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  • Huesca-Córdoba CF: El Alcoraz, escenario de gloria y de tortura

    » Diario Cordoba

    Fecha: 19/09/2024 17:15

    No se puede vivir del pasado, pero el recuerdo de hazañas pasadas siempre es un estímulo para encarar los desafíos del presente. El cordobesismo tiene marcado en su imaginario colectivo un episodio que marcó la historia del club. Se dice, incluso, que le salvó de la desaparición. El 24 de junio de 2007, el Córdoba CF selló ante la Sociedad Deportiva Huesca, en el estadio El Alcoraz, el ascenso a Segunda División. Aquel 1-1, con gol de penalti marcado por el lateral Dani, sirvió para que la entidad saliera a flote en un momento crítico. Fue una bocanada de oxígeno para un club que se estaba ahogando y que, bendito sea, pensaba en un porvenir mejor. El paso de los años certificó lo que ya sabe cualquier seguidor de la blanquiverde: no hay límites para el dolor ni veneno que sea capaz de matarle. A este recinto vuelve el Córdoba CF el próximo lunes para cerrar la jornada sexta de la Liga Hypermotion. ¿Qué pasó entonces? El Córdoba CF de la 2006-07, metido en el cieno de la Segunda B, necesitaba a toda costa salir de ahí. Lo hizo finalmente con dos iconos blanquiverdes en lugares principales: en el banquillo Pepe Escalante y en el palco Rafael Campanero Guzmán. El equipo titular del Córdoba CF en el ascenso a Segunda de 2007 ante el Huesca. / A.J. González La temporada llegó a su momento cumbre con el equipo muy tocado en todos los aspectos. Su máximo goleador, Javi Moreno, se había lesionado antes de las eliminatorias decisivas. En la primera, ante el Pontevedra, el Córdoba CF salió del atolladero con dos goles de Asen en Pasarón para neutralizar la ventaja local (2-2) y hacer bueno el doble valor de los goles por entonces tras el anterior 0-0 en El Arcángel. Luego llegó la SD Huesca, por entonces un modesto alejado del fútbol de élite. En la ida, los cordobesistas hicieron su trabajo: 2-0. Un formidable testarazo de Pierini en los albores y una obra de orfebrería de Guzmán Casaseca al final dejaron un marcador más que alentador. Quedaba la vuelta. Y qué vuelta. El club aragonés facilitó un número reducido de entradas para la afición cordobesa, que se desplazó en masa y ocupó uno de los fondos. Allí se creó un cántico que aún perdura: "175, ¡ven y cuéntanos!". El encuentro se torció con un gol del local Camacho a los 25 minutos, pero la incertidumbre se disipó cuando el árbitro Sánchez Maroto señaló penalti a favor del Córdoba con el crono consumiendo los últimos segundos de la primera parte. Lo lanzó Dani y batió a Rubén Falcón. Con el 1-1, los oscenses necesitaban hacer tres goles más para ascender. No marcaron ni uno solo. Y el Córdoba regresó a Segunda. Aquel día se aplaudieron más que nunca las acciones defensivas. Jugaron Valle, Pierini, Aurelio, Diego Reyes, Arteaga, Esteban, Juan Navarro, Dani, Guzmán, Asen y Pineda. Salieron en la segunda parte Endika Bordas, Rubén Párraga y un joven Javi Flores. El talentoso jugador del barrio de Fátima forma ahora parte del cuadro técnico del Córdoba CF, encargado de la supervisión de la cantera. "Es de lo más bonito que he vivido en el Córdoba", ha declarado el exfutbolista. ¿Y qué pasó después? Desde aquel acontecimiento, el Córdoba CF y a SD Huesca coincidieron en ocho temporadas en Segunda División. Los blanquiverdes consiguieron réditos en la mitad de sus visitas al feudo del club altoaragonés. Sacaron un empate sin goles en la 2009-10 y vencieron en la 11-12 por 0-1 (Patiño, con Paco Jémez en el banquillo), en la 12-13 por 1-3 (doblete de Fede Vico y Pedro, con Berges de técnico) y en la 15-16 por 0-2 (Xisco y Florin Andone, con Oltra al mando). En la última etapa blanquiverde en Segunda, el dominio oscense fue claro: cuatro victorias azulgranas en la 16-17 y en la 17-18, tanto en El Arcángel (0-2 y 2-4) como en El Alcoraz (3-0 y 3-1). El último gol cordobesista en Huesca lo firmó Sergi Guardiola ante un adversario que tenía bajo los palos al ahora internacional Álex Remiro y en la punta al argentino Chimy Ávila. La vida ha cambiado para los dos equipos, que vuelven a cruzar sus caminos seis años después. Suscríbete para seguir leyendo

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