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  • Primavera: los cambios en el cerebro que mejoran el ánimo :: Asdigitalnews

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    Fecha: 26/09/2024 03:16

    Amor lógico Frente al saber popular que habla del reverdecer del amor en cuanto los brotes primaverales se hacen ver, los especialistas hablan de una vinculación no relacionada con el sexo. Laura Maffei, doctora endocrinóloga especializada en el tratamiento del estrés, explica: "Hay muchas sustancias hormonales y neurotransmisores que se conectan de una manera compleja. Se envían mensajes y se estimulan gracias a los efectos de la luz y la temperatura que cambian con la llegada de la primavera. La sensación de bienestar en el estado de ánimo tiene que ver con la serotonina, nuestro antidepresivo natural. Este neurotransmisor se estimula con la luz y también cuando se hace actividad física, una práctica más frecuente cuando los días son más largos". Además, la endocrinóloga comenta que se suma la oxitocina, un antídoto natural contra el cortisol, la sustancia que produce el estrés. "La oxitocina, llamada la hormona del amor, en verdad se relaciona con el apego, más que con la pasión. Se estimula cuando estamos con amigos y familia, en general en ámbitos sociales, otra actividad que se propicia cuando los días se prolongan", dice. Rosenthal agrega que "es probable que se produzcan muchos cambios bioquímicos y físicos cuando los días se expanden. Las neuronas receptivas, privadas de serotonina durante los meses de invierno, ahora están repletas de este neurotransmisor. El resultado de esta inundación que afecta a los receptores extrasensibles puede ser la fiebre primaveral". Sabemos además que la exposición al sol aumenta la actividad en la amígdala, "que es el área del cerebro donde se generan las emociones, y en la corteza prefrontal, que es el sector que se encarga de regularlas –afirma Alava Sordo–. Todo esto influye en el bienestar emocional". Hay investigaciones que sugieren que cada hora adicional de aire libre reduce de forma significativa la probabilidad de desarrollar trastornos depresivos Sandra Germani, coordinadora del área de Psicología Cognitiva del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital de Clínicas de la UBA, vuelve sobre el valor de la serotonina como regulador del estrés y de la ansiedad. "Además –explica– interviene en procesos de manejo del sueño, regulación del apetito y comportamiento sexual. Por otro lado, la vitamina D que también captamos más gracias a los períodos de luz prolongados, está involucrada en la modulación del sistema inmunológico, entre otras funciones". No podemos olvidarnos de la dopamina, otro neurotransmisor que se relaciona con el estado de ánimo, "específicamente con la motivación y la recompensa –informa Germani–. Las situaciones placenteras ayudan a liberar dopamina y nos motivan a querer repetir la experiencia. El cambio de temperatura y los días más largos promueven encuentros, situaciones compartidas, reactivación del vínculo con lo social. No debemos olvidar que somos seres emocionales y sociales, es así como la interacción vincular es parte indispensable para nuestro bienestar" Una época para renacer La propia duración de la jornada empieza a generar espacios que no eran vistos como potables durante las noches largas y frías. A la par de cuestiones físicas, aparecen otros cambios psicológicos, que no siempre son, como se cree, "pum para arriba". "Tanto pensamientos y emociones como conductas pueden emerger en algunas personas con fluctuaciones en su ánimo, fatiga o desánimo, mientras que muchas otras en esta época se sienten llenas de energía y optimismo y se ven más predispuestas a salir al aire libre y pasar más tiempo con otros –advierte Tamara Lichtmann, psicóloga de la Fundación Aiglé–. Si bien los procesos de cambio en los significados personales son propios y singulares de cada persona y no hay una determinada época del año para renacer, los brotes nuevos que comienzan a crecer y florecer en primavera, pueden ser un recordatorio de que en la vida siempre hay nuevos comienzos a nuestro alrededor. En la naturaleza las estaciones se suceden y el ciclo de la vida no deja de manifestarse, lo que puede traer aires de renovación, de esperanza y de confianza en los procesos". La