Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Tienes algo mío

    » Diario Cordoba

    Fecha: 21/09/2024 03:25

    Estaba limpiando la casa, poniendo en orden todas esas labores cotidianas que hacen que parezcamos menos rotos -por aquello de las paredes y el suelo que pisamos a diario es una extensión de nosotros mismos, de cómo rugimos y lloramos por dentro– y, de repente, sonó esto de The New Raemon: «Tienes algo mío, / algo roto, / un profundo amor demasiado caprichoso, / un libro abierto demasiado pronto, / un camino vivo, / un camino muerto». Me detuve en seco. Escuché, volví a escuchar de nuevo. Pensé que se trataba justamente de eso, que te habías quedado con «algo mío» que aún llevabas dentro aunque estemos rotos, que probablemente vayas a transportarlo de aquí a allí, del trabajo a tu nueva casa y a casa de tus padres, mientras caminas y paseas, y que no podía hacer nada por recuperarlo, porque ya tuvimos un profundo amor. Quizás llegamos a él demasiado pronto o puede que no se trate de acertar con los tiempos sino que se nos acabó el amor, que era eterno hasta que nos herimos y caímos exhaustos y llenos de heridas sangrantes al suelo porque no alcanzamos el colchón donde nos amamos cada noche que fuiste más que mi amigo, mi pareja, mi marido. Otros artículos de Ana Castro El cuerpo en guerra De golpes y firmas El cuerpo en guerra De golpes y firmas El cuerpo en guerra Cómo hemos cambiado Enviudamos, morimos para el otro. Y aún así sigo sintiendo aquí ese «algo tuyo» que es un poco mío también, aquí, dentro de las costillas, impidiéndome respirar con normalidad. No sé si doy vueltas en círculos con las palabras como muchas mañanas con mis pies, porque no me ubico en esta casa sin ti, sin vistas ya a ninguna parte. La gata y yo nos miramos y nos lamemos mutuamente las heridas de no sentirte en estas paredes, de las que se quedó prendida tu voz. Yo quisiera recuperar ese «algo mío», aunque sepa que no volveré a verlo jamás, que no seré más ya la de antes y está bien así. Ambos nos miramos y pensamos que parecemos otros, que de dónde ha salido este nuevo rostro que sostenemos, tan duro y hostil para el otro. ¿Se nos agotó el camino demasiado pronto o es que nos empeñamos en seguir en él y alargarlo demasiado? «Un camino vivo, / un camino muerto» sin llaves ni puertas al interior, allá donde nos echábamos la siesta en el sofá. Al menos, ya me he atrevido a cruzar la otra mitad de la cama y a ocupar el sofá en toda su extensión. He pensado mucho últimamente, desde la firma, y creo que lo mejor que podemos hacer es soltarnos, ¿no crees? Dejar ir ese algo del otro para pisar solos, pisar distinto, sin interferencias. Yo voy a intentarlo, aunque quiera atesorar esa dulzura que rezumabas al dormir muy fuerte dentro. Voy a probar. Por mí. ¿Y tú? Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por