociación de vecinos Regina Magdalena o el propio Primo Jurado, que en su intervención reclamó al Ayuntamiento medidas para garantizar que la gente pueda vivir en el casco histórico. Proteger el patrimonio pasa por proteger a la gente que lo habita. No queda otra. Bailes regionales y música Dentro de las actividades paralelas del congreso, la Puerta del Puente ha sido escenario esta noche de un espectáculo de los bailes regionales de España y el Quiosco de la Música de un concierto del exguitarrista de Izal, Alberttinny. Ambas actividades congregaron a un número importante de locales y visitantes. Suscríbete para seguir leyendo
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