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  • Cómo llegar a ser santo

    » Data Chaco

    Fecha: 21/09/2024 13:15

    Cuando revisamos el diccionario común, nos encontramos con la siguiente definición de la palabra santo: "Perfecto, puro y limpio de toda culpa. Aplíquese a quien declara como tal la iglesia, y le da culto". Pero cuando profundizamos y buscamos una definición bíblica de la misma palabra, nos encontramos con que santo significa: "Estar separado de toda contaminación"; actitud a la que se llega mediante la intervención divina en cada persona que se predispone a ser parte de dicha separación. Juan Carlos Tuyaré. Se desvirtúa el contenido Como ocurre en lo cotidiano, muchas veces se desvirtúa el contenido de las palabras y se aplican creencias humanas a su definición de origen. En este caso en particular, difieren mucho de lo que el común de la gente piensa y cree acerca de su correcta definición. Para llegar al significado correcto de la palabra santo, deberíamos recordar que todo, absolutamente todo lo que se conoce del cristianismo proviene del contenido del texto bíblico, o dicho de otro modo, ninguna instrucción acerca del cristianismo proviene de otra fuente de información que no sea la Biblia. Es de suma importancia entonces tenerlo en cuenta. Llegamos a la conclusión de saber que, para interpretar de mañanera correcta al cristianismo, es imprescindible repasar la Biblia. Precisamente, haciendo esa práctica, veremos que muchas cosas, que se aplican a la vida diaria del cristiano, no tienen ningún fundamento bíblico; y por lo tanto, carecen de valor en absoluto, transformándose en meras tradiciones que desmantelan el mensaje original. Requisitos para ser santos De acuerdo al texto bíblico, ser santo es una condición a la que se llega mediante dos cosas: 1. La predisposición personal de estar separado de toda contaminación. 2. Por el proceso ejecutado por el Espíritu Santo en aquellos que aceptan de manera personal a Cristo; es decir, creyendo y aceptando el sacrificio de Jesús en la cruz, donde fueron pagadas todas las transgresiones humanas. Estos requisitos están enlazados entre sí, ya que ningún ser humano puede llegar a ser santo sin antes aceptar a Jesús como Salvador personal; es decir, aceptando que nuestras transgresiones fueron pagadas en la cruz. Ahora bien, aquellos que predisponen apartarse de toda contaminación y aceptan a Jesús, se transforman en nuevas criaturas espirituales y automáticamente pasan a ser santos, e ingresan a un período de santidad guiados por el Espíritu Santo, donde van quedando de lado las contaminaciones. Dicho de otro modo, todos los cristianos son santos, aunque todavía no sean perfectos, porque la santidad viene como parte de un proceso divino sobre la conducta de los creyentes que se van purificando en la medida que van conociendo las reglas divinas de comportamiento. Lo que enseñó el apóstol Pablo Como consecuencia de ello, santo no es una persona especial que hace buenas obras, sino aquel que decidió someter su vida a los deseos de Dios, por medio de Cristo. Esto es irrebatible, ya que el apóstol Pablo, líder y maestro indiscutible del cristianismo, en sus cartas a las iglesias primitivas los llama santos a cada uno de sus miembros y no a alguno en particular. Por ejemplo, cuando les escribe a los cristianos en Roma, les dice: "A todos los que están en Roma, llamados a ser santos"; o cuando les escribe a los que estaban congregados en Corinto, a quienes les dice: "a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro". También cuando se dirige a los cristianos miembros de la iglesia de Éfeso, les dice: "A todos los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso"; y cuando les escribe a los filipenses les dice: "a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos"; y cuando se dirige a los colosenses, les dice: "A los santos que están en Colosas". Como podemos apreciar, desde el punto de vista bíblico, única fuente de información para el cristianismo genuino, ser santo, es igual a ser miembro de cualquier iglesia donde se adore a Cristo y se sigan sus enseñanzas. No existe ningún otro requisito para ser llamado santo. Contrariamente a lo que la mayoría puede suponer, ser santo no significa ser perfecto, sino haber ingresado a un proceso de santidad, donde las cosas viejas pasan y se hacen todas nuevas. Proceso al que puede ingresar cualquier persona, guiada por el Espíritu de Dios, que se predisponga a estar separado de toda contaminación.

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