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  • El destino le jugó a Central la carta que merecía: las manos vacías ante Platense

    » La Capital

    Fecha: 23/09/2024 02:20

    El penal que Lovera erró en el final le hubiera significado a Central el premio del empate, algo que por el juego que mostró de principio a fin no mereció. Cayó 1 a 0. Si Lovera (justo el formoseño, el héroe en Santiago del Estero que ahora le sacó la ejecución a Malcorra) hubiera convertido el penal en el quinto minuto de adición después de interminables cinco minutos que le llevó a Merlos y los responsables del VAR confirmar la mano de Iván Gómez, hubiese sido un premio inmerecido para Central, pero cómo no lamentar esa chance desperdiciada cuando el partido se moría y le hubiese permitido al equipo sumar de visitante, pero sobre todo en un partido que debe haber sido de lo más flojo de Central en el año, a todas luces. Es que el equipo de Lequi fue el desorden por completo, la desprolijidad absoluta, el andar anodino. Todo eso fue este Canalla que tuvo el empate al alcance de la mano, pero que se quedó con las manos vacías oliendo el feo aroma de ese alejamiento de las chances de clasificación a Copa Sudamericana . Qué difícil que es para un equipo empezar el partido remando en contra la corriente. Que lo diga Central, que otra vez volvió a sufrir un cachetazo en el amanecer del encuentro. Hasta ese minuto 9 había pasado poco y nada, pero en insinuaciones ya pintaba mucho mejor Platense, con asociaciones precisas, con dinámica ante un Canalla que prefirió la espera y la salida rápida de contra que la asfixia constante, con un Ibarra por detrás de una línea de cuatro un poquito más adelantada, y con Copetti solo allá arriba . Platense vio que el negocio estaba a espaldas de Sández y por allí insistió. Y llegó el pase largo para Barros Schelotto, la corrida del lateral y el centro a la carrera a un Mainero que traía a Barbieri bastante más atrás. Toque suave y gol. A remarla otra vez en dulce de leche. Lo peor es que ese mazazo no ofició de despertador. Malcorra intentaba conducir, pero no terminaba de conectar con Campaz, Jonatan Gómez se aisló sobre la derecha y Copetti era un correcaminos . Lo único que tuvo Central fue ese gol de Barbieri, tras una pelota parada, que Merlos anuló de inmediato. Y Platense cada vez que iba, complicaba. Otro centro desde la derecha encontró a Pellegrino a espaldas de Mallo, pero el cabezazo terminó en las manos de Broun. Con poquito, haciendo lo justo y necesario, Platense era más que el Canalla, pelota al pie, jugando, atacando e incluso defendiendo. Un cierre magistral de Caramelo Martínez impidió que Mainero, tras un caño a Barbieri, llegara cara a cara con Broun. Lequi pensó en cambios Fue tal el desconcierto canalla en ese primer tiempo que Dupuy, Giaccone y Lovera se quedaron en campo realizando movimientos precompetitivos. El partido de Central ameritaba un golpe de timón. Ingresó Giaccone solo, pero lo llamativo es que fue por Caramelo Martínez, el mejor de Central. Un pequeño cambio para un cambio prácticamente nulo desde lo futbolístico. Porque Central fue más de lo mismo, una enemistad manifiesta con la pelota y un ir hacia adelante de manera desordenada, más por inercia que con fútbol. Lo de siempre: Malcorra intentaba conectarse pero no podía, Campaz y su intermitencia, Giaccone sin pimienta y Copetti siendo el mismo correcaminos. Broun se anticipó bien a Pellegrino y mantuvo a Central en partido, después Taborda, de frente al arco, la tiró a las nubes y Central siguió a tiro. Pero ni el más mínimo provecho pudo sacar de eso un Canalla que nunca pateó al arco. Apenas un centro cruzado de Sández que no encontró destinatario. Mallo fue al frente La imagen de Central fue la de Mallo conduciendo en tres cuartos, perdiendo y generando una contra; otra, la del propio Mallo metiendo un cierre increíble evitando el mano a mano de Schor; otra, la de Mallo ya en el minuto 43 jugando como centrodelantero, junto a Copetti y Dupuy. Y en el a todo o nada apareció la mano de Iván Gómez, el penal vía VAR, la ejecución fallida de Lovera y el final que el trámite indicaba. Central lo tuvo en ese final de película, pero la liviandad de principio a fin fue algo así como una condena. Merecido lo tenía.

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