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  • Aquella 'turrécdocta' de noviembre del 21

    » Diario Cordoba

    Fecha: 22/09/2024 13:54

    Todos tenemos nuestras rutinas que son solamente eso: rutinas. Entre las que practico hay una que me gusta especialmente y es hacer gimnasia en casa escuchando los podcast del programa de radio Nadie Sabe Nada de Andreu Buenafuente y Berto Romero; antes escuchaba música, pero un día decidí escucharlos a ellos, así que comencé por el primer programa para no perderme nada y saber cómo nacen las vivécdotas, qué inspira a Infinito de Córdoba o esa filosofía barata que un profesor de filosofía utiliza en sus clases de no filosofía barata. Son dos tipos que me hacen reír y en estos tiempos donde los tigres no descansan, la risa es sin duda el mejor jarabe para cerrar días que son circulares en noticias y expectativas. Ayer me tocaba el programa que se emitió el 6 de noviembre de 2021, un programa movido, sexualmente indefinido, con risas, dosis de locura e ingenio y con un momento que sencillamente hizo que a todos, público, cómicos y a mí, se nos congelara la sonrisa. Se trataba de una turrécdota que llegaba desde Colombia y su protagonista, que no hubiera querido serlo, se llamaba Denis. Saltó la grabación y el muchacho contó esta historia: «Me llamo Denis y cuando comencé en el colegio nuevo -era un niño gordo- todos se reían de mí y me llamaban gordo o zampabollos. Al año siguiente entró en el colegio un niño mucho más gordo que yo, dos veces o quizá más, así que pensé que ahora al que insultarían y acosarían sería a él y a mí por fin me dejarían en paz. Pero no fue así: a mí me siguieron llamando gordo y zampabollos y a él Denis al cubo». Hubo un minúsculo silencio y posteriormente algún comentario de Berto y Buenafuente lamentando el daño que le hicieron sus compañeros, porque al usar con el otro chico el mote de Denis al cubo lo estaban insultando doblemente y de una forma sádica. Entonces Berto Romero dijo: «Cuando escucho estas historias me reafirmo que la mayor creatividad del mundo está en hacer daño». Y entonces, no sé por qué, quise saber más sobre Denis, porque en mi colegio había otro Denis que era niña, tendría unos trece años, y a la que perseguían los niños; decían que solo la perseguían para quitarle el almuerzo porque estaba muy gorda y no tenía que comer tanto, pero yo sabía que no era por eso: la perseguían y le pegaban y le quitaban el almuerzo y luego se restregaban contra ella como animales enfermos para hacerla sudar, decían, y así convertirla en una hermosa muchacha. Al año siguiente ella no volvió, ellos sí y buscaron otra víctima sobre la que vomitar toda su maldad y capacidad de hacer daño sabiendo que lo hacían. Suscríbete para seguir leyendo

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