primavera, entonces, "puede considerarse un catalizador natural para el florecimiento personal –complementa Germani–, promoviendo la química del bienestar, que, si bien está siempre presente, por las condiciones estacionales de esta época, se encuentra potenciada. Esta estación es una oportunidad para renacer, no solo en un sentido metafórico, sino también en términos de cómo nuestro cuerpo y mente responden a los cambios de la temporada: conectar con la naturaleza, disfrutar los días más largos, favorecer los encuentros sociales, potenciar proyectos y moverse". Aún en medio de la euforia, también emergen las alergias y el desafío que implica el paso de la quietud del invierno a la vitalidad de la primavera que puede resultar abrumadora para algunas personas. "La sensación de 'tengo que cambiar algo' es muy desorganizadora y difícil de manejar. Pero pasa", sostiene John Sharp, en su libro The Emotional Calendar: Understanding Seasonal Influences and Milestones to Become Happier, More Fulfilled, and in Control of Your Life (El calendario emocional: comprender las influencias estacionales y los hitos para ser más feliz, más pleno y tener el control de su vida). No es necesario iniciar una nueva etapa porque todos lo hacen. Tal vez esta primavera es una oportunidad para dar la bienvenida a la espontaneidad. Después de todo, como diría Ernesto Sabato, "en la vida, basta el espacio de una grieta para renacer". Florecer al ritmo propio John Sharp insiste en que, aunque esta sea una época de florecimiento, el camino solo debe tomarse si se desea. Para evitar la presión que impone la temporada, propone una serie de pasos para no sentirse abrumado por el inexorable empuje de la estación. Sin impulsos "No reacciones de forma exagerada –afirma–. Si es algo que realmente necesitas, podrás hacerlo en el momento preciso, cuando puedas aprovechar mejor tu energía". Lo que sirve No hace falta comenzar el deporte de moda. "Elegí lo que te funcione y quizás, si hay ganas, se puede intensificar –indica–. Usá el poder de lo familiar". Improvisar Que la ligereza que aporta la estación permita salir de la caja. "Es posible que la rutina te tranquilice, pero podrías inspirarte en lo imprevisible del clima. Si en vez de verlo como amenaza, lo experimentás como la novedad diaria, se pone en juego un cambio de mirada", añade. Salir al aire libre Estar al aire libre mejora la salud mental. "La primavera seguro es un tiempo para no estar aislado y solo", completa Sharp. Hora de acomodar el armario cerebral La primavera es un buen momento para hacer una limpieza en la cabeza. Sandra Bond Chapman, directora del Centro para la Salud Cerebral de la Universidad de Texas, compartió una serie de sugerencias para acomodar los pensamientos. Modificar hábitos. Una investigación publicada en The Lancet descubrió que hasta el 40% de los casos de demencia podrían prevenirse o retrasarse si se bebe menos, no se fuma, se hace más ejercicio y se sigue una dieta saludable. Cuidar la mente. El centro donde trabaja Chapman confirmó por medio de estudios cambios positivos en personas sanas de entre 18 y 97 años que cuidan su cerebro. "No importa la edad, la mejora demostrada es la misma", dice. Preferir actividades desafiantes. "Elegir una actividad que mantenga alerta elevada. Si se hacen crucigramas, se debe avanzar hacia niveles más difíciles. "Lo suficientemente complicados; sin piloto automático", explica Chapman. Aprender cosas nuevas. "Tomar una clase o aprender una nueva habilidad puede ser una de las mejores cosas para mantener el cerebro saludable, a pesar de que el cuerpo se ralentice", indica la especialista. Renovar la heladera. "La limpieza estacional debe incluir una renovación de la heladera, sustituyendo los alimentos que dañan el cerebro. Los nutrientes viajan a través del tracto digestivo y actúan sobre el tejido cerebral", afirma Chapman. Fomentar los vínculos. Buscar el encuentro personal, o incluso por teléfono, en lugar de depender de las actualizaciones de las redes sociales como Instagram o Facebook o un simple mensaje de WhatsApp. Buscar buenas noticias. "La mayoría de las personas absorben alrededor de nueve historias negativas por cada una positiva, esto aumenta la ansiedad, manteniendo el cerebro en un estado de alerta máxima", dice Chapman.

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