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» Diario Cordoba
Fecha: 22/09/2024 08:18
Ficha del festejo: Ganado: seis toros de Cayetano Muñoz. Aceptables de presencia. Corrida pareja, con kilos, justa de cara. Nobles y con calidad en líneas generales. Han destacado el segundo, premiado con la vuelta al ruedo, el tercero, cuarto y el sexto, todos con recorrido y calidad. Buenos para el torero en general. Enrique Ponce, estocada (oreja) y pinchazo, pinchazo hondo (dos orejas). Alejandro Talavante, estocada y 2 descabellos (oreja) y dos pinchazos y estocada (ovación). David Galván: media trasera (dos orejas) y estocada (dos orejas). Incidencias. Primera corrida de abono de la Feria de Las Mercedes. La plaza: tres cuartos de plaza en tarde fresca y con nubes. Al comenzar el festejo se ha guardado un minuto de silencio como recuerdo a Francisco Rivera Paquirri. Aquel año, Enrique Ponce seguramente soñaba que sería alguien en el toreo, pero no imaginaba que se convertiría en una de las figuras más grandes de la historia de la fiesta. Por estadística, por capacidad, por técnica. Ponce es un número uno indiscutible. Aquel 1991, Ponce toreó dos tardes en la Feria de las Mercedes de Pozoblanco. Triunfó y fue televisado por una incipiente Canal Sur, con Víctor Mendes y con Roberto Domínguez. Los toros, de Ramón Sánchez. Su vestido gris reflejaba a medio gas la alegría del joven que mandaría durante años en el escalafón. Pozoblanco y Ponce siempre han sido matrimonio de éxito y para el final de su carrera, el torero valenciano ha escogido Los Llanos para despedirse. Tras un emotivo prólogo, con el paseíllo marcado por la sempiterna presencia de El Soro en estos días, Ponce se ha ajustado a la verónica con el primero con mérito. Y, ojo, que de Ponce tenemos que ser como somos del Madrid o del Barcelona o del Atlético o del Bilbao o del Betis, porque Ponce es historia del toreo desde Espartaco. Y enlaza con José Tomás y con Morante. Ponce es Ponce. Una enciclopedia, una cátedra que se va. Qué orgullo para esta plaza. Hoy Ponce ha entregado el testigo en Pozoblanco a David Galván, que es un bicho. Porque Talavante viene de vuelta pero Galván… ay Galván, qué torero lleva en el vestido. Ponce lo ha hecho con mimo, con temple de muleta en el primero. Como es el toreo eterno. Su trasteo ha sido técnico con un toro a menos pero ha conseguido lucirlo con su habitual capacidad y tras una estocada fulminante le ha cortado una oreja. Con el cuarto, Ponce, tras brindar a Antonio Tejero, su hermano en los ruedos, ha instrumentado una faena templada, despaciosa, con tiempos muertos que quizá restaban vibración, porque el toro tenía un punto de sosería que impedía que aquello creciera. Ya en el tramo final hubo más fibra, incluido un alarde de rodillas con molinetes y derechazos que han levantado al tendido. El conjunto general ha estado presidido por el temple en un contexto de nobleza que ha crecido en profundidad con poncinas que han tenido el prólogo de un cante por fandangos de Antonio de Pozoblanco que ha emocionado al torero antes de entrar a matar. A esas alturas del festejo la plaza vivía un momento de conexión con el ruedo. El final ha sido una enorme ovación, dos vueltas al ruedo seguidas y un “torero, torero, torero” en un coso emblemático que seguro que no olvidará. Lo ocurrido es justo por el absoluto reconocimiento que se debe dar a quien ha dado tanto al toreo. A su labor hay que sumar un capote delicioso, con calidad y con una suavidad en los lances impresionante. Talavante, un inicio de faena vibrante Talavante ha brindado al público y el inicio de faena ha sido vibrante. Por alto, con pases cambiados y con un remate de pecho extraordinario. En lo fundamental, la primera ha sido una buena tanda al natural. Luego por ambas manos lo ha llevado con suavidad. Por bajo ha estado cumbre, con trincherazos muy toreros. Luego, por el derecho, lo ha cuajado, pero en general ha faltado profundidad y su labor no ha terminado de conectar con el tendido. Ha cerrado con manoletinas y el tramo final ha sido muy bueno. Sin embargo, la sensación de los aficionados es que no ha terminado de romperse con el toro. Talavante, a medio gas Con el quinto, otro noble animal, Talavante ha realizado un trasteo con altibajos marcado por la superficialidad, aunque entre col y col de la epidermis de su toreo brotaba algún muletazo suelto con categoría porque el animal respondía presto a los cites y desarrollaba una suavidad en la embestida que hubiera precisado otro Talavante. David Galán, suerte de verónicas David Galván ha iniciado su faena con una variada suerte de verónicas, chicuelinas y tafalleras, a las que ha ayudado el temple en la embestida del toro. Con la muleta, el inicio, sobrado, con limpieza, lo ha llevado a media altura y, cuidando al animal, le ha cuajado un inicio de faena variado y una tanda por el derecho de categoría. Por el izquierdo lo ha bordado, con lentitud. Una tanda de circulares invertidos con una ejecución perfecta. Molinetes de rodillas y tensión máxima. Con el de la jota, que es el sexto en Pozoblanco, David Galván ha cuajado una tanda de verónicas de calidad y a la luz de los focos el ambiente ya era de triunfo. El comienzo de muleta ha sido de categoría, enlazando compases por alto con remates por bajo de usía y clase. Y luego, el toreo. Galván citando de largo y el toro con obediencia embistiendo con compas por el derecho y por el izquierdo. Y el torero, ay el torero, qué bueno es este tipo. Cómo genera tiempos, como templa, cómo alarga la suerte. Es un torero a tener muy en cuenta porque su apuesta por la verdad es pura. De hecho, ha cerrado con poncinas, homenaje al grande que tenía a escasos metros. Al cierre, Enrique Ponce y David Galván han salido a hombros camino de Los Llanos, por la Puerta del Gallo. La sensación de los aficionados es que se ha visto una tarde de toros muy interesante, que consolida a Pozoblanco como una plaza de interés y de categoría vista la calidad y la cantidad de festejos que se organizan en primavera y en la Feria de las Mercedes. El próximo fin de semana, en plena feria festiva, se anuncia una novillada sin picadores y una corrida de rejones de lujo. Hay que estar. Suscríbete para seguir leyendo
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