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  • Narcisismo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 25/09/2024 14:52

    Para quien no recuerde el mito, Narciso era un muchacho de gran belleza que enamoraba a todos, hombres y mujeres por igual, y que a todos rechazaba con cierta displicencia. Tras destrozar emocionalmente a una ninfa, que acabó consumida en una cueva hasta que de ella sólo quedó su voz, la diosa Némesis castigó al engreído a que cayera rendido ante sí mismo tras contemplar su imagen reflejada en el agua. Incapaz de dejar de mirarse, seducido por su ‘alter ego’ que desaparecía con sólo intentar besarlo, consumido de amor, el joven acabaría suicidándose y, según la leyenda, en el mismo lugar donde entregó su vida nació una flor que recibió su nombre: narciso. Es una historia moralizante, de la que existen diferencias de detalles en las dos versiones que nos han llegado (la griega, a través de Pausanias; la romana, de Ovidio, el gran poeta del mito), y que muy posiblemente trataba de poner en evidencia ante los jóvenes de la época los males derivados del orgullo, la insensibilidad y la ausencia de empatía. Hoy, se da el nombre de narcisismo (o trastorno de la personalidad narcisista en su versión más grave) a una patología mental de cierto alcance que consiste en sentirse superior a los demás; que suele iniciarse en las puertas de la edad adulta y que, según parece, afecta más a los hombres que a las mujeres. Quienes lo sufren necesitan ser admirados, anhelan sentirse el centro de atención y muestran una indiferencia absoluta por los sentimientos de los demás, entre otras cosas porque, egocéntricos y soberbios, carecen de capacidad para ponerse en el lugar del otro. Tales individuos suelen aprovecharse del resto sin el menor rubor para lograr sus metas y exageran sus logros y bondades menospreciando al prójimo; pero, paradójicamente, incorporan un fuerte componente de inseguridad que les lleva a reaccionar con saña ante cualquier crítica y a sufrir de forma palpitante cuando alguien escapa a su control y no reciben las lisonjas y los favores, ni son objeto del arrobamiento incondicional que a su juicio merecen. Esta sociedad nuestra, quizás sin ser demasiado consciente, ha hecho del narcisismo un marchamo de identidad; efecto multiplicado por las redes sociales e internet, que magnifican cuanto tocan y provocan a diario graves alteraciones psicológicas en sus usuarios, especialmente los de menos edad. Todos quieren parecerse a ‘influencers’, ‘yotubers’, actores, cantantes, ‘tiktokers’..., disfrutar como máxima prioridad y vivir de su imagen, cuanto más llamativa y excéntrica, mejor. Al final, se acaban copiando también los comportamientos, que llevan a muchos a querer ser lo que no son y provocan en ellos importantes sociopatías o problemas terribles de frustración. Pero, ¿cómo evitarlo, cuando los modelos sociales que hoy triunfan y se proyectan como tales responden a este perfil? Terminamos por normalizar lo anormal, en un mundo del revés al que resulta difícil augurar un futuro optimista y sosegado mientras haya tanta cabeza averiada y campe a sus anchas tanto narcisista: personas prepotentes, arrogantes y con grandes altibajos emocionales que se creen superiores a los demás, que sobreestiman sus propias capacidades, que carecen por completo de habilidad mental para valorar el alcance de sus actos más allá de lo que les afecte a sí mismos, que necesitan ser adulados sin reservas, se sienten objeto permanente de envidia y priorizan siempre su propio interés; todo ello, claramente contraindicado con el manual del buen ciudadano, la igualdad y la solidaridad. En realidad, lo que necesitan es psicoterapia urgente. Suscríbete para seguir leyendo

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