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  • Tres rastros de ADN comprometen a acusado de matar a prestamista colombiano

    » LaVozdeMisiones

    Fecha: 25/09/2024 14:21

    El juicio oral por el asesinato del prestamista colombiano Gustavo Gallego Rojas (32) continuó esta mañana con la declaración de los primeros testigos de la causa, entre ellos un perito forense que detalló que la víctima presentaba un total de 25 heridas punzo cortantes en diferentes partes del cuerpo, además del primer amigo del fallecido que ingresó al departamento para constatar lo sucedido. “Era una carnicería”, graficó. La segunda audiencia del debate que se desarrolla en el Tribunal Penal Uno de Posadas comenzó con la toma de testimonial vía Zoom a un colombiano que trabajaba para Gallego Rojas pero actualmente reside en Brasil, en tanto que los demás citados a comparecer lo hicieron de manera presencial. El primer testigo de la fecha aseguró que apenas supo del asesinato de su “parcero” sospechó de Brayan Damián Casso Acosta (29), otro colombiano que también trabajaba para la víctima en el negocio de los préstamos gota a gota en Posadas y que ahora enfrenta juicio por “homicidio agravado criminis causa y robo en concurso real”, que prevé prisión perpetua. “De inmediato sospeché de Brayan porque ellos ya tenían una diferencia de antes. Brayan le debía plata a Gustavo”, indicó Santiago Valencia, quien también afirmó haber recibido amenazas de muerte por parte de Casso Acosta, información con la que el fiscal Martín Rau ya contaba, aunque pidió que el tribunal arbitre los medios necesarios para conocer el estado de situación de dicha causa. Corazón perforado y más heridas Minutos más tarde declaró el doctor Joaquín Heredia, uno de los profesionales médicos que intervinieron en la autopsia realizada al cadáver del prestamista asesinado y ante las partes enumeró y detalló las múltiples heridas cortantes relevadas durante el examen forense. “El cuerpo tenía múltiples lesiones punzo cortantes en distintas regiones y lesiones que eran potencialmente mortales. Esas eran tres y estaban en la región cardíaca del tórax. Una vez que abrimos el cuerpo encontramos una perforación del ventrículo derecho del corazón, que eso es una causa de muerte”, precisó Heredia ante la primera consulta del fiscal Rau. Luego, detalló que “el informe se acompañó con un esquema donde están separadas las lesiones por las zonas que afecta” y enumeró: “6 en la cabeza; 4 en el cuello; 8 en el tórax; 2 en la región lateral izquierda; 3 en el dorso; y 2 en el dorso del brazo izquierdo”. Según definió Heredia, todas esas heridas tenían “características de vitalidad”, es decir, que fueron producidas cuando la víctima aún con vida, al tiempo que sostuvo que ninguna lesión compatible con “signos de defensa”. Y todo lo descrito por el profesional médico luego fue graficado por Edison Arlei, colombiano amigo de Gallego Rojas y uno de los primeros en ingresar a la escena a la hecho ante los llamados de alerta. “Esa noche fue un sábado. Yo me iba a ver con Gustavo, que era como un papá para mí porque me ayudó mucho desde mi llegada a Argentina. Siempre nos veíamos los sábados, pero ese día un cliente se demoró en pagar y no llegué a la hora que habíamos concordado”, lamentó Edison. El testigo narró que esa noche recibió un llamado por parte de Ariel Vázquez, un vecino de Gallego Rojas, quien le había alertado sobre gritos provenientes de la departamento de la víctima, además del accionar sospechoso de dos hombres que habían estado en el lugar previamente. “Nos llamó Ariel diciendo que se habían apagado las luces del departamento y que se oían golpes. Cuando llegamos no pudimos entrar. Yo me asomé por la ventana y en el piso había una carnicería. A mí como era el más chiquito después me metieron por el balcón y yo fui directo al cuarto, que estaba todo saqueado y había sangre por todos lados”, describió. Edinson recordó que como no encontraba al dueño de casa pensó que Gallego Rojas había alcanzado a irse malherido a algún hospital, hasta que buscando la llave llegó hasta la zona del lavadero y se topó con el cadáver de su amigo. “Seguro que ya estaba muerto pero yo como amigo lo primero que pensé fue por ahí aún estaba vivo”, señaló. Los movimientos Entre los testigos de hoy también declaró Emilio Jara, quien conoce desde pequeño a José Ramón Ramírez (30) -el otro imputado en la causa- y por eso se sintió “traicionado” cuando cayó en la cuenta de que había sido usado por el muchacho que ahora también enfrenta una posible prisión perpetua. Jara contó que el viernes 26 de febrero de 2021, un día antes del crimen de Gallego Rojas, Ramírez golpeó la mano de su casa pidiéndole pasar una noche en el lugar. “Era época de pandemia y me dijo que había venido desde Corrientes para presentarse a un laburo. Vino con otro señor, que no sabían quién era”, recordó. El testigo recordó que los dos jóvenes usaron su auto de prestado en la tarde del sábado 27 y tras devolverlo en horas de la noche volvieron a salir, pero cuando regresaron por última vez se encontraban “transpirados y nerviosos”. “Vinieron y José me pidió la llave mi auto y uno de los dos sacó un cuchillo finito, de mango blanco, no muy largo. Ahí se fueron nuevamente”, ratificó hoy Jara cuando se leyó su declaración brindada durante la etapa de instrucción de la causa. En ese lapso de tiempo que se ausentaron de la casa de Jara fue que ambos imputados visitaron a Gallego Rojas y así lo prueba el testimonio de Ariel Vázquez, quien atendía un kiosco frente a la casa de la víctima en la chacra 103 del barrio Yacyretá de Posadas. Vázquez también declaró hoy y recordó: “Ese día Gustavo me compró una cerveza y me preguntó si me iba a quedar hasta más tarde porque estaba esperando gente. Después de eso me quedo fumando en la ventana y veo pasar a los dos muchachos que estaban ahí. Yo salí preocupada por mis hijas que estaban tomando tereré en la vereda. Una de ellas después entró a la casa, asustada y llorando. Ahí contó que escuchó ruidos del departamento y vio cuando salió uno de los muchachos con la ropa ensangrentada”. El kiosquero agregó que después de esa situación fue hasta la casa de Gallego Rojas para ver qué había sucedido, pero nadie le atendió, tras lo cual llamó a los amigos del dueño de casa, entre ellos a Edinson, quienes finalmente acudieron y entre todos lograron entrar al departamento para descubrir el crimen. En medio de su relato, tras una intervención del fiscal Rau, el testigo viró hacia su derecha y reconoció a los dos imputados presentes en la sala como aquellos dos “masculinos” que protagonizaron la secuencia descrita. Casso Acosta es defendido en este debate por la letrada particular Lilia Vargas, mientras que Ramírez cuenta con el patrocinio del defensor oficial Mario Ramírez. El juicio oral continuará mañana con más testigos y se extenderá hasta el 30 de septiembre. El proceso se desarrolla ante el Tribunal Penal Uno de Posadas, presidido por el magistrado Gustavo Bernie e integrado por sus pares Viviana Cukla y Fernando Verón (subrogante).

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