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» Diario Cordoba
Fecha: 19/09/2024 17:13
Casi todos los partidos políticos presentes en el Congreso de la Diputados, a excepción de Vox, Junts y UPN, han firmado esta semana una declaración conjunta ante el desafío climático, en el marco del programa de formación climática orientado a una gobernanza basada en la ciencia. Francia ha ido mucho más lejos: más de 25.000 funcionarios ya han recibido esta formación y serán unos seis millones en 2027. También los empresarios han acometido esta formación y asumido la sobriedad. El pasado lunes, en el Congreso de Diputados, hemos podido ver a los representantes de todos los grupos parlamentarios encontrarse con un grupo de científicos y científicas dentro de un innovador programa de formación climática titulado “Mandato por el clima”. En tiempos de bulos y negacionismo climático, nuestros mejores científicos y científicas han asistido al Congreso para exponer la realidad factual de la extrema emergencia ambiental y las soluciones que recomienda la ciencia para enfrentarse a esta amenaza sin precedentes para la humanidad. Es bueno que los grupos parlamentarios hayan demostrado públicamente que están interesados en escuchar a la ciencia y que hayan seguido la formación propuesta por estos expertos. Así, comparten ahora la congoja que tantos de nosotros sentimos cuando pensamos en los +4 grados que nos vienen encima, y lo solos que estamos como ciudadanos. Este evento, apoyado por la red parlamentaria internacional Globe, también deja a las claras que el partido Vox, aunque asistió a las sesiones, intervino para tergiversar algunos datos y se negó a aprobar una declaración conjunta que sí han firmado el PP, el PSOE, PNV, ERC, CC, Equo/Sumar y Bildu. Junts y UNP renunciaron también a firmarla. Esta “Declaración ante el desafío climático” es tan solo una señal, pero una señal muy importante. Aun así, no quiere decir que sus firmantes puedan hacer algo a la altura del problema, igual que la declaración de estado de emergencia climática y ambiental de 2020 no significó el cambio drástico que la ciencia recomienda y que la Historia requiere. Pero como ciudadanos estamos más tranquilos sabiendo que, al menos, gran parte de nuestros parlamentarios son conscientes. Hacia un Pacto ecológico de Estado El siguiente paso sería un pacto ecológico de Estado para proteger y preparar a España y la creación de un parlamento ciudadano climático permanente para que, después de la Asamblea climática de 2022, toda la sociedad pueda participar y apoyar una gobernanza basada en la ciencia. A todos los ciudadanos nos angustia ver que la polarización nos está robando el futuro y sí nos gustaría sentirnos realmente protegidos por los que elegimos para representarnos. Es verdad que en España hacer frente al cambio climático va a ser muy difícil, porque tenemos un PIB y un tejido económico a la vez muy vulnerables al cambio climático y muy difíciles de adaptar. Si en lugar de sobrarnos 5 kg para llegar a un peso saludable nos sobran 20, es más fácil escuchar al médico, es más fácil hacerle caso y es más fácil motivarse para meterle mano al problema. Pero si nos sobran 20 kg, o más bien 40, eso sólo significa que tenemos un problema muy grave y que las consecuencias de ignorarlo serán peores que si nos sobrasen 5. Aquí estamos así: nuestro PIB depende mucho del turismo, el turismo es muy vulnerable al cambio climático, el turismo es muy difícil de cambiar. Nuestro PIB depende mucho de la agricultura, la agricultura también es muy vulnerable al cambio climático; la agricultura es difícil de adaptar. Nuestras ciudades son islas de calor; los árboles para los ayuntamientos cuentan como gastos. Estas realidades son difíciles de cambiar, pero es posible hacerlo si todo el Estado se pone en marcha hacia la transformación ecológica profunda. Foto de familia de organización, diputados, senadores y miembros de partidos participantes en la sesión Mandato por el Clima. / Congreso de los Diputados. Transformación profunda del Estado en Francia A nosotros, nos sobran 40 kilos, a Francia le sobran 10, 15 kilos tal vez, pero han decidido que no se podía retrasar más cambiar las cosas. A partir de la misma formación climática a los diputados, han extendido el dispositivo a más de 25.000 funcionarios, que han recibido una formación científica obligatoria parecida. El CNRS francés (equivalente del CSIC) lo coordina, con la movilización de 1.000 científicos voluntarios y expertos del IPCC, y la formación integra a la cuestión del clima la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Francia ha adoptado un programa de formación climática para la totalidad de los agentes públicos. Para 2027, esta formación obligatoria será impartida a los.... 5, 6 millones de agentes públicos del país para forjar una cultura y una acción nacional de transformación ecológica. Y el Gobierno galo ha preparado y publicado una estrategia nacional de adaptación a +2 grados en 2030, +2,7 en 2050 y +4 grados en 2100, para empezar a llamar a las cosas por su nombre sin que se pueda tachar de alarmismo o colapsismo. La patronal francesa también se ha puesto las pilas y se auto-forma. La Convention des entreprises, un dispositivo participativo público que apuesta por la “economía regenerativa”, ha asumido que la sobriedad ha dejado de ser tabú en la cultura empresarial. Un cambio apoyado por una amplia mayoría En España, tenemos un capital político privilegiado que ahora mismo nos permitiría hacer mucho más y mucho más rápido, como nos pide la ahora la ciencia, porque el consenso social sobre la importancia de responder al cambio climático con ambición es muy alto y la gente respeta a la ciencia. De hecho, somos el país más concienciado de Europa en cuanto a la realidad de la gravedad de la crisis climática y la mayoría de los españoles -un 74%- está a favor de que las administraciones apliquen medidas más estrictas para imponer cambios de comportamiento ciudadano. Por eso, pocas personas van a cuestionar que nuestros diputados se decidan por fin no sólo a escuchar sino a aprender de la ciencia y a pasar a la acción, y sobre todo si los parlamentarios escuchan a las partes implicadas, comunican con claridad por qué es necesario tomar medidas ambiciosas, y cómo van a ayudar a los que se vean afectados por los cambios. En cambio, la Historia no será generosa con nuestros representantes actuales si no son capaces de poner por encima de sus intereses particulares una gobernanza basada en la ciencia. Igual que la Historia no ha sido generosa con Fernando VII, por desmantelar la democracia parlamentaria en España, tampoco lo será con nuestra clase política, si no logran utilizar nuestra democracia para proteger y preparar a España para los +4 grados que tendremos encima demasiado pronto. Esta declaración recién firmada debería ser un primer compromiso público hacia un Pacto de Estado Ecológico con todos los partidos y actores sociales. Y la formación climática recibida gracias a “Mandato por el Clima”, idéntica a la que recibe la ciudadanía en las asambleas climáticas por sorteo, debería ser el primer paso hacia una nueva gobernanza ecológica participativa basada en la ciencia. (*) Rafael Jiménez Aybar es director de programas en GLOBE International y experto en democracia medioambiental. Agnès Delage Amat es catedrática de ciencias sociales en la Universidad de Aix-Marsella. (El programa de formación científica de diputados y senadores continuará el lunes 23)
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